AGENCIAS.- El Gobierno y el Banco de España están ultimando un plan de saneamiento para Bankia que incluye cambios en su gestión y que se realizará mediante un préstamo de miles de millones de euros del Estado, según han publicado varios medios citando fuentes del Ministerio de Economía.
Bankia necesita dinero y el Gobierno está dispuesto a prestar dinero público a la entidad. Mariano Rajoy ha anunciado que está preparando un segundo decreto para sanear el sistema financiero que servirá para que en el futuro todas las entidades queden capitalizadas, aunque ha aclarado que «solamente entrará dinero público en una situación límite». Una situación en la que está Bankia.
Convertida en la primera inmobiliaria bancaria, con unos créditos vinculados al ladrillo por valor de 37.500 millones de euros, Bankia afronta lo inevitable: ser ayudada por el Gobierno.
Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia que fusiona los activos de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas de ahorros (Segovia, Ávila, Canarias, La Rioja y Laietana) lidera la lista de entidades españolas más expuestas al sector inmobiliario seguida por el Banco Santander (31.994 millones), el Banco Popular (22.800), BBVA (21.872) y CaixaBank (20.075).
Descartada por la propia Bankia la fusión con una entidad de su tamaño como la que se intentó con CaixaBank, lo cierto es que quedan pocas alternativas. También se rechaza la fusión con una entidad más pequeña.
Lo más razonable sería que el grupo BFA-Bankia se declarara incapaz de pagar los 4.500 millones de euros de ayudas del Frob-1 y que el préstamo se convirtiera en acciones de Bankia, con lo que el Frob pasaría a controlar una parte sustancial de Bankia a través del BFA (Banco Financiero y de Ahorros). Pero eso implicaría una nacionalización real de Bankia, presidida por Rodrigo Rato.
Una segunda opción sería la emisión de bonos convertibles contingentes que suscribiría el Frob. Esos bonos se convierten en acciones si se dan determinadas circunstancias de deterioro del capital de la entidad emisora y mientras tanto son un pasivo más de la entidad que debe pagar tipos de mercado por ellos. Eso implicaría integrar BFA dentro de Bankia, lo que sería complejo ya que el primero es la matriz del segundo del que tiene una participación de control. Esta operación de emisión de bonos debería ser autorizada por la Unión Europea.
La tercera fórmula es sacar del balance del grupo los activos dañados y crear un banco malo o una sociedad inmobiliaria como prefieren llamarlo en Economía.
En declaraciones a Onda Cero, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha mostrado partidario de inyectar dinero público en algunas entidades financieras para sanearlas, «pero sólo si fuera necesario y en última instancia», al tiempo que ha anunciado que el próximo viernes se aprobarán previsiblemente en Consejo de Ministros decisiones «importantes» para el sector financiero, informa Europa Press.
«Mi última intención sería prestar dinero público, pero si eso fuera necesario, yo no renunciaría como han hecho otros países europeos, pero sería en última instancia», ha subrayado Rajoy al ser preguntado por la situación de Bankia.
La Bolsa ha recibido negativamente estas informaciones. Las acciones de Bankia arrancaron la sesión con una pérdida del 3% y a media sesión ya son del 5%.
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