No existe precedente de este tipo en el mundo, con lo cual la atención es máxima. Por delante, un plazo de doce meses para concluir con éxito una operación en la que, entre otros requerimientos, deberá causar el menor impacto ambiental posible. En las próximas semanas se irá viendo la evolución del rescate que habrá de concluir con la retirada del megacrucero. De no haber embarrancado donde el capitán Schettino lo decidió, posiblemente estaríamos lamentando ahora una tragedia de dimensiones imprevisibles.
Foto: Reuters
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