Hay una corriente de opinión que dispara contra los periodistas que le dieron cobertura televisiva al suceso. Injusto. No maten a los mensajeros, no los maten…
La noticia es más que conocida. Según los Mossos d’Esquadra, los padres de la pequeña Nadia han gastado en fines particulares unos 600.000 euros de los 918.000 recogidos en donativos desde 2008 para intervenciones médicas de envergadura que finalmente no se realizaron. Todos los detalles de la presunta estafa de esos padres cuya hija está aquejada de una enfermedad rara han quedado al descubierto. Entre Fernando Blanco y su mujer, papás de la criatura, fabricaron un mundo de mentiras para manipular la compasión de una sociedad que ante casos de esta índole siempre responde. Piden y dan. Todos nos volcamos ante una historia y unas imágenes, la de la niña, expuesta como banderín de enganche del lado más oscuro del ser humano. Hay que tener el corazón de hierro para no conmoverse frente a eso y querer ayudar a una chiquilla que sus padres paseaban en los medios, tv fundamentalmente, sin el más mínimo respeto. Lo que no sabía nadie es que esa pequeña tenía el enemigo más devorador, el más peligroso, en casa, al lado de su cama, sus cuidadores a los que espero le retiren la custodia de la pequeña.
Cuando la sociedad ha leído con estupor lo que esos padres escondían, es decir, la mentira más miserable, se han resistido a creerlo porque nadie entiende tanta maldad como lo es enriquecerse con la enfermedad de una hija pero es la realidad, la dura realidad y los culpables únicos Fernando Blanco y su mujer, los papis estafadores de Nadia.
La noticia oficial decía así: El fiscal ha pedido prisión sin fianza para Fernando Blanco, el padre de Nadia, ante el riesgo de fuga y de que destruya pruebas en la causa sobre la supuesta estafa con los donativos para tratar a la niña, ya que la familia gastó en fines particulares 600.000 de los 918.000 euros recaudados.
Los periodistas, utilizados.
Esa es la historia, la denuncia, el desarrollo y finalmente la detención de Fernando Blanco. Sin embargo desde hace unos días escucho y leo una corriente de opinión que tiene el insano deseo de culpar a los medios de comunicación, especialmente a Tele5 y Antena3, a los que acusan de “hacer más grande la noticia”. Inventar y mentir, vamos. Me parece injusto y miserable. Es más, me atrevería a decir que las cadenas que han cubierto el “caso Nadia” lo han hecho con profesionalidad, de buena fe, siempre en colaboración con los padres de la pequeña que la traían y llevaban acá y allá. En periodismo cuando en una noticia aparece un menor enfermo con unos padres en precariedad económica que facilitan el trabajo informativo, el camino está andado. Colaboración mutua con un fin último de ayudar a esa familia. Todos hemos vivido situaciones de ese tipo.
Ayer hablé con amigos de Antena3 y comentaban respecto al caso que “no había ni un solo motivo para dudar de la veracidad del relato de los padres”, contó. Otro periodista que igualmente ha seguido el proceso dice que en la primera aparición televisiva de la niña, 2008, le pidieron a los padres el historial médico de la pequeña. Y con ese historial médico más las pruebas a las que la pequeña se sometió posteriormente consideraron que no había resquicio a la duda. Enfermedad rara.
No olviden que el “caso Nadia” nació en el año 2008, muchos años ya para que entre periodistas y padres se cimente una relación de cariño, afecto, amistad y sin duda compasión. De eso entiendo un poco porque yo misma tengo relaciones estrechísimas con madres que han sufrido lo indecible con sus hijos. Quienes me siguen lo saben. Tal vez esa complicidad, esa buena fe fue la que aprovechó el sinvergüenza de Blanco para pedirle a conocidos presentadores de TV filmar video con la niña, por ejemplo con Susana Griso, Mamen Mendizábal y otros. El fin de sensibilizar a la sociedad y sacarle todo el dinero posible.
No maten al mensajero, al contrario, sin ellos hubiera sido imposible desenmascarar a Blanco. De hecho fue una periodista la que sospechó, investigó y lo llevó ante el juez. Y de ahí, a la cárcel. Donde hoy está Blanco.
Según han informado fuentes judiciales, el fiscal ha solicitado al titular del juzgado de instrucción número 1 de La Seu d’Urgell (Lleida) que acuerde como medida cautelar la prisión provisional sin fianza para el padre de Nadia, al apreciar que existen indicios de un delito grave de estafa y ante el riesgo de fuga y de destrucción de pruebas.
El juez, que ha interrogado al padre durante unas dos horas, está ahora pendiente de resolver sobre la petición del fiscal, lo que abordará una vez que haya finalizado la declaración de la madre, Marga Grau, que declara también como imputada por un delito de estafa.
Según los Mossos d’Esquadra, los padres de Nadia han gastado en fines particulares unos 600.000 euros de los 918.000 recogidos en donativos desde 2008 para intervenciones médicas de envergadura para su hija, que finalmente no se llegaron a hacer.
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