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CINE | Minoritarios y encasillados, los personajes gordos no llegan al 4 % en las películas y series españolas

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EBFNoticias |

El Observatorio de la Diversidad en los Medios Audiovisuales (ODA) ha presentado en Impact Hub Madrid (C. de la Alameda, 22) su primer Informe sobre gordofobia, que analiza la imagen que se ha proyectado de las personas gordas y de otras corporalidades no normativas en los medios audiovisuales españoles en 2022. Así, ha expuesto que el porcentaje total de personajes, protagonistas o secundarios, con corporalidades disidentes, no llega ni al 6 %.

La investigación, que ha sido amadrinada por Prime Video y cuenta con el apoyo de Filmin e Impact Hub Madrid, incluye a su vez el estudio de la intersección de estos perfiles con otras variables, de manera que analiza cómo cambia la gordofobia en función de cuestiones como el género, la edad, la racialización, la discapacidad o el pertenecer al colectivo LGBTIQA+.

Gracias a eso, se ha demostrado que, de todo un año de ficción, solo el 3,3 % de los personajes son percibidos como gordos. Esto es especialmente preocupante teniendo en cuenta que, según la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020 ―que tiene el problema de que parte de la patologización de los cuerpos― más de la mitad de la población española (el 61,4 % de los hombres y el 46,1 % de las mujeres) se sitúa por encima del «normopeso».

Más reflejos donde encontrarnos

La salida de esta investigación pionera, centrada en una de las diversidades más olvidadas, ha estado acompañada de la campaña «Más reflejos donde encontrarnos, elaborada por Filmin junto a ODA y protagonizada por la actriz Laura Galán. A través de un breve repaso visual de la historia de la representación de las personas gordas en pantalla, tiene como objetivo poner el foco en la necesidad de incorporar nuevos referentes en los medios.

Precisamente por eso, el Informe cuenta con cartas firmadas por Carlota Pereda, guionista y directora de la película Cerdita; la activista anticapacisista Oyirum y el actor y guionista Carlos González, quienes hablan desde su experiencia de la importancia de impulsar un audiovisual más diverso, en el que más historias y corporalidades tengan cabida.

Una cuestión de género

En general, existen escasas diferencias porcentuales entre cine y televisión, pues las cifras son igualmente bajas en ambos casos, los personajes tienden a ser tratados de la misma manera y las variaciones más interesantes están relacionadas con la división según el género audiovisual.

En esa línea, desde ODA reclaman que las personas con corporalidades no normativas no aparezcan únicamente en producciones de fantasía, terror, suspense o sobrenatural, para no fomentar imaginarios colectivos nocivos que asocien la discapacidad o la disidencia física con una otredad estancada en la crueldad, la marginalidad y lo villanesco.

Por otro lado, al estudiar las corporalidades no normativas, hay una mayor presencia de hombres que de otras identidades. Sin embargo, siguen siendo números muy bajos para el universo tan grande de personajes, apenas superando el 6 % en cine y no llegando al 5 % en series. En el caso de las mujeres, ellas están más sujetas a la normatividad corporal, al mismo tiempo que su representación sigue estando más asociada a una hipervigilancia hacia sus cuerpos.

Cuerpos condicionados por la edad

Las diferencias por género se evidencian también dependiendo de la edad. Por tanto, aunque la edad adulta es la franja en la que más cuerpos gordos encontramos (en concreto, casi el 50 % de personajes gordos en cine y series se sitúan entre los 30 y los 50 años), cuanto más jóvenes son, más comentarios reciben sobre su físico, sobre todo las mujeres.

En cuanto a la niñez, es llamativo que en series no hay personajes menores de 13 años con un cuerpo gordo, mientras que en cines son todos niños que además tienden a aparecer en ficciones protagonizadas por grupos de personajes (El universo de OliverLlenos de gracia, Voy a pasármelo bien).

Después, en la adolescencia aparecen mujeres jóvenes con cuerpos gordos, pero su apariencia comienza a formar parte de la trama, como le ocurre a Brenda en Canallas, que es quién recibe los comentarios gordófobos durante la película, en forma de alivio humorístico. También hay que destacar que estos personajes no suelen ser protagonistas, salvo en el caso de Cerdita ―cuya trama gira en torno a las violencias gordófobas que padece Sara, el personaje principal―, y que además ficciones como Élite en las que se trata de apostar por una diversidad total, la inclusión de corporalidades diversas termina quedando de lado al optar en su lugar por la idealización de los cuerpos.

Necesidad de intersección en la ficción española

La intersección entre corporalidades disidentes y otras identidades es bastante escasa en general. En el caso de los personajes LGBTIQA+, solo hay uno que además sea gordo en series (aunque muere al principio de la temporada) y tres en las series. Encima, ninguno pasa el test de Vito Russo. Por tanto, este hecho debe invitar a reflexionar sobre qué imaginarios se crean para las personas queer gordas y cómo esta ausencia de intersección tiene que ver también con cómo las personas gordas son despojadas de su propio deseo.

En el caso de la racialización, los números sobre personajes gordos racializados son igualmente bajos (3 personajes latinos en cine y 4 personas en series). En este caso, además, se percibe una mirada blanca sobre los cuerpos racializados. La buena noticia es que Briseida en Con los años que me quedan demuestra que es posible crear narrativas interesantes, interseccionales y empoderantes para los personajes gordos racializados.

Por último, en cuanto a la discapacidad, la intersección con cuerpo gordo es anecdótica, pues solo aparece un personaje en películas y tres en series. Además, al hablar de diversidad corporal, al igual que ocurre con racialización o con ciertas identidades LGBTIQA+, no hay que perder de vista que muchas veces estos perfiles son directamente percibidos como fuera de la norma por el mero hecho de presentar discapacidades perceptibles visualmente. Por ese motivo, en el marco de personajes con otros cuerpos no normativos, la gran mayoría son también personajes con discapacidad, sobre todo en cine.

Es interesante el caso de de André Carvalho ‘El tuerto’ en la serie Sequía, un personaje que, aunque complejo, cumple con el nocivo estereotipo de villano con alguna deformidad física, un cliché perjudicial porque termina asociando la maldad con las corporalidades no normativas.

El objetivo de este nuevo Informe ODA es promover imágenes diversas y no estereotipadas en los medios, que erradiquen prejuicios y actitudes discriminatorias hacia las personas gordas o con otras corporalidades disidentes, además de poner el foco en el enorme problema de gordofobia existente tanto en la sociedad como en la ficción española.

Ya se puede consultar el Informe ODA 2023 completo.

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