AGENCIAS.- Efectivos de la Guardia Civil han procedido a imputar a tres personas un presunto delito de estafa continuado, realizado a través de prensa escrita e Internet en las que publicaban falsas ofertas de trabajo. Los imputados son dos mujeres de 36 y 42 años y un varón de 44, todos ellos vecinos de Málaga.
Los hechos se iniciaron a raíz de tener conocimiento agentes del Equipo de Investigación Tecnológica de la Guardia Civil en La Rioja, de que un ciudadano residente en La Rioja Baja, había sido víctima de una estafa por valor de 7.200 euros.
Esta persona había contestado a un anuncio publicado en prensa escrita e internet, en el que se demandaban caballeros para realizar trabajos como gigoló y acompañamiento de mujeres de alto nivel económico. La investigación permitió a los agentes riojanos localizar en Málaga a los tres presuntos autores de estos hechos.
Se detectó hace más de diez años, y en la mayoría de los casos las víctimas son hombres y las estafadoras mujeres que los captan a través de los anuncios insertados en prensa escrita o publicados en internet.
La mayoría de estos casos no llegan a ser denunciados ya que las víctimas no se atreven por vergüenza o porque no desean que se conozca su intento de realizar este tipo de actividades para subsistir.
Modus operandis
La víctima contacta con el teléfono indicado en el anuncio, se le informa de que es un club muy selecto en el que disponen de un amplio catálogo de mujeres de alto nivel económico dispuestas a pagar por su compañía. Para ser miembro del club y acceder al catálogo, la víctima tiene que aportar fotografías suyas y datos personales.
Además, debe ingresar en una cuenta bancaria una cantidad de dinero que suele oscilar entre 300 y 1.000 euros. Efectuado el ingreso le comunican que hay una mujer interesada en sus servicios y que para llevar a cabo el encuentro tiene que ingresar otra importante cantidad de dinero, que va desde los 2.000 a los 7.000 euros.
En este momento se indica que esta cuantía es una «fianza» para asegurarse de que acudirá a la cita y para garantizar la seguridad de la clienta, siéndole reintegrado el dinero después del servicio, junto con otros 4.000 euros que paga la clienta por la cita.
Con este nuevo ingreso efectuado, los estafadores indican a la victima el nombre de la clienta, el día, la hora y el número de habitación del hotel donde se llevará a cabo el encuentro. Cuando la víctima se traslada al lugar se da cuenta que no hay ninguna habitación reservada ni persona esperando sus servicios.
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