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REPORTAJE | VITICULTURA | «Guayonge 2021 Tinto», un vino de maestros hecho por alumnos

Foto: Pedro Sánchez y Blas González.
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EBFNoticias | Tachi Izquierdo | Fotos: autor | 

Bodegas Guayonge, una pequeña explotación situada en la zona de costa del municipio de Tacoronte, está acostumbrando a quienes consumen sus variedades a estar siempre en los pódium de los vinos más importantes de Canarias, España y a nivel internacional.

De hecho, con una de sus últimas creaciones, el Guayonge de 2021 tinto, un vino tradicional, ha obtenido una Medalla de Oro de Agro Canarias, una apuesta valiente e innovadora con la que el equipo formado por el enólogo Pedro Sánchez y el bodeguero Blas González, ha querido seguir dando rienda suelta a la imaginación, la investigación y la intuición, para lograr un resultado «diferente pero sin renunciar a lo tradicional».

Esta Medalla de Oro de Agrocanarias tiene un significado especial, pues además del espaldarazo que representa para esta pequeña bodega como ocurre con cualquier distinción, supone además un estímulo añadido para seguir trabajando duro para sacar siempre vinos diferentes, «y en esta ocasión hemos querido apostar por la enseñanza durante todo el proceso».

Los alumnos del IES La Guancha realizaron las prácticas a partir de la cosecha

En este sentido, Pedro Sánchez, que además de su trabajo de campo en Bodegas Guayonge es docente en el Instituto de Educación Secundaria de La Guancha, impartiendo el módulo de Elaboración de Vinos y Licores en Formación Profesional, ha querido implicar a todos sus alumnos en el proceso de elaboración del vino, involucrando a sus pupilos, a los que hay que incluir a dos estudiantes de Eramus de Francia e Italia, que él tutela y conduce en todo el proceso de elaboración.

«Eso implica que cada alumno conozca lo que se hace desde la tierra hasta la fase final de embotellado», indicó Sánchez, quien explica con orgullo que «hemos podido intervenir en todos y cada uno de los pasos, incluso en las decisiones importantes a la hora de determinar qué tipo de vino íbamos a llevar a cabo y como lo realizaríamos». El reconocido enólogo tacorontero señala que estos alumnos, tanto los internacionales, que proceden de regiones vitivinícolas en sus países de origen, y el alumnado canario, «han desempeñado sus prácticas con nosotros, logrando un vino reconocido que podríamos decir que es de maestros, pero elaborado por alumnos».

Pedro Sánchez, José Eugenio Alonso y Loles Pérez.

Este enólogo y profesor, que junto a Blas González forma un tándem en el que «el riesgo forma parte de esta aventura», señaló que esta es, con seguridad, la primera ocasión en la que un vino canario obtiene una distinción con una implicación directa del alumnado, del que señaló, «no hemos querido que su labor se ciñera a limpiar la bodega o los enseres, sino que fueran protagonistas de su formación y del resultado final de la misma».

Por ello, afirmó que «hay que agradecer al centro de Secundaria de La Guancha, cuyo equipo docente está formado por Loles Pérez Martín, enóloga de dilatada experiencia, que ha desempeñado su labor tanto en Canarias, como en el exterior, así como en España, como es el caso de Bodegas Pingus; el propio Sánchez, y con la coordinación de José Eugenio Alonso, quien confió en ambos para apostar por esta experiencia».

Con este alumnado, el equipo decente, y con el respaldo de la dirección del centro, se pretendía que en su periodo de prácticas desempeñaran esta parte de la formación desde el inicio de la elaboración del vino, que es la vendimia, «y una forma perfecta de llevar a cabo este procedimiento era aprovechando las instalaciones y los terrenos de Bodegas Guayonge y también su proyección formativa internacional». Pedro Sánchez añadió que «en esta bodega no paramos de generar ideas y proyecto, y ya está en marcha una acción canario-francesa, entre Bodegas Guayonge y otra explotación gala».

El equipo docente y el centro apostaron decididamente por la experiencia en Guayonge.

Mientras, el bodeguero Blas González, desde su otra vertiente de biólogo, ha aportado a la última experiencia formativa los conocimientos sobre las características del terreno o las variedades de uva. El alumnado, por su parte, realizó en el centro todas las muestras, que abarcaron desde el mosto hasta el producto final, aprendiendo a analizar todos los procesos por los que pasó su cosecha «y dentro de un novedoso proceso de aprendizaje que este año se ha llevado a la práctica con el respaldo del equipo docente y la bodega».

De esta manera, los alumnos se encargaron de la vendimia, pisaron con sus propios pies la uva e intervinieron en un procedimiento «nuevo y diferente que nos ha llevado al éxito con la colaboración de todos, algo que pone en valor la formación en este segmento y la necesidad de su respaldo para poder seguir avanzando», añadió Sánchez.

