Pepe está hecho de una mezcla de acero especial, o bien no le queda más remedio que disfrazarse de supermán cuando le llegan las facturas de los proveedores. Como buen negociante sabe que dilatar el pago de la factura del vino y licores da tiempo a vender, lo poco que vende. Un cartel anuncia al cobrador “las facturas se entregaran del 20 al 25 de cada mes, ni antes ni después y los cobros del 10 al 15 del próximo mes”. Luego me ha confesado, que para dilatar aun más los pagos, confunde el titular del pagaré de forma que la cantidad está bien pero el titular es otro, y al otro viceversa. La triquiñuela, la picaresca forma parte de esta puta crisis que todos soportamos como y donde podemos.
La compañía eléctrica lo tiene amargado, la factura crece desmedidamente, no sabe donde recortar y se pasa el día encendiendo los ventiladores y apagándolos, la penumbra del bar de Pepe al anochecer tiene mucho que ver con los garitos de pos guerra. El expositor de tapas da pena verlo, otrora lleno de los más diversos pinchos ahora apenas una tortilla de papas, una ensaladilla rusa con poco atún y menos mahonesa, unas aceitunas con hueso y para de contar, atrás quedaron las tapitas de pulpito a la vinagreta, la carne en fiesta, etc.
Me cuenta Pepe la crispación de la gente. “¿te acuerdas de Antonio el carpintero?” , me pregunta, le digo que por supuesto, y sigue “Pues acaba de salir de la cárcel y a la espera de juicio, como ya sabes lleva en el paro más de un año y la economía domestica va fatal, ni un cáncamo que echarse a la boca, nada de nada… por lo que me han contado la parienta se metía con él tachándolo de vago y borracho, la verdad es que últimamente estaba bebiendo más de la cuenta, y la otra noche le dio una samanta de palos a la pobre mujer, que corría por el pasillo llorando a mares hasta que los vecinos avisaron a la policía, lo llevaron a la comisaria y luego al juzgado donde el juez ordenó prisión preventiva, ahora ha salido en libertad vigilada y no puede acercarse a su casa y menos a su mujer en mucho tiempo”.
Supongo que como el caso de Antonio habrá miles, la destrucción del núcleo familiar parece que es una consigna de la política a la que nos está llevando los hachazos brutales de un gobierno, el español, sometido a los chantajes del capitalismo salvaje que nos domina. Los políticos parecen alejados de la realidad social del pueblo al que representan. Cuando esos que nos dominan dicen que “solidariamente se rebajan un 7,5% de su sueldo de 4.000, 5.000 ó 7.000 euros mensuales” me dan ganas de vomitar pensando en los 700 euros máximos de prestación por desempleo o los menos de 800 euros mensuales de sueldo de la gran mayoría de los españoles. Cuando eliminan pagas extraordinarias, recortan el importe del paro obrero, rebajan sueldos de funcionarios, eliminan prestaciones en sanidad y educación, subvenciones en cultura y deportes. Mientras tanto, cada uno de estos diputados y senadores cobran en concepto de dietas un sueldo de más de 1.800 euros mensuales y se solicita ayuda a las entidades financieras del país por 100.000 millones de euros.
De vergüenza señores… de vergüenza, asco y miedo, mucho miedo por lo que va a ocurrir, por lo que se avecina. Le pido a Pepe un whisky doble, me lo sirve abundante él coge otro vaso y se sirve el resto que quedaba en la botella de JW negro como diciéndome “por si acaso… acabaremos la botella” guiñándome un ojo chocamos los vasos mandando a Rajoy, el Parlamento y el Senado en pleno a tomar por culo, y de paso a la Casa Real también, porque como dice Pepe “si el Rey es el Jefe del Estado y no hace nada para arreglar la mierda que deja su primer Ministro, es tan cómplice como él en todo lo que nos sucede y que no venga con la milonga de la Monarquía Parlamentaria que para ese camino no necesitamos ni alforjas ni Rey”
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