No puede coger a nadie por sorpresa, pero Felipe González, expresidente del Gobierno español entre 1982 y 1996, revienta de un plumazo el chavismo que tanto defienden los podemitas en este lado del Atlántico. Y no es la primera vez –Felipe González carga contra Pablo Iglesias y pide que nadie se fíe de quien asesore a Venezuela-.
En un potente artículo en el diario El País este 2 de enero de 2016 –La destrucción de Venezuela– le saca las cuentas a Maduro y, de paso, a un Podemos al que ya en campaña electoral sacó a relucir el carácter antidemocrático del partido de Pablo Iglesias, recordando las turbias conexiones entre el propio Iglesias, Monedero, Bescansa y Errejón con un régimen chavista que tortura a los opositores políticos y condena a la miseria a su pueblo.
Es muy llamativo que sólo Felipe González haya criticado que un partido aspirante a gobernar España haya asesorado a un régimen inicuo y dictatorial que ha sumido a Venezuela en la miseria. Nadie pidió cuentas a Iglesias de sus asesorías en el debate decisivo. Ni siquiera de su derrota moral en las elecciones venezolanas.
El único, Felipe, y demasiado tarde. Debió advertirlo antes, cuando Pedro Sánchez les dio el poder en tantos ayuntamientos importantes de España, antes de ser un candidato amortizado en las encuestas y también en los debates. «Si jugamos a Podemos gana Podemos» fue la advertencia de González, pero llegó tarde, sobre todo porque el guapo estaba retando a su propio ego contemplándose en el espejo del populismo.
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