EBFNoticias/ Mónica Ledesma.- Periodista de raza, comunicadora nata, apasionada de la Ciencia, madre feliz y, además, empresaria. Verónica Martín es un ejemplo de esa lucha constante a la que se enfrentan muchas otras mujeres para hacer de su profesión su ilusión diaria. A punto de cumplir 20 años en el oficio, esta profesional de los medios ha logrado reinventarse en un sector donde las oportunidades comenzaron a escasear a consecuencia de la crisis. Afirma que desde pequeña la vena periodística ya corría por sus venas, pues hacía revistas infantiles en el colegio y las vendía a 25 pesetas en el recreo. «Siempre fui muy curiosa pero la vocación real me entró en Bachillerato cuando se creó la radio de mi instituto Radio Poeta (del Poeta Viana). Allí descubrí lo maravilloso que es comunicar. Justo vivimos un momento informativo muy interesante con la Guerra del Golfo de 1991 y hacíamos desconexiones para engancharnos a Radio Nacional. Todo ello hizo que me entrada el gusanillo de querer dedicarme profesionalmente a contar historias. Empecé a estudiar Periodismo en 1992 y desde más o menos 1998 trabajo en ello», recuerda.
Cuando optó por estudiar Comunicación fue en aquella época en que en Canarias solo se podía cursar el Segundo Ciclo de Periodismo y como no tenía ningunas ganas de hacer otra carrera previa, a pesar de su 18 años recién cumplidos, ya estaba independizada y decidió irse a Madrid; una ciudad donde tuvo que estudiar y trabajar al mismo tiempo. »Me admitieron en la Universidad Complutense y allí cursé hasta tercero de carrera. Luego, como eso de que la tierra tira mucho, decidí regresar y terminar la carrera en la Universidad de Laguna donde me licencié en 1998. Años más tarde me especialicé en Periodismo Científico con un Postgrado por la Universidad Nacional a Distancia (UNED) y en la actualidad curso un Máster en Dirección de Empresas con la Escuela Canaria de Negocios (ECN)», explica.
Cuando regresó a su Isla natal empezó a trabajar en una agencia de comunicación que se llamaba Edecom&Asociados. «Comencé haciendo lo que se llamaba el ‘recorte de prensa’, es decir me levantaba a las cinco de la mañana para leer los periódicos y recortar (esto es literal) las noticias que más importaban a nuestros clientes que eran gabinetes de prensa políticos y empresariales. Suena poco glamuroso pero, entre otras cosas, me dedicaba a fotocopiar las páginas de esquelas y se las enviaba por FAX al entonces vicepresidente del Gobierno, Lorenzo Olarte… para que cuando se levantara a las siete pudiera enviar los pésames correspondientes. No es un inicio para un Pulitzer, pero así fue» matiza Verónica Martín.
En 1999 pasó a formar parte de la redacción del por aquel entonces joven periódico La Opinión de Tenerife donde permaneció hasta 2009. »En ese año llegaron los primeros despidos de esta interminable crisis y me vi en la calle. Sin embargo, siempre digo que ahí es donde se me quitó el miedo al paro y eso me ha servido de mucho posteriormente. Es entonces cuando decido montar CMayúscula, una empresa dedicada a la divulgación científica pues esa era la materia que más me gustaba y en la que me había formado (aunque también estuve en Sanidad, Cultura y Política en La Opinión). Entre 2009 y 2011 trabajé para centros como Museos de Tenerife o el Instituto de Astrofísica de Canarias. A finales 2010 me llaman de Diario de Avisos para asumir la subdirección del periódico y en febrero de 2011 me incorporo. Tres años después decido retomar mi empresa que es donde me encuentro actualmente con proyectos como TLP Tenerife, First Lego League o la dirección de cursos de divulgación para la Universidad de La Laguna, entre muchos otros», incide la periodista.

- ¿Qué le llevó a convertirte en periodista emprendedora/empresaria?
