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La Tutoría Permanente (y II). Por Gorka Zumeta

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El nuevo e-Profesor

Continúa…

¿Qué logran las nuevas herramientas tecnológicas?

Para empezar nos situamos en el aula. Lograremos de entrada una mayor implicación del alumno en el proceso de formación, porque vamos a trabajar en su mismo entorno. No se va a producir ninguna disociación de medios alumno/profesor. El joven se va a sentir cómodo hablando el mismo idioma tecnológico con su profesor. Incluso hasta (gratamente) sorprendido al comienzo. Con esta mayor implicación, conseguiremos un segundo objetivo: eliminar la antigua concepción de mero espectador del alumno, del llamado sistema tradicional. Ya no sirve, no nos lo podemos permitir, acudir a una clase y poner cara de interesado. Las modernas técnicas de lenguaje no verbal detectan a quienes adoptan esta mala estrategia, con la que se autoengañan. La mayor implicación reduce también la conflictividad en el aula. Al estar más atentos, más integrados en el discurso transmitido, no se generan problemas de vecindad o relación. Es indudable que las TIC también favorecen un proceso educativo mucho más interesante y entretenido. Para impartir algunas nociones de lenguaje no verbal, por ejemplo, utilizo un video del grupo catalán Tricicle que relaja el ambiente, pero al mismo tiempo cumple con su función didáctica. Las nuevas herramientas digitales reducen considerablemente la cantidad de papel de antaño, y por tanto el trabajo del profesor, en textos, documentación, trabajos, etc. El modelo educativo al que se suman las nuevas herramientas facilita un mayor acercamiento del alumno a su futuro entorno laboral. Desarrollará su faceta profesional con las mismas herramientas de su formación. Y ya vienen desde la ESO, incluso antes, con una base más que aceptable de dominio de la tecnología digital. La figura del profesor se convierte en tutor-guía, lo que provoca un mayor acercamiento docente/alumno y por fin el intercambio de información a través de la red ahorra tiempo y sin duda esfuerzo

El modo de enseñar no puede ser igual al de hace 20 años

El ordenador como herramienta de trabajo del nuevo docente

La concurrencia de los ordenadores como herramienta durante un seminario, me parece –en función de la materia a impartir- de una enorme utilidad. Las presentaciones eficaces a menudo descargan su columna vertebral en torno a un power point. En la eficacia de su preparación previa reside por tanto gran parte del éxito de la clase. En un seminario dedicado, por ejemplo, a la literatura española contemporánea, que imparte el profesor de la Cruz, citado anteriormente, a través de un power point podría accederse a muchísima información contenida en la red o previamente incorporada a la presentación: desde un video con una entrevista a Camilo José Cela, la lectura de uno de sus textos a cargo de un locutor profesional, la fotografía del manuscrito de ‘La colmena’, una escena de la adaptación cinematográfica de Mario Camus de esta misma obra o la imagen de la portada de su libro de memorias infantiles, ‘La rosa’. Todo está al alcance de una presentación auxiliada por un ordenador y una conexión a internet. El compromiso del profesor es que la presentación no se convierta en un fin en sí mismo, que raye lo puramente efectista, ausente de contenido sólido, y, por el contrario, sirva para desarrollar con mayor eficacia su discurso. Los alumnos no acuden a clase para ver un power point más o menos afortunado, sino para aprender. Insisto: el power point es una herramienta de trabajo.

 

La tutoría permanente

Antes citaba este concepto sin profundizar en él. Las modernas herramientas de comunicación, incluidas las redes sociales, favorecen el desarrollo de este modelo en el que el alumno se encuentra mucho más arropado que antaño, porque el profesor se encuentra virtualmente mucho más cerca de él. Está más disponible, sin que se menoscabe su necesaria y respetada intimidad. Podemos empezar la enumeración por el correo electrónico y los chats, en donde se pueden seguir transmitiendo conocimientos, resolviendo dudas o intercambiando puntos de vista. El profesor está presente de manera permanente en la ciberaula. El alumno lo tiene más cerca. Al igual que puede seguirse el debate, e incluso provocarse, a través de redes sociales como Twitter, que obliga a condensar las reflexiones en 140 caracteres, en un esfuerzo a veces titánico por expresar una idea con cierto fundamento. El nuevo profesor que se mueve con soltura en el entorno de las redes sociales, Facebook, Twitter, Linkedin, Youtube, Twenti, etc. está más cerca de sus alumnos y éstos lo perciben como tal y lo agradecen.

