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MODA. José Francisco Álvarez, el dandy que viste al lujo. Por Mónica Ledesma

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Elblogoferoz / Mónica Ledesma.- El sonido del agua corriendo por el barranco de Los Tilos anuncia la llegada del invierno. La Palma se ha vestido de verde y el frío de las cumbres comienza a cubrir la tarde. El espera ansioso a que termine el colegio para acudir con sus amigos hasta la orilla, donde pasará largas horas construyendo barquitos de corcho con los que transportar sus sueños hasta el mar.

Sueños cubiertos de alegría y sensibilidad que marcaron día a día la infancia de un hombre que hoy se ha convertido en uno de los grandes empresarios de la moda canaria, José Francisco Álvarez, cuyo nombre va asociado a la cadena de tiendas de primeras marcas con más prestigio de Tenerife: Bounty.

Aunque ya han pasado muchos años, aún sus ojos verdes se bañan con lágrimas de emoción cuando recuerda su niñez en San Andrés y Sauces. Horas de felicidad que, junto a sus padres y su hermana, le hicieron crecer en un ambiente humilde rodeado de sus perros, gatos y conejos.

Escaparate de una de las tiendas de Bounty, sita en la calle del Pilar.

El empresario de origen palmero, dueño de la cadena de tiendas Bounty, lleva casi 35 años dedicado al mundo del sector de las primeras firmas de ropa

Afirma que nunca le compraron ropa, sino que le vestían con la de su padre o familiares, previamente arreglada, pero aún así “fui un niño feliz y a mi Isla querida creo que le debo la persona sensible que soy”, dice con una sonrisa de nostalgia.

José Francisco Álvarez sigue conservando en su interior a ese niño pequeño del que no quiere desprenderse, a pesar de que la suerte le ha acompañado en su camino hacia el éxito rodeado de firmas bajo el nombre de Armani, Gucci, Dior o Yves Saint Laurent, entre otras. Amigo de sus amigos, a los que quiere y defiende con todo su corazón, se define como un hombre sencillo, elegante y sensible, aunque tenga que lidiar día a día con la dura realidad del sector empresarial.

Su amor por Tenerife, isla a la que se siente unido, comenzó cuando vino a cursar el último año de Bachillerato. Al finalizar las clases se marchó a Suiza para proseguir sus estudios y allí, además de empezar a conocer mundo, también se hizo amigo de un joven vinculado al mundo de la moda, quien le abrió su futuro laboral y que, sin dudarlo, quiso que fuera en esta Isla.

Su primera tienda

“Estaba estudiando fuera y como no tenía dinero para mis gastos, como todo estudiante, hice negocios con un amigo que tenía una tienda de ropa en Barcelona. Me dejaba las prendas a precios muy baratos y luego yo las vendía entre mis conocidos”, explica José. Tal fue el éxito de ventas que cuando regresó a Canarias, y animado por este amigo, se decidió a abrir una tienda de ropa especializada en hombres en Puerto de la Cruz. “Empecé hace 34 años con un local muy pequeñito, de 18 metros cuadrados, en la plaza Víctor Pérez. A los pocos meses ya tuve que ampliar el negocio, ubicado en los bajos del Hotel Los Príncipes, y al poco tiempo Bounty ya ocupaba todo un ala de este hotel”, añade.

Las principales firmas del sector del lujo se dan cita en las tiendas Bounty.

La clientela cada vez era más frecuente y, en su mayoría, de Santa Cruz, lo cual le motivó a trasladar su tienda a la capital tinerfeña, donde se rodeó de un gran equipo de trabajadores. “No me arrepiento de este cambio de ubicación ni de haberme centrado en el mundo textil. Es más, creo que me tocó la lotería porque esta faceta me ha permitido desarrollarme tanto a nivel profesional como personal. Si quieres ser bueno en tu trabajo te tiene que gustar lo que haces y, sobre todo, casarte con él. Es la clave del éxito”, apunta.

No se considera creativo sino con “nariz para los negocios”, algo motivado porque su padre también fue comerciante. Un olfato intuitivo que, asegura, fue el que le llevó a decantarse por el mundo de las grandes firmas para el hombre. “En Canarias se trabajaba muy poco la ropa masculina y la Península también se había quedado pequeña en este campo. Todo pasaba por Francia e Italia y por ello enfocamos la trayectoria de nuestras empresas a las marcas del sector del lujo que generan ambos países, a los que tengo que viajar con mucha frecuencia para asistir a desfiles y comprar las colecciones”, destaca.