– En un momento dado vi la oportunidad de explotar mi especialidad, el periodismo científico, desde una perspectiva empresarial fomentando la comunicación entre la sociedad y las instituciones o empresas científicas y tecnológicas. Es algo muy creativo y divertido que me obliga a estar en constante formación y observación y eso me motiva mucho. Estar cambiando de proyectos y vivirlos intensamente hace que me divierta esta faceta laboral en la que me encuentro.
- La crisis ha herido casi de muerte al periodismo. ¿Cree que es una profesión que tiene los días contados?
- Para nada. La crisis ha tocado (y casi hundido) los modelos tradicionales de comunicación unidireccional a través de periódicos, radios y televisiones. Estamos en el momento en el que la comunicación es el eje de todos los proyectos, las personas llevan un ordenador en sus bolsillos y están constantemente con hambre de nuevas noticias. Ha cambiado el modelo, la forma de ganar dinero con esto, pero ni la comunicación ni el periodismo han muerto. Lo que ha ocurrido es que en el período de transición nos ha tocado bailar con las más fea, las empresas llegaron tarde a la reconversión, los periodistas no vimos a tiempo la que se nos venía encima… y eso ha llevado a una situación muy compleja… pero estoy segura de que los periodistas somos profesionales muy válidos, solo que ahora ya no escribiremos solo en un medio y muchas veces ni siquiera eso será lo esencial de nuestro trabajo.
– Muchas empresas informativas han sustituido a periodistas con experiencia por becarios o colaboradores que ofrecen su trabajo incluso de manera gratuita. ¿Qué opina al respecto? ¿Cómo se puede frenar el intrusismo profesional?
– Todo es una cuestión de intereses. Sustituir una redacción de profesionales por personas ‘low cost’ no es la situación ideal, está claro. Nadie trabaja por nada. Los colaboradores gratuitos suelen ser profesionales que ven en sus colaboraciones una manera de darse a conocer y ganar clientes por otra parte y los medios ven en ellos una forma de resolver contenidos. Esto en sí, si está controlado, no es lo peor que le puede pasar a esta profesión. El problema está en la calidad de lo que se ofrece al público. ¿La gente va a un chino a comprar ropa igual que a una boutique? No. Pues el periodismo debe ofrecer información Premium y así será como realmente valga. No podemos dar información low cost de cobro mientras otros dan Premium gratis. Hay medios que sobreviven (y mantienen interesante beneficios) gracias a jornadas de 16 horas. ¿Se puede hacer periodismo Premium así? Está claro que no. En este modelo híbrido en el que nos movemos donde las empresas informativas no encuentran su lugar, está claro que los periodistas son los perjudicados. Por eso insisto en defender las firmas y en hacer un gran periodismo. Yo creo que el intrusismo profesional es casi imposible de frenar. También tendríamos que ver qué es intrusismo. En pleno siglo XXI no estar licenciado en Periodismo parece algo intolerable para ejercer la profesión pero en mi carrera me he encontrado a excelentes periodistas sin título y a grandes expedientes en la carrera que eran muy poco críticos o con talentos muy limitados. ¿Es eso intrusismo? O es que a la hija de un empresario que le gusta escribir la dejen… el público es quien manda en todo esto y… la realidad es que el público está dejando de consumir algunos medios de comunicación a favor de otros. Esa es la reflexión que deberíamos hacernos. Y, por otra parte, siempre apostaré por la formación reglada, aunque haya excepciones.
- ¿Considera que el verdadero objetivo del periodismo, el de vocación de servicio y de responsabilidad social, se ha transformado en un interés mercantil y, por ende, en ciudadanos poco informados?
