Dedicado a mi amiga Nuria Alberti.
EBFNoticias | Francisco Gavilán | Foto principal: Pixabay | Durante siglos, fue impensable que una mujer se atreviera a viajar sola. Antiguos estereotipos machistas la hubieran hecho sospechosa de algo, aparte de correr riesgos por su condición genérica. Nunca fue visto con buenos ojos que las mujeres viajaran sin acompañante. Pero, del mismo modo que hoy vivir sola es una opción tan saludable y natural como hacerlo en compañía de una amiga, de una pareja, o de una mascota, viajar sola ha dejado de ser un tabú. Empieza a ser notable el número de mujeres inconformistas que decide recorrer el mundo solas. Las reservas individuales femeninas han crecido más del 50 por ciento en los últimos años. De ahí que haya hoteles exclusivos para ellas, agencias de viajes, y guías especiales para las mujeres de todas las edades. Una tendencia que se advierte entre los 18 y 55 años. La movilidad de las personas, pues, se está transformando. Ahora, la mujer que viaja sola ya no es una loca, sino una persona valiente, activa, moderna, y hasta envidiada por muchas otras. Aunque los hombres la sigan todavía mirando con extrañas sospechas. Decía Joseph Conrad que “Ser mujer es terriblemente difícil, porque consiste sobre todo en estar relacionada con los hombres”
Foto: Mexkebuena
Christina Dodwell, viajera, exploradora, y diplomática inglesa, fue casi una pionera en la aventura de viajar sola. A partir de los años 60 siempre viajó en solitario. Tan sorprendente le parece a su entrevistador el coraje de Dodwell, que al preguntarle si siempre viaja sola sin que, ni siquiera le acompañe su marido, responde: “Siempre viajo sola. Mi marido me acompaña en todos los viajes… hasta el aeropuerto. Una vez allí le digo: “Te quiero, adiós” y me voy”
Pese a todo, aún son mayoría las mujeres que no se atreven a viajar solas. Los principales motivos que las disuaden de hacerlo son:
- Miedo a la soledad (viajar sin compañía les parece, además, triste (creen que los demás van a pensar que viajan solas porque no han encontrado compañía)
- Miedo a la inseguridad (la propia incertidumbre sobre lo que te puede pasar)
- Riesgo de tener conflictos con los hombres (y carecer de apoyo)
- Presión familiar (el agobio al que la someten los miedos de los demás)
- Sentimiento del deber moralde viajar con la pareja o con familiares o amigas
- Miedo a enfermar
- Vergüenza de comer o cenar sola en un restaurante (muchas mujeres se siguen sintiendo avergonzadas cuando están solas)
- Miedo a lo desconocido (y a salir de noche)
- Miedo a la propia libertad (el excesivo apego a la familia o a la pareja les ha impedido conocer cómo se vive en libertad)
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Mujeres solas, un fenómeno en alza
Sin embargo, empiezan a ser muchas las mujeres inconformistas que rompen esa barrera de prejuicios personales, familiares, o sociales y apuestan libremente por la aventura de viajar solas. Son las que se sienten dueñas de su vida y de su tiempo. Se apodera de ellas una sensación de innegable y absoluta de libertad. No dependen de nadie. Y nadie depende de ellas. Ni siquiera han de pensar en la gente que han dejado atrás. No la echan de menos. No sienten la presión de nadie. Sólo dependen de sí mismas. Hacen su propio programa sin ayuda de nadie. Sin reglas que seguir. Sin tener que esperar a que un hipotético acompañante se detenga a menudo a comprar souvenirsante un acosador vendedor ambulante. Solas, las mujeres pueden visitar las cosas que realmente les interesa ver. No las que quieren los demás. Así, cada día se convierte para ellas en un misterio. ¡Pueden hacer lo quieran! La mujer nunca se sentirá tan catártica como en un viaje en solitario en el que encontrará momentos de paz y de reflexión que, probablemente, nunca haya tenido en su propia ciudad. Las palabras de la periodista Ann Friedman lo expresan aún con mayor rotundidad: “Las mujeres experimentas una sensación de independencia total”.
Hasta tal punto, que periodistas como la búlgara Sonia Mijeva sostienen que “ya no me imagino programando un viaje con alguien”La veterana periodista de televisión Rosa Mª Calaf también abunda en este mismo sentido: “No me gusta el viaje organizado. Me gusta viajar sola. Es la manera de encontrarte a ti misma, de saber tus propios límites, porque el viaje en solitario tiene unas características muy particulares que lo alejan del viaje en grupo”(Mujer Life, enero 2015) Las viajeras inconformistas son las que han aprendido a vivir sin tener su atención centrada en un hombre considerándolo la solución a cualquier necesidad o problema. Si aspirasen a comportarse como un hombre, seguro que serían mujeres carentes de ambición. Viajar sola invita a liberar cuerpo y mente y eliminar prejuicios.