 

La bitácora, espejo intelectual

Sin embargo, es en el blog donde yo personalmente me he encontrado más a gusto conmigo mismo. La experiencia ha sido enormemente gratificante desde el punto de vista intelectual, en la medida en que mi trabajo diario de aportar datos y razones para la reflexión pública encontraba reflejo en miles de personas que leían los post, e incluso aportaban sus puntos de vista para enriquecer mi discurso inicial. Un blog, mantengo, es una herramienta de primer orden para desarrollar una eficaz labor docente. Veamos las razones en que me apoyo para realizar esta afirmación.

La validez del blog comienza a medirse bastante antes de la celebración del seminario. Con frecuencia envío diferentes enlaces a mis alumnos, previamente al desarrollo de las clases, para que lean algunos de mis artículos y comiencen a pensar en la materia que luego impartiré. Como decía el profesor de la Cruz, “no olvides nunca que un buen profesor es el que pone preguntas en la cabeza y el corazón de sus discípulos. No el que impone respuestas”. La mejor manera de llegar a las conclusiones, no sólo en el campo de la comunicación en que me muevo, sino en otras muchas disciplinas del conocimiento humano, es a través de preguntas y respuestas en clase, a través de un trabajo colectivo basado a menudo en el sentido común que es, por cierto, el menos común de los sentidos.

El blog, como herramienta didáctica, sirve, por ejemplo, de documentación en clase. El profesor puede remitirse a él a la hora de buscar un dato, una cifra que él ha trabajado con anterioridad. Sin duda también sirve de posicionamiento del profesor en la materia que imparte. El prestigio de un buen profesor es producto de una suma continuada de sus trabajos. El blog es un soporte ideal para mostrarlos y difundirlos. Es una herramienta ideal para enriquecer la imagen, o, ¡cuidado!, para hundirla. También, cómo no, lo hemos citado indirectamente, sirve de canal de intercambio de opiniones. La interactuación que permiten las redes sociales enriquece en última instancia el discurso inicial. Y no sólo los enriquece, puede también generar los debates intelectuales. Uno de los caminos puede ser la provocación, pero también una simple pregunta publicada en el blog de un profesor. Y por último, el blog sirve de gran contenedor de conocimientos, no deja de ser un gran archivo, con motores de búsqueda activos, que permiten acceder rápida y cómodamente a la información.

Concluiremos por tanto, a la vista de los argumentos anteriores, que la concurrencia de un blog contribuye a crear una imagen del profesor más acorde con los tiempos. Un profesor que se preocupa por estar al día, sin obsesionarse, de las herramientas que pueden auxiliar mejor sus clases, que pueden acercarle más a sus alumnos, que pueden facilitar y provocar el debate intelectual, que pueden retratarle como docente y que pueden reunir en un cómodo soporte –la red- gran parte de su conocimiento.

 

El blog, una enorme responsabilidad

Pero no olvidemos de ninguna manera que un blog también implica mucha responsabilidad. El profesor que pretenda alcanzar los objetivos anteriormente expuestos deberá responder a los compromisos que marca una bitácora, como son su mantenimiento -mantener el interés de sus lectores, actualizar los contenidos, preocuparse no sólo por el fondo sino también por la forma en que presenta sus trabajos, cuidar al máximo la ortografía y la redacción- y su enriquecimiento. En definitiva, hacer que el blog se convierta en una extensión profesional de uno mismo y que engrandezca su imagen  como docente. El prestigio cuesta muchos años obtenerlo pero se puede perder en un segundo.

Conclusiones

La visión tradicional del profesor que apuntaba mi compadre Juan L. de la Cruz Ramos es perfectamente compatible con la concurrencia de las nuevas técnicas de comunicación. Y no sólo es compatible, sino que, gracias a ellas, puede incluso enriquecer la sesión, hacerla más entretenida y alcanzar más fácilmente los objetivos planteados de transmisión de conocimientos. De paso, hará que los alumnos perciban más cercano a su profesor, en todos los aspectos, conozcan mejor su trayectoria y le sitúen mejor a la hora de recurrir a él para resolver una duda. El power point, el correo, el chat, el blog, Twitter, no son más que medios, herramientas, para lograr el mismo objetivo desde los tiempos de Sócrates: enseñar a los demás de la mejor manera posible.

(*) Tecnologías de la Información y la Comunicación

 

http://gorkazumeta.blogspot.com.es/

 

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