Para los creyentes, devotos píos y castos, de las distintas religiones, este titular puede ser un sacrilegio, para los ateos ni fu ni fa, y para los seguidores de Satanás la confirmación de que su “jefe” es el que domina el planeta Tierra, digo este mundo porque no sabemos como pueden estar las fuerzas del bien o del mal en Urano o el planeta Ummo.
Porque, seamos sinceros, el diablo va ganando por goleada al Dios de los buenos.
Por lo menos esto es lo que opina Juan Pedro, un creyente de toda la vida y que harto de ver cabronadas está empezando a dejar su afición a la misa dominical, por un buen rato en la plaza del pueblo jugando a los bolos.
De una población cercana a los 8.000 millones de habitantes, de los que son creyentes practicantes, en distintas religiones, 3.300 millones y que dicen creer en un Dios todopoderoso otros 1.200 millones, podemos deducir que el 50% de la humanidad no cree en nada o cree en el maligno. Y no es para menos observando el devenir de los habitantes de este planeta.
Claro que Satanás no se oculta, está presente en cada rueda de prensa de Putin, Netanyahu, Biden, Trump, Xi Jinping, y un largo etcétera de políticos y financieros a escala mundial. La guerra de Ucrania es un claro exponente de la maldad de Satanás, si le añadimos la de Gaza, tenemos el circuito perfecto del efecto satánico. Quizás las más de 50 guerras que existen en la actualidad no son las que más producen miseria y muerte.
Las enfermedades, pandemias y epidemias, juntamente con la industria farmacéutica son las que causan mayor atrocidad y donde las fuerzas del mal encuentran su máximo apogeo, donde el sufrimiento es atroz y el auxilio es minimo. Las donaciones de medicamentos caducados, inservibles y que son suministrados a grandes zonas de población africana supone un engaño similar a lo que hacían los nazis con los judíos en las “galerías de desinfección” donde mediante el engaño de desparasitar a los judíos, eran sometidos a un circuito de gas letal, morían como chinches, a los africanos los dejan morir con medicamentos inocuos para cualquier enfermedad.
Satanás en África tiene su cuartel general, desde allí deriva su influencia por Asia donde mueren por hambruna diariamente más de 200.000 personas. Con esta pequeña perspectiva de la humanidad muchos seres humanos se preguntan ¿dónde está Dios?
Porque en realidad lleva más de 2.000 años de vacaciones, o en el desempleo forzoso provocado por Satanás. Dios, si existe, ese Dios del Universo, capaz de enviar a su hijo Jesucristo para resolver nuestros problemas, hace 2024 años que se olvidó de nosotros, y no me extraña porque fuimos tan cabrones que colgamos a su hijo de una cruz y clavado con clavos en manos y pies, dejamos que muriese de la peo manera posible. Dicen los libros, que al tercer día Jesucristo resucito de entre los muertos y, supongo, que harto de hacer milagros y buenas acciones, decidió subir a los cielos para no volver jamás.
Vivimos en un mundo hostil dominado por el poder del mal, eso está claro, de hecho y en vista del futuro que nos espera, ha bajado la natalidad en más de un 18%, vivir en la zozobra constante del temor por tu vida y el futuro de los tuyos no es el mejor panorama que nos espera en el siglo XXI, que según los agoreros no se terminará sin otra guerra mundial.
Dios está de vacaciones o currando en otra Galaxia, aunque siempre nos quedará el consuelo de la virgen y los santos, que esos parece que están en activo, por aquello de Lourdes y Fátima.
Hace falta creer en Dios, con una buena dosis de fe, eso sí. De momento los cojones los pone el diablo…
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