Hoy más que nunca, con una crisis económica que nos está obligando a explorar nuevas fórmulas de desarrollo y de diversificación económica, Canarias debe volcarse con África. Con proyectos de cooperación al desarrollo, pero sobre todo con intercambios comerciales y transferencia de conocimientos y tecnología.
Dije este jueves en Madrid, en el transcurso de un desayuno informativo, que es un buen momento para invertir en Canarias, para que las empresas vean en nuestras Islas una buena apuesta –charla en la que aproveché para invitar a los directivos a que vean en las Islas una buena opción de presente y futuro-. Invitación a que inviertan en Canarias que, obviamente, vinculo de principio a fin a la generación de empleo y al crecimiento económico que nos ayude a salir definitivamente de la crisis.
Ahora sí, muchas multinacionales miran hacia Canarias. Ahora sí, en Estados Unidos nos sitúan y se interesan por nuestras fortalezas. Ahora sí, estamos en el mapa de los grandes inversores, que ven en nuestro Archipiélago una oportunidad que los incentivos fiscales, la seguridad jurídica y unas infraestructuras cada vez más modernas convierten en una apuesta inteligente.
El Gobierno que presido trabaja desde hace años por abrir nuevos horizontes económicos a las empresas y a los ciudadanos de las Islas. Muchas de esas expectativas las debemos concentrar en el África occidental, nuestro ámbito de influencia natural con un mercado potencial de 300 millones de personas.
Geográficamente formamos parte de un continente que está creciendo de manera sostenida y constante en la última década, una oportunidad única para hacer realidad la aspiración de internacionalizar nuestra economía. En ese sentido, el futuro de Canarias pasa, en parte, por la calidad de las relaciones que podamos establecer con los países del África Occidental y por el posicionamiento del Archipiélago como centro logístico de empresas multinacionales que quieran establecer su base de operaciones con el continente desde aquí.
En consecuencia debemos seguir avanzando en el objetivo de que empresas españolas y extranjeras vean en Canarias una excelente opción y, junto a esto, tenemos que continuar impulsando la expansión de nuestras empresas en el continente estableciendo las condiciones precisas para que grandes compañías internacionales con intereses en África operen desde Canarias.
Por lo que respecta al primero de los puntos, son muchos los empresarios canarios que ya han dado el salto a países como Marruecos, Cabo Verde o Senegal con resultados satisfactorios.
Y en cuanto al segundo, contamos con grandes corporaciones que se han establecido en Canarias para dirigir sus operaciones en el continente, como Cruz Roja –que cuenta en Las Palmas de Gran Canaria con un centro internacional de ayuda humanitaria– o la empresa minera canadiense Kinross.
Estamos dando pasos en la dirección adecuada para que la economía canaria siga abriéndose a nuevos retos, para que las Islas se conviertan en cabeza de puente de la inversión de los países más industrializados en el continente africano, algo que refuerza la creciente solvencia de nuestras propias empresas para expandirse en este mercado natural.
En este punto, no podemos obviar la existencia de informes y estudios que certifican la idoneidad de las Islas. Por ejemplo, el encargado por el Gobierno de Canarias y la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España a la consultora KT Kearney, en el que se señala que Canarias se encuentra entre las 50 economías del mundo donde hacer negocio resulta más sencillo y se detallan las ventajas del Archipiélago como centro logístico en su entorno regional -entre ellas, insisto, la fiscalidad, la seguridad jurídica, la seguridad ciudadana o las infraestructuras-.
Nuestras bazas son muchas y queremos ponerlas en valor allá donde sea menester.
Especialmente importante es la acción que estamos desarrollando en Estados Unidos a través de la empresa pública Proexca, porque este país, junto a Canadá, es uno de los que más interés viene mostrando por reforzar su presencia en África.
Tenemos un mundo de oportunidades por delante para aprovechar el hecho de que somos el quinto PIB de nuestra área de influencia y que podemos liderar proyectos internacionales en el continente. Sin embargo, hemos de trabajar algunos flancos débiles, en concreto la conectividad aérea y marítima. No podemos completar este ambicioso proyecto de expansión económica si no contamos con unas conexiones adecuadas con todos los países del África Occidental, algo que sí tiene la ciudad marroquí de Casablanca, nuestro principal competidor. Hemos avanzado mucho en los últimos años, especialmente gracias a la iniciativa de compañías privadas canarias, pero debemos profundizar en esta línea de trabajo para ser realmente competitivos.
Ya he comentado en alguna ocasión anterior que la Unión Europea debe tener muy presente el informe que sobre las RUP y el Mercado Único Europeo elaboró el ex comisario Pedro Solbes, en el que se afirma que “con el fin de facilitar los intercambios, la internacionalización de las empresas RUP y el desarrollo de plataformas logísticas, podrían establecerse obligaciones de servicio público entre las RUP y los terceros países y territorios vecinos, de acuerdo con éstos, así como un marco específico para las ayudas al transporte entre las RUP y los países y territorios vecinos”. Ahí está el camino. Ahí está el futuro.
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