Elblogoferoz.- El contrato mercantil es un tipo de convenio esencial para tu negocio. De él dependerá la supervivencia y éxito de tu empresa o de tu desarrollo como profesional liberal.
Para la correcta actividad de tu empresa, necesitarás firmar contratos mercantiles tanto con tus clientes como con otras empresas con las que quieras colaborar. Por ello, es necesario que conozcas las claves que te ayuden a redactar contratos mercantiles en los que seas capaz de transmitir tu valor profesional.
Puedes descubrir estas claves con la guía gratuita“Las claves del contrato mercantil. Qué ventajas nos ofrece y qué errores evitar”.
Un contrato mercantil es un acuerdo en el que las partes implicadas se comprometen a cumplir una serie de condiciones consensuadas de manera voluntaria.
Demuestra tus aptitudes con el contrato mercantil. Ser el gestor de tu propio negocio te permitirá demostrar todas tus habilidades y destrezas, no sólo ante tus empleados, en caso de tenerlos, también ante tus clientes, proveedores o colaboradores.
La firma de contratos mercantiles con otras empresas se apoya en las relaciones que se establecen entre las partes implicadas y la calidad de los servicios que se ofrecen. Demostrar tus aptitudes puede ser decisivo para la renovación o extinción de los acuerdos o para la ejecución de nuevos contratos.
Que te den una oportunidad dependerá de tu habilidad para venderte y de tu capacidad de comunicación. El resto de habilidades, conocimientos y destrezas tendrás que demostrarlos día a día, para que tu negocio tenga éxito.
A la hora de negociar y firmar los acuerdos puedes y debes demostrar todas tus capacidades. Será una de tus mejores cartas de presentación.
Pero, ¿cómo demostrar tus habilidades? Un contrato mercantil con una apariencia profesional y una redacción cuidada es el primer paso para transmitir credibilidad.
Habilidad de comunicación. Comunicarse implica mucho más que hablar. Demuestra que sabes escuchar activamente, que comprendes lo que se te comunica, ya sea las necesidades de tu cliente o los requerimientos de tus proveedores. Refleja todo eso en el contrato, para que tu cliente tenga la seguridad de que entiendes lo que espera de ti y las tareas que tienes que realizar.
Normalmente,demostrarás que has escuchado correctamente a tu cliente y que has entendido tus compromisos en el apartado “Alcance de tareas” dentro del contrato mercantil.
Es básico expresar con los términos más concisos posibles esta parte del contrato para que no haya lugar a confusión. La gestión de expectativas es uno de los ámbitos en los que más se suele fallar en la relación con el cliente. Algunos trucos para que puedas elaborar esta parte del contrato con total profesionalidad:
-Escucha atentamente todas las demandas de tu cliente y repite sus ideas con tus palabras para asegurarte de haberlas entendido correctamente.
-Realiza las preguntas adecuadas en caso de dudas y no des por supuesto nada.
-Se claro y conciso en tus exposiciones tanto verbales durante las reuniones como en el redactado del contrato.
-Redacta con el mayor detalle posible las condiciones y compromisos de ambas partes.
Habilidad para la toma de decisiones. Como responsable de tu negocio, tú serás quien tome las decisiones finales en tu empresa. Debes demostrar que estás cualificado para resolver cualquier conflicto o imprevisto que surja.
-Toma la iniciativa y propón diferentes alternativas a supuestos conflictos y razona tus decisiones.
-Debes mostrar que tus argumentaciones son fundamentadas y tus decisiones acertadas.
-Introduce en el contrato mercantil una cláusula para cada uno de estos supuestos, que previamente deberás haber acordado con tu cliente.
Habilidades de negociación. Debes estar preparado y demostrar tu habilidad para la negociación.
-Tómate tu tiempo y no aceptes las condiciones que tu cliente te imponga a la primera. Medita las repercusiones que pueda tener cada cláusula.
-Defiende los intereses de tu empresa a través del diálogo.
-Busca alternativas que beneficien a ambas partes y consigue acuerdos en los que ambos ganan.
Capacidad de organización y planificación. Demuestra que eres una persona organizada y que cuidas todos y cada uno de los detalles que tienen que ver con tu negocio. Esto le otorgará una mejora imagen a tu empresa.
-Planifica, junto a tu cliente, socio o proveedor, cada paso a dar durante el contrato y el servicio.
-Establece prioridades.
-Introduce un apartado “Calendario” en tu contrato mercantil, donde detalles con la máxima precisión posible cuáles serán los hitos, las tareas y los responsables en el proyecto. El calendario o planificación debe incluir también las tareas del cliente que son necesarias para que el proyecto se cumpla con éxito. De esta manera le comprometes a no retrasarse y tienes argumentos de negociación si lo hace.
Con estos pequeños trucos, tu contrato mercantil tendrá un aspecto y contenido mucho más profesional y empezarás tu proyecto demostrando a tu cliente que ha acertado eligiéndote como colaborador.
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