¡Si es que no queda un rincón en Santa Cruz de Tenerife que no sea motivo de alguna denuncia! Zas, hala, también la plaza de toros, que pese a ser Bien de Interés Cultural, algunos avispados pretenden demolerla para levantar dos edificios. Y eso, claro, no es legal.
No se imaginan la impresión que causa ver a Felipe Campos, Antonio Espinosa y José Perez Ventura formando un frente común. ¡¡Parecen los tres mosqueteros, uno para todos y todos para uno!! ¡¡¡Sólo faltaba José Manuel Corrales en el papel de D’Artagnan!!! Ay, qué fuerte.
El caso es que el trío de abogados, así, juntitos y pidiendo los tres lo mismo, da miedo. Les ven llegar y empiezan a sudar en Fiscalía. Y de esa guisa es como los encontró el bic en la planta quinta del Palacio de Justicia: presentando una denuncia por prevaricación con motivo de que se quiere mantener el pelotazo sobre los amplios terrenos de la plaza de toros, en vez de rehabilitarla y adaptarla a usos diferentes y comunes para la ciudadanía, nunca a viviendas.
La plaza de toros fue vendida en 2006 a una empresa llamada Alicur (lean la noticia que publicó entonces El Día) y el proyecto, que ha sido recogido en el puñetero Plan General de Ordenación, preveía dejar algunas arcadas, el coso como plaza pública, y el resto tumbarlo para las dos edificaciones. Pero es BIC (no como el mío, sino con muuucho más valor cultural), y no se puede tumbar.
El primer aldabonazo es para Cristóbal de la Rosa, coordinador insular de Cultura y Patrimonio Histórico. Por posible prevaricación. Pero ese es sólo el primero. Seguiremos informando.
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