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OPINIÓN | A Babor | Letras Canarias | Francisco Pomares

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El Gobierno de Canarias instituyó en 2006 la celebración del Día de las Letras Canarias, que se celebra desde entonces el día 21 de febrero. La elección de este efeméride como fecha conmemorativa responde a que ese mismo día (el año 1813) murió en Las Palmas de Gran Canaria el ilustrado Viera y Clavijo, referente ineludible en la cultura del Archipiélago y figura que -con sus textos y muy especialmente su Historia- ha contribuido como ningún otro a la cohesión cultural de las Islas.

La institucionalización del Día de las Letras Canarias ha permitido en estos últimos años reconocer el trabajo de una docena de autores insulares, empezando por el propio Viera y siguiendo con los poetas Bartolomé Cairasco de Figueroa (1538-1610) y Antonio de Viana (1578-1650), autores fundacionales de la literatura canaria. A pesar de su política cultural raquítica y atolondrada, el Gobierno regional dedicó durante estos años algunos recursos a la divulgación de la obra -y la biografía- de otros autores imprescindibles en nuestra literatura, como María Rosa Alonso, Arturo Maccanti, Tomás Morales, Pedro García Cabrera, Pedro Lezcano, Agustín Millares, Rafael Arozarena, Pino Ojeda o Agustín Espinosa, entre otros.

No todas las decisiones del Gobierno han sido siempre aplaudidas. A veces, la elección de autores ha respondido más a presiones de carácter insular, o política, o a una errónea concepción de lo que es la literatura -la elección del científico Blas Cabrera en 2012 sería un buen ejemplo- que a la lógica. Pero no puede negarse que la propuesta de concentrar en el nombre de un autor los actos, obras de divulgación y exposiciones han contribuido en estos años a un acercamiento de los lectores canarios a lo mejor de nuestra literatura.

Por eso, sorprende el impasse que el nuevo Gobierno -y especialmente el área de cultura- mantiene en relación con la celebración de la efeméride el próximo 2020. Hasta la fecha no se sabe si el Gobierno va a mantener o no la conmemoración. De hecho, aún se desconoce no ya quién será la persona elegida para celebrar las Letras 2020, sino incluso los motivos por los que no se ha iniciado aún el procedimiento de envío de solicitudes de adhesión a las entidades culturales para elevar la propuesta definitiva al Parlamento de Canarias. En años pasados, por estas fechas, ya era público el nombre del escritor homenajeado. Es cierto que el actual Gobierno acaba de incorporarse hace unos meses, y que la gestión cultural está en manos de Unidas Podemos, un partido que no se ha significado precisamente por una gran preocupación por la difusión de la cultura escrita.

El viceconsejero de Cultura, Juan Márquez, en su etapa como diputado de la oposición, estuvo más interesado siempre por otros aspectos del hecho cultural canario -como la música, que es su profesión- que por la literatura escrita en las Islas. Es legítimo que cada cual pueda tener sus preferencias, pero el día de las Letras Canarias es una celebración reglada, con un procedimiento de selección perfectamente establecido. Si el Gobierno, o su responsable de Cultura, han decidido modificar el procedimiento -convertirlo en discrecional o insularizarlo- o incluso suprimir la celebración, deberían dar al menos una explicación de porqué. No mantenerse en este silencio inexplicable.

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