Además del uso de la terminal de pasajeros, el resto de las oficinas existentes en el edificio del Muelle Norte también sería ocupado por cada uno de los departamentos de Fred. Olsen Express, de modo que la dirección de flota, la dirección técnica y la dirección comercial se trasladarían al citado inmueble.
Aunque el atraque actual en el muelle de ribera es un magnífico escaparate para la imagen corporativa de Fred. Olsen Express, la idea de poder operar en el muelle norte otorgaría mayor exclusividad a la compañía, que dispondría de dos plataformas anexas, una para las operaciones de carga y/o descarga y otra para aparcamiento de vehículos. Además, los catamaranes que cubren la línea con Agaete también ahorrarían algo de combustible y los clientes ganarían algo de tiempo.
El muelle norte es una de las obras más antiguas del puerto de Santa Cruz de Tenerife, construido para dar resguardo a la bahía y durante muchos años fue utilizado como muelle frutero, dotado de un sencillo tinglado para el resguardo de la fruta. La construcción de la Estación Marítima del “jet-foil”, inaugurada en 1991 en tiempos de la presidencia de Pedro Anatael Meneses Roqué, revitalizó dicho espacio portuario, con un edificio emblemático y una serie de servicios, entre ellos un restaurante y una cafetería, además de tiendas y oficinas de coches de alquiler.
Cuando cesó la línea del “jet-foil” entre las dos capitales canarias, Trasmediterránea intentó su sustitución por un “fast-ferry” similar a los que tiene Fred. Olsen Express, pero el servicio no tuvo continuidad. El atraque lo utiliza el histórico vapor “La Palma” desde su puesta a flote –que este año celebra su primer centenario- y el edificio, salvo ocupaciones temporales, permanece desaprovechado, por lo que de llevarse a cabo la concesión administrativa a Fred. Olsen Express se abrirá una nueva e interesante etapa, de mejor servicio al ciudadano.
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