EBFNoticias | Candela Fernández Sanz | Fotos: cedidas |
José Naranjo nació en Telde, municipio de Gran Canaria, en 1971. Se graduó en periodismo en 1994 y actualmente lleva casi diez años asentado en Dakar, capital de Senegal. Ha viajado a 25 países y es corresponsal para medios como El País, además de ser autor de diversos libros
Naciste en Telde, Gran Canaria, en 1971 y te graduaste en periodismo en Madrid en 1994. ¿Cómo surgió tu pasión por el oficio?
Desde pequeño me gustaba mucho leer, cogía los libros de mis hermanos mayores y los devoraba. También me interesaban las enciclopedias y los atlas, era muy curioso. Desde casa me estimularon mucho esto, mi madre nos enseñó a leer a mis hermanos y a mí antes de ir al colegio. Tenía esta base y cuando crecí siempre mantuve esa singularidad por indagar. Con la afición de la literatura surgió la de escribir, hacía pequeños cuentos y poesías, buscaba la manera de contar lo que me iba pasando. Cuando tuve que elegir la carrera universitaria que realizaría, el periodismo apareció de una manera muy natural.
En la entrevista que concediste al Diario.es en 2019 declaraste que escogiste el continente africano por curiosidad. ¿Por qué África?
Empecé a trabajar en 1994 en Canarias y justo coincidió con la llegada de las primeras pateras. Me mandaron a cubrir las llegadas de migrantes en Fuerteventura y Lanzarote, donde me di cuenta de que estaba tratando de contar un tema muy “redondo”, porque las migraciones explican muy bien el mundo en el que vivimos: las injusticias, como hay un norte y un sur. En aquellas pateras venían personas de Sierra Leona, Nigeria, Camerún, Malí, de países que me sonaban, pero de los que te das cuenta de que hay un enorme desconocimiento.
Viajé a África por primera vez en 1999, donde percibí que por un lado había un gran desconocimiento sobre el continente, y que por otro no había apenas periodistas españoles cubriéndolo. Aquí me nació la idea del gran potencial informativo que había. Tenemos una idea de África muy estática, preconcebida, como si fuera una foto fija, cuando realmente es un lugar muy dinámico en el que pasan muchas cosas que nos afectan. Ahí supe que era muy importante dar cuenta de lo que ocurre.
“Trabajar en África es un desafío constante y variado, tienes la conciencia de que siempre va a quedar muchísimo por descubrir y no te va a dar la vida para conocerlo en su totalidad”
¿Cómo te ha cautivado el continente africano para que actualmente sigas allí?
Trabajar en África es un desafío constante y diario, porque al ser tan grande, variado y complejo, hay millones de historias. Es un camino del que se aprende diariamente, tienes la conciencia de que siempre va a quedar muchísimo por descubrir y no te va a dar la vida para conocerlo en su totalidad. Esto me parece muy estimulante para un ser humano y para un periodista mucho más, porque se le suma el reto de contarlo, de aprender cómo hacerlo, de barrer y acabar con las ideas preconcebidas sobre el continente.
Declaró en la misma entrevista del Diario.es que a África fue con una mano delante y otra detrás. ¿Cómo fueron los primeros meses?
Me fui a África en plena crisis económica española, que coincidió con el retroceso de los recursos de los medios de comunicación. Yo era periodista autónomo y en ese entonces era muy difícil ganarse la vida.
Llegué a Senegal, que para mí era un lugar “amable” en el que había estado antes, pero aún así el día a día fue muy duro. Los tres primeros meses lo único que publiqué fue una historia en un blog y un reportaje en una revista, lo que no daba ni para pagar el primer mes de alquiler. Tiré de apoyo familiar y de mis amigos de allí. En ese entonces yo tenía 40 años y me abrumaba la sensación de preguntarme si estaba haciendo lo correcto. Me planteé muchas veces si me estaba equivocando y si valía la pena, pero tenía un piloto encendido que me decía que sí, que la apuesta era arriesgada pero que al final iba a salir bien. Recuerdo el aprendizaje que fue vivir con lo mínimo durante aproximadamente cuatro años, los viajes en guagua de 38 horas porque no me podía costear otra forma de viajar, quedarme en sofás de amigos que me acogían, entre otras muchas cosas.
“En mi oficio tratas de convencer de que África merece la pena ser contada. Narro historias que normalmente no salen en los medios y deberían”
¿Qué es lo más duro actualmente?
En mi oficio hay un trabajo añadido, que es tratar de convencer de que África merece la pena ser contada. Narro historias que normalmente no salen en los medios pero que deberían. Cubro una zona muy amplia, hay pocos corresponsales a los que envíen a la África subsahariana, en el que un día tienes que ir a Nigeria, otro a Mozambique y otro a Etiopía. He viajado muchísimo, a 25 países, pero aun así tengo la sensación de que no llego en las condiciones adecuadas y esto me genera mucha frustración. Es un reto permanente, como el de tratar de informar de todos los temas, desde política, geografía, agricultura, hasta las migraciones y el yihadismo. Esto supone estar pendiente de absolutamente todo y siempre sientes que se te escapan cosas.
¿Qué es lo más gratificante de tu trabajo?
Cuando me retire me encantaría irme con la sensación de haber contribuido a que África tenga un peso mayor en la agenda mediática, al menos en España. No me considero un mesías, pero me gustaría pensar que he puesto mi granito de arena. Tengo la sensación de que hay un tímido despertar en la consciencia de la relevancia del continente, y formar parte de eso es lo más gratificante, además del estímulo permanente que supone trabajar aquí.
“Hogar es donde uno está cómodo y siente que es su casa, y para mí hoy día Senegal es mi casa, mi hogar”
En la entrevista de Público de 2019 contó que allá donde ha ido en África no le ha faltado un plato de comida y una cama donde dormir. ¿Se ha convertido el continente en tu hogar? ¿Envejecerá en Dakar o Canarias?
El hogar es donde uno está cómodo y siente que es su casa, y para mí hoy día Senegal es mi casa, mi hogar. Aunque este concepto sea muy personal y subjetivo, porque sigo manteniendo vínculo con Canarias y mi familia, pero si me preguntas dónde está mi sitio, es en Senegal, donde vivo desde hace casi diez años.
Después de la primera etapa tan dura que pasé y ahora que las cosas han encajado, planeo disfrutarlo y espero poder continuar en este continente durante unos cuantos años. Viajo bastante a Canarias por mi familia, pero de momento África es mi lugar.
Si no tuviera la oportunidad de estar en África, ¿seguiría siendo periodista?
No sé hacer otra cosa porque siempre he sido periodista, llevo 27 años trabajando en esto, pero imagino que si no estuviera en África contaría historias desde otra perspectiva y en otro lugar. De todas formas, en la carrera yo no tenía esta pasión por el continente sino por América Latina, por lo que podría haber acabado trabajando allí o en Canarias.
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