Durante los 2 últimos años se ha intensificado el debate en torno a la conveniencia o no de cumplir con el mandato de la 1ª versión del Plan General Ordenación de Santa Cruz de Tenerife, que fijaba en 13 años la salida de la Refinería de Cepsa de la capital; límite eliminado de la actual versión del PGO. Los argumentos publicados para criticar su presencia son medioambientales, aunque existen otros vinculados al valor del suelo que la Refinería liberaría; y los citados a su favor tienen que ver con su aportación económica y estratégica a Canarias.
En relación a los primeros, los mayores reparos han venido a raíz de las alarmantes conclusiones del informe contratado a la Universidad de Santiago de Compostela (¿no la Universidad de La Laguna?), basado en los metales pesados recogidos por unos musgos tras 3 meses de exposición en varios puntos de la capital. No obstante, desde 1992 el Gobierno de Canarias controla diariamente y en tiempo real los niveles de los contaminantes de la Refinería (gases y partículas), con normas basadas en los estudios epidemiológicos de la Organización Mundial de la Salud y la EPA americana, interviniendo en su control decenas de especialistas (residentes en las islas) de cuatro áreas: Industria, Medio Ambiente, Sanidad y Empleo. Es evidente que la Refinería genera molestias, pero hay que saber que cuenta con un Sistema de Gestión Mediambiental (SGMA) certificado según la Norma ISO 14.001 y que se ha adherido al Registro Europeo de Auditorías Medioambientales EMAS. Además, dispone de 3 plantas que recuperan 40 toneladas de azufre sólido (que de no existir irían a la atmósfera como dióxido de azufre), alberga una planta de tratamiento de aguas residuales homologada como Estación MARPOL, una propia planta de tratamiento, tiene implantada una red de variables ambientales del subsuelo y dispone de un Sistema de Gestión de Riesgos Laborales certificado por la OSHAS 18.001 y un Sistema de Calidad certificado por la ISO 9001 y PECAL 2120.
En cuanto a sus virtudes económico-estratégicas, la capacidad de producción de la Refinería es de 4’8 millones de toneladas destinadas principalmente a cubrir la demanda de petróleo de los canarios. Su actividad genera el 50 por ciento del total del volumen del movimiento de mercancías del puerto de Santa Cruz de Tenerife; es decir, los barcos vienen aquí a repostar combustible y entran por el puerto soltando dinero a las empresas locales, ya que también se abastecen de agua, alimentos, repuestos… La Refinería da empleo directo a más de 400 personas, más otros 350 trabajadores de las empresas de servicios que allí desarrollan su labor y 270 más dependientes de las empresas filiales de Cepsa que distribuyen y suministran el combustible a puertos y aeropuertos. Las 151 empresas que proveen en Tenerife a la Refinería de sus necesidades, le facturan 60 millones de euros; y de éstas, Cepsa es el principal cliente de 23 de ellas que, a su vez, cuentan con 500 trabajadores en sus plantillas. Así que más de 1.500 familias tinerfeñas dependen de la Refinería para subsistir.
La Refinería cuenta en sus instalaciones con una planta de cogeneración de energía eléctrica gracias a la utilización del gas residual de sus actividades, que produce el 15 por ciento de todo el consumo de luz de la ciudad de Santa Cruz y que fue fundamental para el abastecimiento de la capital cuando se produjo la tormenta tropical el Delta. Genera el 37 por ciento de las exportaciones de Canarias al exterior y, desde la perspectiva estratégica, su capacidad de almacenamiento es de 1.300.000 m3 de combustible, lo que supone reserva suficiente para el consumo de hasta tres meses en el caso de bloqueo de la producción mundial del petróleo. En materia de fiscalidad, Cepsa paga por la actividad de la Refinería 20 millones de euros en impuestos y tasas directamente a la Administración, fundamentalmente al Ayuntamiento de Santa Cruz, Autoridad Portuaria y Gobierno de Canarias.
Este análisis no ampara flexibilizar los controles a dicha industria; es más, hay que ser exigentes con ella más allá de los límites legales tanto en contaminación como en seguridad. Pero sí avalan objetivamente que sus ventajas compensan ampliamente sus inconvenientes.
Ángel Llanos Castro. Exportavoz del PP en el Cabildo de Tenerife y en el Ayuntamiento de Santa Cruz.
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