Nuevo auditorio y plantas de aparcamiento. Así se resume la actuación que habrá de afrontar el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz para contar con una infraestructura absolutamente necesaria. El modelo de turismo cultural comporta la cualificación de la oferta que pasa también por la disponibilidad de zonas donde estacionar, cuanto más céntricas, mejor.
Conocida la escasez de suelo, se trata entonces de encontrar la solución más viable a partir del aprovechamiento más adecuado, de ahí que el gobierno local ya se haya puesto en marcha para estudiar las adaptaciones más convenientes. Ojalá que esta fase no se dilate y no sea una controversia más, sin que ello signifique hurtar el debate. Al contrario, se trata de una decisión apta para que los agentes sociales de la localidad acrediten su sensibilidad y aporten aquellos criterios que puedan sustentarla con el respaldo siempre necesario.
La situación de partida: por un lado, la viabilidad de ejecutar el resultado del concurso de ideas convocado para saber qué se hace con el parque San Francisco está muy mermada. Los informes técnicos advierten de los riesgos que significarían obras en la iglesia del mismo nombre (o de San Juan), la primera construcción civil de la ciudad. Actualmente, hay un solar cuyo destino habrá que determinar pues tampoco es cuestión de que se eternice la situación en pleno centro del municipio.
Por otro, la necesidad de dar un vuelco a la vieja y ya inservible estación de guaguas, inaugurada en 1983 y clausurada judicialmente años después, en 2009, por la inseguridad que acarreaban algunas estructuras afectadas por el movimiento y lavado de vehículos. Desde entonces, ni la formidable plaza pública de su planta superior, que lleva el nombre del memorable Francisco Afonso Carrillo, ha podido ser aprovechada o reformada.
Con tales presupuestos, se trata de que el gobierno municipal (alcaldía y área de Ciudad Sostenible) agilicen los trámites para estudiar la viabilidad de una solución que consistiría en construir un auditorio con una dotación complementaria de plazas de aparcamiento. Desconocemos (suponemos que no) si es aprovechable algo de la actual edificación que llega desde la calle Peñón hasta los límites de la nueva estación de guaguas y el Centro de Mayores, pero está claro que debe respetarse un espacio público al nivel de la avenida Hermanos Fernández Perdigón.
El concejal de Ciudad Sostenible, David Hernández, ha dictado recientemente una providencia en la que dispone que se instruya, por los servicios municipales, el correspondiente expediente de contratación. El objetivo, en palabras de Hernández, es “contar con un documento técnico que plantee una alternativa de ejecución para esa manzana, en función de los usos que prevé el planeamiento y que determine específicamente la viabilidad de que la parcela albergue un auditorio con características similares a las propuestas para el Parque San Francisco, pero con mayor aforo”.
Por su parte, el alcalde, Marco González Mesa, en relación con las previsiones que se tenían para el parque San Francisco, declaró que “no es ninguna novedad que este gobierno quiera garantizar que las obras no dañen de ninguna manera nuestro patrimonio histórico; y por ello se ha finalizado este procedimiento que determina la peligrosidad de unas obras que además resultan costosísimas para el erario público por su alta complejidad, si tenemos en cuenta que ese ‘nuevo’ parque solo podría albergar a seiscientas personas tras las innumerables modificaciones que ha sufrido el proyecto original, un aforo limitado que lastraría la capacidad tanto de la administración como de los promotores privados para llevar a cabo todo tipo de eventos culturales en dicha instalación”.
En definitiva, que la alternativa se está fraguando. Se sobreentiende que el estudio en vías de contratación aportará criterios técnicos y jurídicos necesarios para respaldar la toma de decisiones respecto al futuro dotacional, por lo demás, absolutamente necesario. En busca, pues, de una solución satisfactoria.
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