Soneto lingüístico número 3
«El punto lo pondré donde proceda
–sentencia un escritor con fundamento–:
si es libre la oración, irá por dentro;
si forma parte de otra, va por fuera».
Nos habla este señor de ese puntito
que baila con paréntesis, comillas,
corchetes, rayas… –dobles puertecillas
que ayudan a ordenar lo que está escrito–.
Razón no ha de faltarle a este escribiente,
mas todos no le dan su asentimiento;
por eso ahora se ordena lo siguiente:
«Ya nunca escribirás (es mandamiento)
un punto antes del signo, aunque te tiente;
detrás va siempre y todos tan contentos».*
Dedicado a Martín Torre, jefe de la Sección de Tesorería de la Universidad de La Laguna
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