Ya veníamos advirtiendo desde hace algunos meses que a algunos dirigentes de Coalición Canaria se les estaba olvidando en qué consiste la lealtad institucional y parece que el tiempo nos está dando la razón, ya que la actitud y las palabras del presidente del gobierno de Canarias, Paulino Rivero, y sus asesores (flaco favor que les están haciendo) dan muestra de su sentido de la política. Parece ser que el presidente autonómico se le ha olvidado cuál es su cargo y en qué consiste porque si no, no entendemos tantas salidas de tono que rozan la irresponsabilidad política.
No es la primera vez que tratamos este tema pero habrá que recordarle al señor Rivero algunas cuestiones. Para empezar tendría que comprender que es presidente de todos los canarios sin excepciones, le hayan votado o no, y ante eso no puede utilizar su cargo para hablar en nombre de todos los ciudadanos y mucho menos para atacar a un partido y a un Ejecutivo Central que ha sido elegido mayoritariamente por el pueblo español. Y eso es lo que hizo el día de nuestra Patrona, la Virgen de Candelaria, donde aprovechó para seguir su alegato en contra de las prospecciones.
No sé lo que pensarán ustedes pero nosotros seguimos insistiendo en la idea de que utilizar una festividad religiosa (no política) de todos los canarios para hacer partidismo y atacar a un Gobierno Nacional de esa manera y a un ministro de forma particular no sólo demuestra poco respeto hacia las instituciones sino un carácter obsesivo.
Creemos que existen muchos días al año que sirven para hacer política, y a los hechos nos remitimos, pues el pasado jueves, 14 de agosto, compareció de manera extraordinaria ante los medios de comunicación en el Cabildo de Lanzarote para anunciar una posible ruptura de las relaciones institucionales entre Canarias y el Estado. Dicha comparecencia será legítima y extraordinaria, pero lo verdaderamente extraordinario en nuestra tierra es el paro, la exclusión social y la corrupción. Para eso Rivero no hace ninguna declaración política. Vergonzoso.
Nos gustaría saber con más detalle a qué se refiere el presidente de los canarios con esa amenaza. No sabemos si piensa anunciar otra consulta popular como con el tema de las prospecciones, que ya hemos advertido que es ilegal, para pedir la independencia o a lo mejor es que se plantea renunciar a los recursos que el Gobierno de España aporta a estas Islas. Habrá que recordarle al señor Rivero que los localismos nunca han resuelto nada, y si la crisis está afectando más seriamente al Archipiélago es precisamente porque se ha seguido la hoja de ruta equivocada. Y es que la deslealtad institucional demostrada durante estos años no tiene precedentes en Canarias, y no es la primera vez que el Gobierno de CC y PSOE hace un llamamiento a la rebelión mientras hacían suyas las medidas que los distintos Ministerios han planteado.
Hablamos del aplazamiento de la deuda autonómica, del Plan de pago a proveedores que dejó 650 millones de euros para pagar miles de facturas a empresas canarias, o del Fondo de Liquidez Autonómico, al que Canarias se acogió en 2013 por segundo año consecutivo, por poner algunos ejemplos.
No cabe duda, de que los hechos demuestran que la facción de CC que Rivero representa le ha faltado predisposición al diálogo, pero le han sobrado ganas de obtener rédito cortoplacista. Lo escrito tiene memoria, y conviene recordar que el Ejecutivo regional ha hecho gala de un victimismo injustificado, culpando al Partido Popular y al ministro canario José Manuel Soria de todos los males. Y ahora que cojea el argumento del maltrato estatal, ahora que Canarias es testigo de que PSOE y CC recortan en prestaciones sociales antes que en burocracia y Televisión Autonómica, ahora que las recetas del PP y el esfuerzo de todos los ciudadanos, han permitido reconducir poco a poco la situación, hay que buscar nuevas excusas que le permitan a Rivero justificar los problemas en su partido y seguir en su guerra particular en CC. Menudo ejemplo.
Sólo nos queda solicitarle nuevamente al presidente de Canarias un mayor respeto institucional y le instamos a ser coherente con el programa electoral con el que su formación política se presentó en las pasadas elecciones autonómicas y deje de confundir sus intereses personales y su batalla partidista con el interés general del Archipiélago, intentando boicotear por cualquier medio los trabajos de investigación de energía, como fuente de riqueza primaria, autorizados por el gobierno de España con todas las garantías jurídicas y medioambientales.
Es difícil de entender que con la segunda tasa de paro más alta del país y con un 30 por ciento de los canarios en riesgo de exclusión social, Rivero se dedique a poner trabas irracionales al desarrollo de Canarias negando la posibilidad de averiguar la existencia de nuevas fuentes de riqueza de las que el Archipiélago se podría beneficiar. En resumen y en dos palabras: irresponsabilidad política.
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