Elblogoferoz.-No será la primera ni la última que veamos. Siempre se ha dicho que lo peor del fútbol infantíl son los padres (calentones).
Siempre es igual: un niño entra fuerte a otro compañero, desde la grada salta el primer insulto, desde otra grada responde el padre del primer menor y ya tenemos una pelea.
Desde el césped los chiquillos dejan de jugar y ven como sus progenitores se parten la cara. Todo muy edificativo.
Pasó en Buzanada, Arona.
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