CINE. "Battleship". Tocado y Hundido.

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Manuel E. Díaz Noda.-

En lo que llevamos de año, el actor Taylor Kitsch ha protagonizado dos superproducciones de fantasía que han superado los 200 millones de dólares de presupuesto. La primera fue “John Carter”, estimable aunque fallida adaptación del personaje creado por Edgar Rice Burroghs. La segunda es la cinta que aquí nos ocupa, “Battleship”, adaptación del juego de mesa de Hasbro “Hundir la Flota”, que llega ahora a la pantalla con la intención de recoger el testigo dejado por Michael Bay tras “Transformers 3. El Lado Oculto de la Luna” (al menos hasta que este espídico cineasta culmine el rodaje de “Pain and Gain” y se ponga manos a la obra con la cuarta entrega de los Autobots y los Decepticons). El encargado de lidiar con esta superproducción ha sido el cineasta Peter Berg, quien a lo largo de su carrera ha demostrado una capacidad mimética para asimilarse al estilo de otros directores. Ya su debut con “Very Bad Things” evidenciaba una notable influencia del cine de Quentin Tarantino, mientras que en “La Sombra del Reino” no se sonrojaba en imitar a Michael Mann, por otro lado, productor de la película. Es por esto que a la hora de ponerse tras la cámara en esta exploitation de “Transformers” no es de extrañar que se haya impregnado de los rasgos estilísticos del cine de Michael Bay, aunque, como sucedió con los ejemplos anteriores, el resultado haya quedado por debajo de su referente.

Ver lo créditos finales de “Battleship” desvela muchas cosas sobre la naturaleza de esta producción y el estado actual de la industria de Hollywood. Mientras el apartado literario del producto queda reducido a una pequeña referencia a los guionistas Erich y Jon Hoeber, cuya filmografía anterior se limita a las adaptaciones de las novelas gráficas “Whiteout” y “Red”, los créditos citan durante más de cinco minutos a un numeroso equipo de profesionales de los efectos especiales, pertenecientes a varias compañías especializadas en el tratamiento de imágenes digitales. Esto no deja mucho espacio de duda sobre qué apartado era más importante para los productores, ni tampoco sobre donde radica el principal handicap de la película.

No es que vayamos aquí a sentirnos ofendidos porque una producción de esta naturaleza tenga un desarrollo argumental ridículo y lamentable, con personajes burdos y vergonzosos y donde el nivel de verosimilitud de lo que sucede en pantalla sea inferior a cero, pero tampoco nos podemos resistir a recordar que “Hundir la Flota” es ante todo un juego de estrategia, mientras que lo más cercano a eso en la película es [ATENCIÓN SPOILER] una secuencia en la que hacen derrapar en el océano a un acorazado de la Segunda Guerra Mundial para coger desprevenidos a los invasores extraterrestres [FIN DEL SPOILER].

Es cierto que la cinta nunca engaña a nadie con respecto a lo que pretende ser, que se apoya bastante en un sentido del humor absurdo para intentar justificar los desvaríos de su argumento y el comportamiento neardenthal de sus protagonistas, y que, si no nos paramos a reflexionar sobre lo que sucede en pantalla, sino que nos dejamos llevar por el apabullamiento visual y sonoro, podemos encontrar una cinta entretenida con cuidados efectos especiales. Sin embargo, todo esto no quita que el resultado siga siendo una carísima tomadura de pelo y una absoluta pérdida de tiempo.