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Solas… ¡con la única compañía de su maleta!
Las mujeres viajeras inconformistas entienden perfectamente el objetivo que las guía y eso les ayuda a abstraerse y aprender mucho sobre sí mismas. Rompen con el papel y el lugar que ocupan en su vida, y con los tabúes sociales. Por esta razón, el viaje les resulta tan o más enriquecedor que a los hombres. “Las mujeres que viajan solas –apunta la psicóloga Ana Jiménez– son positivas, decididas, y tienden a relativizar los problemas debido a la practicidad que han ido desarrollando en cada uno de sus viajes. Son mujeres con un alto grado de responsabilidad y muy organizadas” (Psychologies, Junio 2008). Viajar sola no es sentirte sola. Es la oportunidad de disfrutar de tu íntima libertad. Redescubrirte a ti misma. Crecer. Madurar. Incrementar la autoconfianza. Después de pasar por la experiencia de estar y viajar sola, podrás exclamar como Simone de Beauvoir: “¡Sabía que podía ya contar conmigo misma!”
Tú eres tu mejor compañía
Sin excluir la posibilidad de conocer gente extranjera o local que te interese y te hace sentir emociones. Sin el aburrido fastidio de un novio o amigo que se queja con la típica frase ¿Cuándo volvemos al hotel? (O te previene constantemente como atávico protector de no tomar peligrosas decisiones, como si tú acabases de salir del jardín de infancia, o peor aún: por ser mujer) Sola, puedes invertir horas y horas de conversación con alguien hasta que te plazca. Estás obligada a hacer amistad con extraños en el día a día para preguntar cuestiones personales, puntuales o información diversa. El trato, a veces, puede ser tan profundo que, al final del día sientes como si fueseis viejos amigos. Pero teniendo siempre presente que no deja de ser un extraño, por lo que es vital aplicar la psicología. Los motivos para viajar sola son múltiples y ninguna mujer debe renunciar a hacerlo. Si tú quieres viajar acompañada y no tienes a nadie en ese momento, no sacrifiques tu sueño: viaja sola (si eres extrovertida tendrás la ocasión de hacer nuevos amigos); si tu pareja, amiga/o o familiares no tienen interés por tu destino favorito, tampoco renuncies: viaja sola (no es ningún drama, seguro que encuentras a alguien con el que merezca compartir tu experiencia, sin que esto llegue a suponer tampoco una necesidad ; si tú pasas la mayor parte del tiempo acompañada, te sorprenderá cuán placentero resulta viajar sola de vez en cuando: ¡tú eres tu mejor compañía!
Toda mujer debería viajar sola al menos una vez en su vida”. Rosa Mª Calaf
Podrás hacer todo lo que te apetece y nada de lo que no te apetece: asistir a eventos públicos, festivales de música, funciones de teatro (aunque no domines el idioma local, lo deducirás por el lenguaje no verbal), alternar en pubs, cenar en restaurantes que dispongan de mesas comunes para comer junto a otros comensales, o sola. Sentarte en una terraza y almorzar al aire libre, deleitándote con el sol, la gente que pasa, la comida y una buena copa de vino. Sin preocuparte si tienes que desabrocharte el botón del pantalón. O, simplemente, puedes quedarte en el bar del hotel para conocer su ambiente. Si algún miedo sobre tu seguridad personal te hace dudar de viajar sola, a continuación se te brinda la forma de hacerlo incrementando tu autoconfianza mediante unas sencillas reglas.
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Guía de supervivencia para mujeres disconformes con el estereotipo machista “Una mujer no debe viajar sola ni salir de noche”
Para aquellas mujeres inconformistas con los códigos sociales machistas aún imperantes, y que necesitan defender su independencia, la escritora y viajera Janice Leith, les brinda en su libro The solo traveller´s handbook 15 consejos para “salir de noche” durante sus viajes al extranjero:
- Comprueba con alguien si el sitio es seguro: antes de acudir asegúrate de si el lugar es seguro. Como cada persona tiene un sentido diferente de lo que es o no seguro, busca una opinión o dos antes de acudir al sitio.
- Planea cómo ir y cómo volver: en función de donde estés y el tiempo que vas a permanecer fuera, toma un taxi seguro (oficial). Si regresas en bus público, trata de sentarte lo más cerca del conductor.
- Deja una nota y toma una tarjeta del mismo: deja una nota en tu habitación diciendo donde has ido y coge una tarjeta del hotel. Si desconoces el idioma del país, muestra la tarjeta al conductor del taxi.
