Hacer un análisis post electoral a tres días de los comicios en el corto espacio de esta columna no es sencillo. (Casi) todo está dicho. Decir que el PP ha tenido en España, en Canarias y en Tenerife un resultado tan arrollador como estrepitoso el batacazo de los socialistas y coalicioneros es cosa sabida, aunque algunos análisis hechos desde la izquierda son un buen ejemplo del porqué de los malos resultados socialistas. Intentar seguir asustando a la ciudadanía con la llegada de la derecha y augurando que la derecha ya enseña la patita gobernando para los ricos es un discurso del paleolítico que ya no cuela.
Carmelo Rivero, a quien tanto respeto, elogiando la vigencia de Galeano y calificando de inmortal su obra sobre las venas abiertas de América Latina, sería un testigo de cargo en el juicio que la historia hará del socialismo patrio de esta hora. Los resultados socialistas no son solo consecuencia de la nefasta gestión de un gobierno para olvidar. Tienen un discurso rancio. Dejando aparte su incompetente gestión económica, Zapatero ha hecho otras muchas cosas que la izquierda opinativa valora positivamente, algo que según la voz de las urnas las urnas no es compartido por una mayoría de españoles. Solo citaré como ejemplo y telegráficamente los resultados del brazo político de ETA y el crecimiento nacionalista en Cataluña, secuela de aquello del statut y el tripartito. Ha sido en el País Vasco y Cataluña donde el desplome socialista ha sido mayor y no en beneficio del PP precisamente. Decir que la solución debe ser mas Europa es un discurso añejo. ¿Más Europa sin europeos? Cualquiera que conozca la opinión de alemanes, franceses y otros, sabe que ellos no quieren más Europa ¿Han olvidado el rechazo a la non nata Constitución Europea ansiada por unos europeístas utópicos, fuera de la realidad?
Qué decir de los coalicioneros, son ellos quienes hablan de su necesaria refundación. Lo malo es que lo dicen para seguir manteniendo una ficción o, lo que sería peor, para seguir engañándose a sí mismos. Tampoco cuela ya eso de la voz de Canarias y demás bagatelas que han dado réditos durante los años de vino y rosas. Réditos para algunos, porque la tozuda realidad dice que los canarios en su inmensa mayoría vivimos peor ahora y que en estos últimos años hemos retrocedido 10 puntos con respecto al conjunto de España. Debo tener y tengo el máximo respeto institucional por el Presidente del Gobierno de Canarias, pero cuando Paulino Rivero dice que los votos al PP y a los socialistas son votos tirados a la papelera, ¿debe seguir siendo respetado? ¿Es así como Paulino respeta a cientos de miles, a más de medio millón de votantes canarios? El respeto, como la honra y el prestigio hay que ganárselo cada día y no dilapidarlo día a día.
Soria han tenido un éxito sobresaliente que ahora, cuando abandona la política canaria, propiciará un recorrido nacional. No en el Banco de España, en el Congreso o en el partido, como ha dicho un dirigente regional del PP. ¡Qué poco conocen su partido y qué mal analizan los datos! Pero esto no es noticia, en las islas hay algunos dirigentes peperos que no solo hablan con faltas de ortografía, sino que olvidaron o nunca supieron lo que es escribir con cierto orden, sujeto, verbo y predicado…. Apunten estos nombres: Soraya, Cristóbal Montoro y, a continuación, las Anas, Pastor y Mato; Miguel Arias, Gallardón, Soria y, en algún sitio, José Manuel García Margallo. Añadan cuatro o cinco nombres más, entre ellos un catalán, un vasco, uno o dos presidentes autonómicos actuales –les adelanto la terna de los que podrían ser elegidos: Murcia, La Rioja y Castilla-León-, y uno o dos independientes, y tendrán el nuevo gobierno. Rajoy dice de sí que es previsible y, efectivamente, lo es.
Fernando Fernández
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