– Yo creo que tenemos que distinguir ahora entre periodismo y periodistas que trabajan en medios de comunicación que tienen muy claro el servicio público (pese a que se pueda vivir de la publicidad) y profesionales que se dedican a la comunicación desde una perspectiva más amplia. Ahora si trabajo para un cliente mío y es ese cliente quien me paga es para que saque lo mejor de él, sin mentir porque eso sería deshonesto; pero para un periodista sus amigos están en el público y no en las fuentes y de eso se olvidan muchos. Yo tenía un jefe, Paco Cansino, que decía ‘donde hay publicidad resplandece la verdad’. Y es cierto, cuando un medio de comunicación tiene muchas entradas económicas, puede permitirse el lujo de ser lo más objetivo posible y meterse con quien sea porque no va a comprometer su economía. Ahora… en esta crisis la cosa ha hecho que se dependa de muy pocos anunciantes… y eso es realmente malo.
- ¿El periodismo, entonces, ya no es tan creíble? ¿Han fallado los periodistas en su labor?
– Creo que el periodismo sí es creíble. Tenemos los grandes casos de -corrupción en España (y en Canarias) que han salido a la luz gracias a los medios de comunicación. El problema está en cuando llega el desánimo a una redacción y la gente, agotada, no lucha por sus informaciones y se conforma con la información más profesionalizada que ofrecen los gabinetes de prensa. El desánimo y la falta de perspectiva puede hacer que la información baje mucho la calidad… y eso el público lo nota. Y, por supuesto, la falta de tiempo para hacer bien el trabajo.
– ¿Las nuevas tecnologías informan o desinforman?
– Informan y mucho. Ahora los niños hacen la tarea buscando divisiones de dos cifras en YouTube, vamos a las redes a buscar la última hora de las tormentas; tenemos la repetición de lo que alguien dijo en el Parlamento a golpe de un click… creo que estamos más y mejor informados que nunca, pese a los ‘fakes’ o a los bulos… Ahora yo me veo buscando ‘influencers’ de redes que son muy alejadas de lo que hacía normalmente como Snapchap o Vine y eso me deja claro de que la información es cada día más entretenimiento pero que, también, el público quiere grandes reportajes que triunfan en medios nuevos como El Español, que independientemente de su ideología, es un medio nuevo con periodistas que ha triunfado empresarialmente (de momento).
– ¿La información científica, como en su caso, genera interés ante una sociedad en la que solo parece primar el espectáculo?
– La información científica genera mucho interés tanto la que parece más show como la más profunda. Hace quince días vimos como todos los telediarios hablaban de las ondas gravitacionales y cómo el mundo entero se asombraba por ese descubrimiento. Los portales de noticias científicas y tecnológicas son de los más seguidos en todo el mundo. Eso nos da un dato del interés que despierta esta información. ¿Por qué? Porque es apasionante y tiene todos los elementos para enganchar: sorpresa, misterio y realidad al mismo tiempo… eso es la ciencia y por eso gusta tanto.
- ¿Cómo se lleva ser mujer, madre y periodista en una profesión no sujeta a horarios y en la que la conciliación familiar es bastante complicada?
– Bueno… la clave quizá sea que yo no tengo una vida laboral y otra personal. Soy la madre, la periodista y la mujer todo el rato. Mi hija, Candela, es una de mis prioridades vitales y nunca he faltado ni a una representación de final de curso, de teatro o de lo que sea por trabajo. Pero sin dramatismos, ella entiende perfectamente que tanto su padre como su madre trabajan mucho y que compaginamos nuestro trabajo con atenderla a ella. También entiende que atenderla no es cosa de mamá sino que los dos nos hemos implicado siempre en su cuidado al 50%. Los momentos más duros fueron cuando tenía que hacer cierres en el periódico y no la veía, entonces ella dormía con una camiseta usada mía para recordar mi olor… sin embargo, cada fin de semana libre que tenía (y que tengo ahora) es entero para ella: no me pierdo ni un solo cumpleaños de sus amigas y siempre reservo un hueco para estar juntas. Lo de ser mujer… ya es otra cosa. El Periodismo es una de las profesiones más feminizadas que existe en la actualidad; sin embargo lo del techo de cristal parece que a nosotras nos lo pusieron con cristal blindado porque apenas hay mujeres en las cúpulas directivas de los medios.
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