- No te lleves bolso o mochila:es un objetivo para los ladronzuelos y una cosa menos de la que preocuparte
- Distribuye tu dinero en más de un sitio: ten algo de dinero en un lugar fácilmente accesible, pero en caso de pérdida o robo, oculta otra parte del mismo un zapato o sostén. Si, pese a todo, te asaltan, en esas circunstancias y antes de que te quiten todo, lo mejor es, si ello es posible, negociar con el ladrón y preguntarle qué quiere llevarse para dárselo. (Es obvio, pero no hagas ostentación de dinero)
- Diviértete, haz amigos, pero…: cuando salgas y conozcas a gente recuerda que son desconocidos. Tú no sabes realmente nada de ellos para permanecer en un lugar público siempre con los mismos.
- Gánate la simpatía del que te sirve: si tú te encuentras en un pubo en un bar, hazte amiga del camarero, de forma que puedas contar con su ayuda si alguien te molesta.
- Sé consciente de tu bebida: no permitas que alguien te distraiga de forma que puedan volcar algo en tu bebida. Estate atenta de ello todo el tiempo.
- Sal de noche descansada y permanece sobria:es importante tener tu capacidad mental activa cuando salgas de noche y no beber demasiado.
- Hombres y mujeres son iguales: algunas veces, la gente asume que las mujeres están más seguras que los hombres. Esto no es así y debes tenerlo presente.
- Donde te alojas en un asunto tuyo: el hotel donde te hospedas es tu seguridad. No le digas a cualquiera cuál es.
- Las mujeres deben vestir apropiadamente: no me gusta sugerir que una mujer podría ser responsable de llamar la atención de los hombres por su vestimenta. Sé que la mujer es libre de vestir como quiera. Pero la verdad es que si tú vistes de forma moderada atraerás menos la atención no deseada. Piensa en ello si estás en un país extranjero que apenas conoces. Asimismo, no lleves excesivas joyas.
- Conoce cómo conseguir ayuda si la necesitas: si tú llevas un móvil, aprende el número local de emergencias. Si tu no has aprendido a pedir ayuda en el idioma local.
- Busca ayuda para alguien que la necesite: si alguien te pide ayuda, busca a alguna otra persona para que ayude también. La ayuda será más efectiva.
- Sé descortés o grosera si es necesario: si te está molestando alguien que no quiere entender tu negativa, compórtate con descortesía y en voz alta. Casi con toda seguridad interrumpirán sus intenciones. (Ver, en este sentido, mi reportaje de Ghana, publicado en este blog, como las extranjeras se zafan de forma efectiva del acoso constante de los nativos)
No hay que subestimar que, efectivamente, haya países o ciudades más peligrosas para la mujer. Pero publicaciones digitales como Journey Woman o guías como Eyewitness pueden ser de gran ayuda informando sobre las zonas más arriesgadas y brindando múltiples consejos al respecto. En este sentido, la escritora Mary Morris también advierte de una característica que cuenta más a favor de las mujeres que de los hombres: “Las mujeres nos movemos por el mundo de otra forma. Nuestra percepción se agudiza porque nos sentimos más alerta” (SModa 27-7-2013). “Estar solas –agrega—nos permite aprender mucho de nosotras mismas”
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En cualquier caso, la mujer que ha superado sus miedos y viaja sola se convierte (igual que el hombre) en una persona mejor, más madura, más inteligente, más independiente, más activa, más decidida, y, especialmente, más enriquecida culturalmente. Y así la percibe actualmente a la mujer el personal de servicio en los hoteles o restaurantes, en detrimento de la percepción que se tenía de ella en tiempos pasados. Tanto es así que, según un estudio realizado por la consultora Cap Strategic Research revela que las mujeres son hoy el sector más importante del turismo. Como contaba mi amiga la periodista y viajera Cristina Morató al periódico La Vanguardia: “En 1930, la Royal Society de Londres consideraba que la mujer no estaba preparada para viajar. Hoy soy la vicepresidenta de la Sociedad Geográfica Española y ya mayoría de los miembros de la junta son mujeres”
La época en que la mujer necesitaba la protección masculina ha pasado a mejor vida. La nueva dinámica social femenina se vale por sí misma. Y para las mujeres inconformistas que por motivos de seguridad u otras razones sólo deseen mezclarse con personas de su propio género, existen agencias de viaje, hoteles, y actividades turísticas y aventureras diseñadas exclusivamente para ellas, y pueden reivindicarlo bajo el movimiento Women Only, una tendencia que surgió en Estados Unidos en los años 80 entre mujeres solteras e independientes. Aparte de este sello internacional, en España ya existen agencias como: womviajes.com, ellasviajan.com, mujeryviajeras.comy focuswomen.com, que satisfacen necesidades específicamente femeninas. Y aunque este movimiento pueda parecer contradictorio en una sociedad que postula la igualdad, en realidad no es así. Entre sus objetivos, no sólo está el viajero, sino que defiende también planteamientos reivindicativos, autosuficientes, y solidarios con el ser humano. Mary Wollstonecraft, la escritora y feminista inglesa, resumía así la vindicación feminista: “No les deseo a las mujeres que tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas”
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