Así, de comenzar con una pequeña tienda, hoy José Francisco Álvarez ha creado un imperio del lujo en Canarias, con más de 20 tiendas asociadas al nombre de Bounty y en las que ya no sólo se vende ropa para hombre, sino también para mujer, jóvenes, accesorios y la última apuesta centrada en fiesta y ceremonias bajo el nombre de Atelier.

Clientes famosos

Asimismo, por sus tiendas han pasado clientes destacados como han sido Fernando Redondo, Jennifer López, Paulina Rubio o Luis Miguel, entre muchos, aparte de que en ellas se ha vestido la flor y nata de la sociedad tinerfeña. No obstante, el empresario no se vanagloria de ello y reitera que “todos y cada uno de nuestros clientes son importantes. De nada que vienen más de tres veces a la tienda para nosotros ya pasan de ser clientes a ser amigos”.

En este sentido, alega que “damos empleo a mucha gente y, entre todos, formamos una familia y un gran equipo. Soy de los que creo que una persona sola no puede llegar lejos, sino que necesita a los demás para lograr un objetivo. Por ello, para mí es tan importante desde mi mano derecha hasta el que limpia los cristales. Una empresa es un cúmulo de pequeñas cosas y si respetas y aprendes de los demás, no te irá mal, incluso en época de crisis como la actual”, subraya el empresario.

Más de 20 empresas de moda hombre, mujer, jóvenes, accesorios y ceremonia ya forman parte del grupo Bounty.

Al respecto, añade que “el lujo mantiene a nuestra empresa incluso en estos momentos, pues es un sector que ha crecido más de un 30% con la crisis, puesto que el dinero tiene muchísimo más valor y circula entre los que tienen capital. Además, otro importante sustento para la empresa se centra en el turismo, por lo que es muy importante sensibilizar al Gobierno de Canarias para que facilite la devolución del IGIC a los extranjeros, impuesto que además ha subido este año. Algo que ya se hace en la Península con el IVA y que lo que persigue es garantizar una de las principales entradas de dinero a las Islas”.

En este sentido, el empresario recalca que “hay que buscar soluciones a la situación actual, en las que el paro nos golpea terriblemente. Pero, aún así confío en que de esta crisis vamos a salir. La economía es cíclica y en Canarias tenemos la ventaja del turismo, que nos ayuda mucho, pero hay que saber gestionar”.

Tiempos de crisis

No obstante, hace un balance personal de los actuales tiempos y dice que “de los momentos malos hay que sacar partido, aprender a valorarnos y a darnos cuenta de lo frágil que somos. Es cierto que el sufrimiento de muchas familias que están en tu entorno golpea duro, pero lo positivo es que la crisis agudiza el ingenio y nos vuelve más receptivos. Es una lección que nos está dando la vida”.

El empresario José Álvarez junto a la diseñadora y gran amiga, María Díaz. /Foto: D. Domínguez.

Nombres tan conocidos como Fernando Redondo, Jennifer López, Paulina Rubio o Luis Miguel, entre otros, han sido clientes exclusivos de Bounty

De exquisita educación y aún con ese deje palmero en el hablar, José cuenta que no ha perdido, ni quiere perder, su esencia como persona pese a que la vorágine del mundo de los negocios le reste tiempo para los suyos. El no tener hijos, añade, le ha llevado a convertir a sus amigos de corazón en su segunda familia, a los que ha ayudado siempre que lo han necesitado como bien ha sido el caso de los diseñadores Marco y María.

“En la vida hay que ser agradecido y pensar que uno está donde está porque en un momento determinado de la vida alguien te dio ese empujón. Creo que no hay nada más bonito en la vida que ayudar y cuando un amigo es más profesional que tu y encima te necesita, por qué no hacerlo. Yo soy incapaz de crear y por tanto valoro muchísimo a las personas que tienen este don”, puntualiza.

José Álvarez (primero por la derecha) junto a todo el equipo de su nueva apuesta, Bounty Atelier. / Foto: D. Domínguez.

“A los diseñadores hay que tenerlos cerca porque no conozco a ninguno que sin un empresario al lado sea capaz de emprender. Tienen tanta sensibilidad que nunca miran la parte económica de su arte. Por ello, me siento más que recompensado de poder ayudarlos y sobre todo de la amistad que nos une. Nunca he hecho un desfile sin contar con Marco y María, a quienes quiero muchísimo y a quienes conocí siendo muy jóvenes en Puerto de la Cruz. Por ello, estoy muy orgulloso de que hayan querido formar parte ahora de Bounty Atelier junto a otros grandes profesionales y amigos como son Juan Castañeda, Alfonso Bravo, Jesús Rodrígues y Lucas Gamonal”.