«La apuesta está en la formación, el riesgo, la innovación y la confianza. Hay que poner en valor la experiencia de Pedro Sánchez, ofreciendo nuevos conceptos y protocolos. Con él rompemos los moldes y nos dan resultado»

Estos estudiantes, merecedores de una medalla de oro, «también han tenido muy buenos resultados escolares, con notas muy elevadas», ya que se trata de un curso con muy buena preparación, lo que representa una apuesta y el relevo para el sector, pues según Sánchez, sin centros como La Guancha o la Escuela de Capacitación Agraria, ubicado en Tacoronte, «nuestro campo sufriría más abandono», aunque lamentó que «aquellos que deberían escuchar más al campo, no lo hacen y eso lo sufre cada día el viñedo».

«No pretendemos competir con cantidad, sino con calidad de vinos, pues nuestra apuesta es por defender el producto canario para que el terreno no se abandone»

En este delicado equilibrio, «la bisagra son los técnicos y bodegueros, pero haría falta contar con más incentivos para que las nuevas generaciones cuenten con alicientes». En relación a esta valoración, ambos señalan que el sector primario necesita más impulso y ponen en valor la labor de los centros de enseñanza.

Una apuesta innovadora

Blas González expresó su profunda satisfacción «por el resultado de esta experiencia innovadora, que de la mano del enólogo Pedro Sánchez ha cambiado en los últimos años los procedimientos de trabajo, una apuesta constante que nos ha dado resultados y, por ello, nos hemos puesto en sus manos».

El bodeguero puso en valor que un experto «aporte cada año ideas nuevas; nuevos retos y objetivos, que con el paso del tiempo se ha demostrado que vamos por el buen camino».

En este sentido, desde que se fraguó esta conexión, la bodega ha obtenido dos Bachuss de Oro, con Jable; medalla de plata en Bruselas; Medalla de oro en Italia, un premio Alhóndiga con el dulce Lágrimas al atardecer, y con la última añada del tinto una Medalla de Oro en Agrocanarias.

Por ello, Blas González señala que «la apuesta está en la formación, el riesgo, la innovación y la confianza. Además, hay que poner en valor la experiencia que aporta Pedro Sánchez acumulada en su labor profesional en Francia, ofreciendo nuevos conceptos y creaciones para cada año. Con él rompemos los moldes y nos dan resultado».

«Nosotros no pretendemos competir con cantidad, sino con calidad de vinos», apuntó Sánchez, quien, coincide con Blas González en manifestar que «nuestra apuesta es por defender el producto canario para que el terreno no se abandone». Al respecto, ambos anuncian que están abriendo nuevos mercados para exportar su vino, cerrando acuerdos con Noruega, Francia, Bélgica y resto de países nórdicos.

Pedro Sánchez y el bodeguero Blas González, han querido seguir dando rienda suelta a la imaginación, la investigación y la intuición, para lograr un resultado «diferente pero sin renunciar a lo tradicional»

Mientras, la experiencia vivida en la cosecha última se presenta como un hilo de esperanza para el sector, pues muchos de los alumnos que participaron tienen terrenos en sus familias, lo que representa que los conocimientos se seguirán expandiendo y aplicando, y es un aliciente más para frenar el abandono de la actividad.

«Hacer lo que hemos hecho en Bodegas Guyonge, solo es posible si cuentas con dos personas que tengan este toque de locura y pasión», comentan Sánchez y González rodeados de sus creaciones más destacadas, entre las que destaca la marca Guayonge, que es el buque insignia de la bodega, marca que este año cumple tres décadas de historia. Otras referencias que tienen en este punto de creación su origen son Jable, en la que detrás hay una familia que ha depositado su confianza de Sánchez; 40 días y 40 noches, que ha logrado el reconocimiento de la mejor imagen de toda España; y Hambre de Tierra, premiado en Bacchus 2021, y que también ha sido mejor imagen a nivel nacional.

El último reconocimiento a la bodega llegaba esta semana, con el reconocimiento y diploma de Biosphere Sustainable, un sello que se entrega por comprometerse a vivir un estilo de vida sostenible y ayudar a conseguir los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

Pero aquí no se acaba la capacidad de sorpresa y creación, pues los impulsores de la bodega ya anuncian nuevas referencias, en las que entra en juego un nuevo blanco, un rosado y un dulce, Lagrimas al atardecer, en el que se le ha puesto todo el cariño, y que ganó una Medalla de Plata en el certamen de La Alhóndiga. Esta última creación es muy especial para el enólogo, ya que con la misma quiere que se recuerde a su amigo Samy, al que perdió hace un tiempo «y este es mi homenaje para él».

«Hacer lo que hemos hecho en Bodegas Guayonge, solo es posible si cuentas con dos personas que tengan este toque de locura y pasión»

Además de algún secreto que se está madurando bajo la atenta mirada de ambos, y que va a sorprender por lo novedoso de su elaboración, a Pedro Sánchez y Blas González se les ilumina la mirada cuando anuncia un vino para Navidad, «un Noel que forma parte de nuestro gran proyecto en este momento».

Bodegas Guayonge es todo esto. Es un rincón en el que se respira inquietud, ganas de avanzar y donde las nuevas metas son el día a día. Este es un ejemplo de la realidad de nuestro campo, en el que se está en constante crecimiento, a pesar de la escasa respuesta institucional.

 

 

 

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