Él no lo sabe, pero yo ya le conocía antes de pisar por primera vez la sede de Punto Radio en el verano de 2011. Tras mi salida de la SER, me dediqué a escuchar, mucho más que antes, a la competencia, y descubrí a un compañero que me cayó muy bien y que editaba los informativos del fin de semana en la cadena de Vocento, con profesionalidad, no exenta de simpatía, un elemento que no suele abundar en este formato. Me decía para mí mismo: “este tipo ha hecho mucha radio, tiene el tono de informativos, sin duda, pero tiene muchos más registros, se le nota”. Y no me equivoqué. Luego descubrí que era gaditano, aunque maquille el acento, (como Jesús Hermida, en malagueño) y que, a pesar de su juventud, efectivamente, ha hecho mucha radio. Cuando llegué a la calle Juan Ignacio Luca de Tena 7 tuve la suerte de conocerle y más tarde como profesor del CES compartimos alumnos. Por eso tenía interés en conocerle más en profundidad. Si le vio el maestro Luis del Olmo y se lo quedó, fue por algo.
Sus ojos transmiten la misma verdad que su voz (Fotografías, Archivo Personal J.A.P.)
-¿De dónde te vino tu afición tan temprana por el mundo de la comunicación?
-Desde que tengo uso de razón, recuerdo una radio encendida en casa o en el coche, desde primera hora, de camino a clase. Precisamente ahí hice mis primeros pinitos, en la emisora del colegio. Estamos hablando del mes de marzo de 1989. De ahí salté a la emisora municipal, Radio Puerto Real, donde presenté durante tres años varios programas musicales. Fue mi primer contacto con la radiofórmula, los magazines y la antena totalmente improvisada. Nada de guiones. Sin duda, fue un buen cimiento para el resto de mi vida. De aquella etapa tengo un recuerdo imborrable: al ver mi afición por los micrófonos, mi padre también se metió en la radio y acabamos presentando juntos un programa musical con canciones de la década de los 60 y recuerdos de la época. Lo llamamos ‘El guateque’ y en sus orígenes se emitía los domingos a las 9:00 de la mañana. 20 años después, hay vecinos que aún nos recuerdan que nos convertimos en su despertador. Con todo, no puedo olvidar que corre sangre periodística por mis venas. El padre de mi madre, mi abuelo Antonio, fue corresponsal de Marca y locutor de Radio Juventud en Cádiz, entre otros muchos medios de comunicación. Firmaba como Angulo, de Antonio Gutiérrez Lozano, pero apenas le conocí. Murió cuando yo tenía siete años, pero está claro que lo llevo en los genes.
-Pasaste por Madrid, por el CEU y el CES, te formaste, y confirmaste que lo tuyo era la radio… ¡hasta creaste una emisora –Onda Mayor- de los colegios mayores de Madrid, en torno al Chaminade! ¿Cómo fue esta historia?
–Pues una muestra más de mi pasión por el micrófono. Tenía que darle rienda suelta a la afición y la experiencia en el Chami fue brutal. Convertimos la pequeña emisora del centro en una radio en la que colaboraban colegiales de toda la Ciudad Universitaria. Fueron seis años geniales. Me alegra saber que aquella locura fue contagiosa y que Onda Mayor sigue emitiendo, ahora a través de Internet. Incluso me ha llegado algún curriculum que incluye que ha hecho prácticas en la emisora. Me llena de orgullo y satisfacción…
Los comienzos…
-Antes de que entraras a formar parte de RadioVoz como redactor, pasaste por la radiofórmula… ¿Por dónde? ¿Volviste a tu tierra?
-No, desde que empecé a estudiar Periodismo siempre he trabajado en radios madrileñas. Entre beca y beca de la Universidad, presenté un programa de sevillanas los sábados y domingos por la mañana en Radio 21 de Majadahonda. Más adelante, justo antes de llegar a RadioVoz, era uno de los presentadores de Antena Boreal, en Valdemoro, donde me encargué del magazine de la mañana. Aunque sí es cierto que en mi tierra, en Puerto Real, presenté un programa de televisión que se llamó ‘Top Joven’, donde mostraba la movida nocturna veraniega en clave de humor. Acabé midiendo las faldas de las chicas que me encontraba en los bares de copas, para ver si iban recatadas. Fue un cambio temporal de registro del que tengo un recuerdo magnífico. Le eché mucho desparpajo y me lo pasé en grande.
-Cadena RadioVoz, Onda Cero… y se cruzan en tu vida nombres de la talla de Luis del Olmo y Carlos Alsina… ¿Vértigo?
-¡Quién dijo miedo! Si con 37 años que tengo todavía quiero comerme el mundo, con 25 uno le echa todo el arrojo que haga falta a la vida y no quise perder la ocasión. De Alsina aprendí que hay que mimar cada guión, cada sonido, cada sintonía… que hay que estar a la altura del oyente más exigente porque acabará siendo un fiel seguidor. Hablo de él primero porque gracias a Carlos conocí a Luis del Olmo. Qué puedo añadir del maestro. Luis es una leyenda viva de la radio española y trabajar en la redacción de ‘Protagonistas’ fue un lujo. Su confianza durante años, primero en Onda Cero y luego en ABC Punto Radio, para formar parte de su plantel de periodistas, es impagable. Le estaré eternamente agradecido. Aunque, pensando en Luis, ahora entiendo lo del vértigo que me preguntabas, porque mira que es alto…
Piñero con Bisbal, en otro registro bien diferente
-En 2003-2004 engañas a la radio con la tele, y te vas a Almería, a participar en ‘Andalucía Directo’, para Canal Sur. ¿El directo de la radio es la mejor escuela para la tele?
-Sin duda. En la radio tenemos que contar al detalle un relato periodístico, con explicaciones y descripciones minuciosas en muchos casos. En la tele, la imagen ya vale por mil palabras. Tuve la suerte de trabajar en un programa cien por cien informativo, donde tomé contacto de nuevo con la gente de la calle, con las noticias más locales. Es un tipo de programa del que depende mucho la versatilidad del reportero, porque un día estás contando un suceso como al día siguiente estás bailando con David Bisbal en un escenario. Y créeme, dentro de lo malo, es mejor que trate de bailar a que trate de cantar…
Continúa…
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