EBFNoticias | Willy Sloe Gin |
Antes de cantar las virtudes, reales no me cabe duda, de esta belleza negra, quiero escribir sobre lo reflexionado en estos últimos meses. Contar lo que nos viene dado mirar, queramos o no.
Tiempos estos marcados a fuego con lo extraño, grabados por reclusiones, contadas mil páginas por una proliferación infame de copistas y pegadores de medio pelo. Y siempre en cualquier faceta más o menos artística a la que osen arrimarse.
Cierto parece que tanta red social da pábulo al advenedizo para que se sienta parte de un mundo ajeno. Yo prefiero los saltos sin red, los diálogos sin red, la escritura y música que necesitan y nacen del vacío.
El Viaje en sí mismo…
Sé que hay un universo con un único portón de entrada y sé que si lo cruzas, no puedes desprenderte de lo tocado en suerte si no es por la humildad.
Pero esta no exime de la crítica.
Sí, vivimos días y horas en los que parece que todo vale. Tiempos en los que nos desayunamos con sofismas y acabamos rendidos y hartos con la inquietud que otorga la ignorancia y el atrevimiento.
Parece que vamos de cabeza hacia la mediocridad, que más pronto que tarde acabaremos viviendo con ella, si es que no ha impregnado ya todo.
Existe además otro matiz siquiera más perverso. El que se nos muestra enseñándonos a los que copian, plagian, rebuznan ideas y que por añadidura, se vanaglorian de hacerlo.
Batalla perdida como lo ha sido siempre. La única diferencia reside en la inmensa difusión que tiene hoy día tantísima incompetencia.
Claro parece que muchas cosas no se aprenden porque son imposibles de ser estudiadas. La misma esencia del arte y el conocimiento.
Hoy es diferente.
Parece que basta estudiar Bellas Artes, Literatura, Música, Periodismo o Filosofía, pongo por caso, para traspasar las puertas de la Universidad con el título bajo el brazo y llegar a casa siendo pintor, escritor, músico, periodista o filósofo. No funciona así el asunto.
«Quod natura non dat, Salmantica non præstat»
Por todo ello, cuando te topas con esta moto, con una verdad cabal, no tienes por más que reconocer las virtudes que atesora.
BMW R 1250 GS Adventure.
No sería justo hablar de ella sin empezar diciendo que es la misma prolongación de la aventura.
Tan impresionante en su aspecto como dócil en su conducción. Noble, fácil y bellísima. Cargada con toda la autenticidad que demandamos algunos hoy día.
Simple y compleja. Fácil e inmediata de poseer y mucho más difícil de ser comprendida.
Da igual, a todos espera.
Que cada cual se aproxime a Ella desde la humildad. Será entonces cuando sean capaces de disfrutarla.
Quizá lo único que demande sea la misma autenticidad que larga.
En estos tiempos plagados de escritores, cuando todo el mundo es periodista y escritor, cocinero y escritor, estafador y escritor, o cualquier cosa y escritor, pienso en Ella como Autor Literario, que es cosa bien distinta.
Nadie podrá robarle su esencia.
Ni siquiera ignorantes de copia y pega.
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