La modestia en política es una virtud, al igual que el trabajo silencioso, el no salir por salir en los papeles o correr como un poseso tras los micrófonos y las cámaras para asegurarte unos minutos de efímera gloria. Los partidos políticos, en líneas generales (exceptuando por ejemplo al de Joan Laporta, que no es una organización seria, sino Sodoma y Gomorra en versión CAT), no toleran bien los protagonismos, los excesivos personalísimos y quienes tratan de saltarse esa norma mínima de obligado cumplimiento. Dicho en plata o como decía Alfonso Guerra, el que se mueva no sale en la foto.
Por eso, aunque sea a 2.000 kilómetros de las Afortunadas Islas Canarias, no me ha extrañado el triunfo silencioso, callado y discreto de Asier Antona, un tipo trabajador, sacrificado, esforzado y que llega a la secretaría general del Partido Popular de Canarias porque, entre otras cuestiones, ha sabido demostrar lealtades inquebrantables, nunca ha tenido un gesto de pereza a tener que estar en más ocasiones de las deseadas con un pie en La Palma, otro en Tenerife y a veces hasta en la capital del Reino.
Antona, al contrario que otros jóvenes arribistas que llegan a la política sin formación alguna (de hecho hay quien presumía de que había pasado de estar tirada en el parque con los colegas haciendo botellón a los mullidos escaños del Senado y del Congreso), puede presumir y llevar a gala su vasta formación académica, conoce al milímetro cuáles son sus atribuciones en política y, sobre todo, tiene una excelente relación con los medios de comunicación, algo de lo que además puedo dar fe cuando coincidí en mi primera incursión radiofónica en COPE La Palma, con Clemente González de presentador, y Asier, todo hay que decirlo, nos dio toda una lección magistral de cómo desenvolverse ante el micrófono y soltar ideas con criterio.
De hecho, a Asier jamás le ha importado estar en un lugar secundario, trabajando para que el brillo, los aplausos y los elogios se los lleven otros. Fue en los años duros de la política en el País Vasco cuando Antona decidió ser parte del Foro de Ermua, cuando el simple hecho de presentarse para ser concejal del PP y del PSOE en esa comunidad autónoma era lo más parecido a llevar una bandera estadounidense en Libia o en Irak. Por eso, porque ha demostrado ser esa persona que ayuda a hacer más fuerte un partido y da un enfoque renovador a la política, Asier Antona merece la confianza de la dirección regional del PP y no descarten un futuro más próspero. Pero todo a su tiempo, con 34 años, aunque parezca mentira, aún está empezando en esto de la política.
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