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Manning: la “garganta profunda” de Wikileaks puede ser condenado a cadena perpetua

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Periodista-es/Mercedes Arancibia.-¿Qué ha pasado con Bradley Manning y por qué este silencio mediático sobre uno de los juicios de más alto perfil en Estados Unidos?, se preguntaba un reportaje de BBC Mundo el 28 de febrero de 2013, lamentando que con el paso del tiempo hubiera disminuido el interés por la que algo más de dos años atrás fue la noticia de portada de todos los medios de comunicación: la del soldado estadounidense acusado de filtrar miles de despachos diplomáticos a Wikileaks que después reprodujeron unos cuantos escogidos diarios de proyección internacional.

Bradley-Manning

La BBC se hacía la pregunta coincidiendo con el hecho de que, el día anterior, en una vista previa al juicio que está previsto comience el 3 de junio de este mismo año, Bradley Manning se había declarado culpable de 10 de los 22 cargos presentados por su acusación. Traidor para muchos de sus conciudadanos, “una voz de alerta que despierta las conciencias” para otros, al soldado Manning le esperan de momento veinte años de cárcel por las imputaciones aceptadas y puede que cadena perpetua por las doce restantes, entre las que se encuentra la de “ayuda al enemigo”.

Para David Brown, uno de los autores de un libro sobre el aparato secreto del gobierno de Estados Unidos, el caso ha estado deliberadamente envuelto en un “manto de secretismo” desde que, en mayo de 2010, el soldado de 25 años Manning, analista de inteligencia del ejército en Irak, donde prosigue una guerra cerrada en falso, fue detenido como sospechoso de haber entregado a Wikileaks información sensible para la diplomacia estadounidense.

Del desierto iraquí, donde le detuvieron, pasó a una base en Kuwait y de allí a la de Quantico, en el estado de Virginia, a Fort Leavenworth en Kansas y, finalmente, a Fort Meade, en Maryland, donde ha estado internado en espera de la resolución de los distintos procedimientos previos al juicio. Según denunció en su día el abogado David Coombs, en la base militar de Virginia Manning permaneció solo durante todo tiempo en una celda sin luz natural, sin poder recostarse y obligado a dormir desnudo durante varias noches; Coombs escribió en su blog que los soldados hacían preguntas a Manning cada cinco minutos para mantenerle despierto. En resumen, que en aquel lugar le torturaron; lo que denunciaron más de doscientos expertos legales que condenaron el trato recibido calificándolo de anticonstitucional, avalados por las palabras de Juan Menéndez, relator especial de Naciones Unidas para temas de tortura, quien definió como violación de sus derechos “las serias condiciones disciplinarias” a que fue sometido.

La vista del 27 de febrero, en la que el soldado Manning se reconoció culpable de diez de los cargos que se le imputan y declaró haber entregado los documentos secretos escandalizado por “la aparente sed de sangre” de los soldados con quienes convivía, y su desprecio por la vida humana, fue pública pero estaba terminantemente prohibido efectuar grabaciones. Resulta que evidentemente alguien lo grabó y, según cuenta ahora Pierre Haski en el digital francés Rue 89, “unos activistas estadounidenses, solidarios con Bradley Manning, han conseguido y colgado en YouTube la grabación de las declaraciones de la fuente de Wikileaks. Por primera vez disponemos de su versión contada por él mismo: lo que admite haber hecho y cuales fueron sus motivos”. La grabación completa de los 68 minutos en que el soldado Manning, un muchacho pequeño y con escasa voz, se expresa en inglés se puede ver y escuchar, con una calidad no excesivamente buena, en Youtube.

Como analista del ejército, Bradley Manning, destinado en Irak, tenía acceso a la mayor parte de los documentos militares secretos. Lo que hizo fue copiarlos y entregar un enorme fichero con cientos de miles de ellos a la organización dirigida por Julian Assange, que los pasó después, en sucesivas etapas, a distintos medios de comunicación sacando a la luz no solo episodios de las guerras en Irak y Afganistán sino también “pequeños y grandes secretos de la diplomacia estadounidense que constituyeron un gran acontecimiento, más por el método que por las revelaciones en sí mismas”.

En su declaración, escrita por lo visto mientras se encontraba detenido y en total aislamiento, el soldado Manning explica que se sintió “asqueado” por la actitud del ejército estadounidense en las guerras de Irak y Afganistán, sobre todo después de descubrir que había dado una versión falsa del ataque de un helicóptero de combate a un grupo de personas consideradas sospechosas en Bagdad, en el que resultaron muertos un niño y un periodista de la agencia Reuters. El vídeo que en 2010 difundió Wikileaks contradecía de principio a fin la versión del Ministerio de Defensa.

Según la traducción de las declaraciones, efectuada por la red mundial de blogueros Global Voices (globalvoicesonline.org), Bradley Manning dice: “El aspecto más alarmante del vídeo, a mi parecer, es la aparente sed de sangre (de los soldados estadounidenses). Deshumanizan a los individuos contra los que se baten, no dan valor a las vidas humanas porque hablan de las personas en términos de “bastardos muertos” y se felicitan por su capacidad para matar a un gran número de ellas. En un momento dado se ve a una persona en el suelo intentando arrastrarse para ponerse a salvo. Está gravemente herida. En lugar de pedir atención médica, un miembro del equipo aéreo le pide que coja un arma para tener un motivo para dispararle. Se diría que eran como niños torturando a las hormigas con una lupa”.

El soldado Manning esperaba abrir un debate nacional sobre el papel del ejército en la sociedad: “Yo pensaba que si el público en general, y los ciudadanos de Estados Unidos en particular, tenían acceso a estas informaciones… se podría abrir un debate nacional sobre el papel del ejército y nuestra política exterior, así como sobre las guerras en Irak y Afganistán… tenía el sentimiento de haber hecho algo que me permitía tener la conciencia tranquila, después de lo que había visto y leído, y lo que sabía que estaba pasando a diario”.

El juicio de Manning comenzará formalmente el 3 de junio de 2013. Los diez cargos de los que se ha declarado culpable le “garantizan ya veinte años de cárcel”. Por los restantes, entre ellos el de haber “ayudado al enemigo” con la difusión de las informaciones entregadas a Wikileaks, pueden encerrarle en una prisión para el resto de sus días, una vez que el ejército ya ha anunciado que no piensa pedir la pena de muerte.

Entre los miembros de la fundación que ha hecho pública la grabación de la declaración del soldado Manning, FreePressFoundation, se encuentra Daniel Ellsberg, quien también fue analista militar y en 1971 entregó al diario Washington Post documentos sobre la guerra de Vietnam, quien opina que Bradley Manning no ha hecho nada distinto de lo que él hizo y que “ha actuado en conciencia” porque consideraba que el público estadounidense no disponía de toda la información sobre las guerras en que participa el ejército de su país.

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