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Pesadillas o pérdida del olfato son algunos de los signos del Parkinson

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EBFNoticias.- El VII Seminario sobre Parkinson que celebra la Sociedad Española de Neurología en Gran Canaria este fin de semana, aborda la creación de biomarcadores y la identificación de signos precoces de la enfermedad. De este modo, se pretende desarrollar fármacos para ralentizar el avance de esta patología y evitar la aparición de los síntomas motores o el deterioro cognitivo. Algunos de estos síntomas premotores son las pesadillas o la pérdida de olfato, lo que los convierten en factores de riesgo.

El profesor emérito de Neurología de la Universidad de Barcelona, el Dr. Eduardo Tolosa, aborda en su intervención en el Seminario la descripción de los síntomas del Parkinson llamados pre-motores “por aparecer antes de los síntomas motores clásicos de temblor o lentitud de movimientos. Estos síntomas son frecuentes en la fase declarada del Parkinson, pero pueden anteceder al diagnóstico. Entre estos signos destacan la pérdida de olfato, el estreñimiento y los problemas de sueño; estos últimos (pesadillas y agitación nocturna) son los más específicos, pero ocurren solo raramente en la fase premotora. Se acepta que estos puedan aparecer incluso 15 años antes de los síntomas clásicos motores.  Nos interesa identificarlos pues constituyen un factor de riesgo para desarrollar más tarde los síntomas motores clásicos de la enfermedad”.

A pesar de ello, el especialista advierte que en estos momentos “no podemos detectar de forma fiable el Parkinson premotor en la práctica clínica. No disponemos de un marcador fiable que nos indique que alguien, sin los síntomas clásicos de temblor, lentitud de movimientos y rigidez muscular, tenga ya la enfermedad de Parkinson. Pero la presencia de varios de estos síntomas en un individuo le confiere un riesgo para que más tarde desarrolle la enfermedad en un corto espacio de tiempo. Esta situación podría cambiar en poco tiempo si se acaban de perfeccionar las tomografías cerebrales que identifican los agregados de la proteína sinucleina, un marcador de la enfermedad”.

Sin fármacos que detengan la enfermedad

El tratamiento actual del Parkinson es sintomático. De momento no se disponen de fármacos que detengan la progresión de esta enfermedad. “Lo que si se logra con la detección y el tratamiento precoz es la mejora de los síntomas y de la calidad de vida del paciente”, confirma el Dr. Tolosa. También hay pacientes con síntomas muy leves que optan por no medicarse, entre otros motivos, para evitar los efectos secundarios de los fármacos. Si su calidad de vida es buena sin tratamiento, es una opción razonable en la fase más inicial de la enfermedad.  

El desarrollo de biomarcadores supone un tema central para la investigación del Parkinson. En las fases prediagnósticas sería de gran utilidad médica contar con una herramienta eficaz que detecte la enfermedad. El Dr. Eduardo Tolosa informa que “numerosos estudios internacionales están dirigidos a identificar, por un lado, marcadores diagnósticos, y por otro, marcadores de progresión de la enfermedad. Hay marcadores clínicos, otros de sangre, saliva, orina u otros tejidos y de neuroimagen. Estamos cerca de disponer de una tomografía que permitirá visualizar los agregados de la sinucleina en el cerebro. La información que aportaría esta prueba de neuroimagen será muy importante”.

El profesor universitario incide en que “el interés de estos marcadores reside, sobre todo, en su utilización en la fase premotora. Solo el tratamiento neuroprotector aplicado en fases premotoras evitará la aparición o la retrasará de forma importante la aparición de los síntomas motores clásicos”. El doctor augura que en el futuro “podremos detener la extensión de los acúmulos de sinucleina en el cerebro, y consecuentemente, detener el progreso de la enfermedad. En cualquier caso, los avances más recientes nos llevan a pensar que en la próxima década contaremos con un método de diagnóstico premotor para elaborar estrategias preventivas”.

El ejercicio físico mejora la calidad de vida

La Dra. Àngels Bayés, responsable de la Unidad de Parkinson y Trastornos del Movimiento del Centro Médico Teknon, que interviene hoy en el VII Seminario sobre Parkinson que se celebra en Gran Canaria, disertará sobre la naturaleza multisintomática del Parkinson y sobre cómo se puede optimizar el tratamiento farmacológico o quirúrgico, con la aplicación de terapias complementarias, dirigidas a los síntomas que presentan los pacientes. De este modo, confirma que “el ejercicio aeróbico se ha demostrado eficaz para mejorar la calidad de vida de los pacientes”.

La especialista detalla que “existen varios estudios que demuestran el beneficio de las terapias no farmacológicas en esta enfermedad. Por ejemplo, en una publicación de Acta Neurológica Scandinava, en 2010, en que se estudiaron a 28 afectados de Parkinson. 15 de ellos entraron en un programa de rehabilitación de ejercicio aeróbico dos veces por semana durante 12 semanas, y 13 pasaron a formar parte del grupo control, que mantuvo su estilo de vida habitual. El tratamiento proporcionó mejoras en su autonomía, física y cognitiva, especialmente las relacionadas con las funciones ejecutivas”.

Rehabilitación para mejorar el rendimiento motor

La Dra. Bayés recuerda, además, “que existe otro estudio de Frazzita, publicado en 2015, que investigaba el efecto de 4 semanas de rehabilitación intensiva multidisciplinar durante 2 años, repitiendo el proceso una vez al año. En el grupo de pacientes que se sometió a esta terapia presentó una mejor progresión en lo que se refiere al rendimiento motor, autonomía y sobre el uso de levodopa”. Esto apuntala la hipótesis de un probable efecto neuroprotector de estas terapias.

Asimismo, el apoyo psicológico puede ser crucial en el manejo de los cambios del estado anímico y en la depresión en los pacientes de Parkinson. “Se debe combinar con el tratamiento farmacológico cuando las características del cuadro clínico así lo requieran. La existencia de programas psicoeducativos, como el programa ‘Edupark’, son herramientas que aplicadas en los inicios de la enfermedad, tanto al afectado como a su familiar, pueden prevenir cambios anímicos o minimizarlos”.

Por último, la especialista concluye que “los ejercicios rehabilitadores o la combinación efectiva de fármacos pueden solventar problemas asociados a la enfermedad, como la dificultad para miccionar o la impotencia”. Además, la Dra. Àngels Bayés recomienda estar atentos a los síntomas, ya que en ocasiones patologías como la fibromialgia enmascara en realidad un estado inicial de la enfermedad de Parkinson.

 

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