Amigo de los grandes de la moda

Lo cierto es que José Francisco Álvarez podría presumir también de otras grandes amistades con las que tiene la gran suerte de contar a su lado, pero su discreción puede más que la insistencia por oír nombres. Su casa de La Orotava se ha convertido en lugar de descanso para importantes personalidades de la moda a nivel mundial, ya que grandes diseñadores y directores generales de firmas de alto standing como Dior o Gucci, entre otras, han visitado la Isla invitados por este empresario canario. Una amistad que, explica, se ha consolidado con los años y con el trato directo que mantiene tras tantos años en el sector. “Son grandes amigos y además conocerlos me facilita mucho la compra de las precolecciones, pues el trato es más directo y te enteras antes de las próximas tendencias. Además, me han ayudado mucho a entender el complejo mundo comercial de las primeras marcas de lujo, en el que estás obligado a comprar casi el 80% de las precolecciones”.

Pese a codearse con el entorno de los hombres más ricos de Europa como Bernard Arnault, actual propietario del grupo LVMH bajo el que se aglutinan las firmas Loewe, Vuitton, Céline, Kenzo, Givenchy, Christian Lacroix, Guerlain, Moët & Chandon o Gucci y tantas otras primeras marcas internacionales del mundo del lujo, José se ríe cuando recuerda alguna de las anécdotas que le han pasado y que demuestran que “siempre meto la pata”.

Álvarez cuenta ya con 20 tiendas dedicadas al lujo en Tenerife y prevé su expansión en un futuro cercano al Sur de la Isla y a Las Palmas de Gran Canaria

El empresario, en el interior de Bounty Atelier. /Foto: M.Ledesma.

En este sentido, comenta que hace poco en Florencia, a donde había acudido a la Feria de Moda Pitti, perdió el avión con destino a París, ciudad donde tenía que llegar por la mañana a una cita de negocios en la Maison Dior. “Con tanto retraso llegué casi por la tarde a Dior y entré corriendo a ver a Céline, la directora de la casa. Me abrió la puerta un señor muy educado y luego le comenté a ella que como se notaba la elegancia con unos porteros tan amables. Cuando me dijo que el que me abrió era el señor Toledano, mano derecha de Arnault, casi me da algo”.

Aventurero

Subraya que el hecho de nacer en una Isla te impregna de algo exótico que llama la atención a personas de otros países y quizás de ahí provienen sus lazos de amistad con los grandes del sector. Además, apunta que el canario tiene ese carácter aventurero que te lleva a querer conocer mundo. Por ello su mayor pasión es viajar. “Cuando sales de aquí, todas las prepotencias que gratuitamente uno se cuelga como medallas se caen solas, pues paseas por las calles y pasas totalmente desapercibido. Es ahí cuando te das cuenta de que lo importante es ser uno mismo y que todo lo demás solo son adornos”.

Cuestionado sobre sus planes futuros, el empresario anuncia que “vamos a abrir nuevas tiendas, en breve, en el Sur de Tenerife y en Las Palmas de Gran Canaria. Además, acabo de llegar de viaje de negocios para incorporar nuevas marcas a nuestras tiendas, como serán las Pin-Up que aglutina Francois Pinault, entre las que destaca Stella McCartney, o la de Mar Jacobs, recientemente adquirida por Arnault”.

Una nueva temporada que ya comienza a prepararse en la trastienda de Bounty y de la que su empresario da un pequeño adelanto: “Será una primavera-verano donde las primeras marcas van a experimentar un aumento considerable de precios para evitar el mercado ilegal de las copias. Pero, pese a esto, los colores que marcarán la temporada serán los azules petróleos, burdeos y dorados”.

Ropa, calzado y complementos Pin-Up para la mujer actual, otra de las apuestas de Bounty.

Lo cierto es que José Francisco Álvarez no imaginaba que aquel niño que jugaba hace años a construir barquitos sobre las cristalinas aguas de un barranco palmero estaba llenando sus naves de sueños envueltos en moda. Hoy, al igual que sus  navíos de corcho, el sigue flotando sobre un mar de glamour. La vida le sonríe y el le devuelve la sonrisa, aunque siempre cae una lagrimita cuando desde su casa, en el Norte de la Isla, sigue despertándose cada mañana para mirar con nostalgia la silueta de su Isla, que se dibuja entre las nubes con cada amanecer.

Conjunto Aeronautica en By Bounty con deportivas Munich.

 

 

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