Si elijes una compañía low cost –que significa de baratillo, pero en inglés, que suena mejor- sabes a lo que te expones a cambio de no rascarte demasiado el bolsillo: pocas comodidades, megafonía insistente anunciando ofertas para que no pegues ojo durante el vuelo, alguna que otra sorpresa y poco, muy poco espacio para moverte. Mear, no obstante, todavía sale gratis. Y aún se puede ir sentado en el avión.
Con lo que no contaba es que, por aquello de la crisis, las pérdidas de beneficios y el coste de los carburantes, las compañías ‘normales’ se apretaran el cinturón de seguridad en los riñones de los pasajeros. No me pregunten cómo lo han hecho, pero en determinados vuelos con destino a Madrid han conseguido embutir en la aeronave al menos veinte asientos más de los que previó el diseñador del aparato.
El resultado, ya se imaginan, es que los pasajeros masculinos consiguen ocupar el espacio asignado escarranchándose como si tuvieran una próstata descomunal. La lectura del periódico –o la revista- se hace de manera comunal –los viajeros suelen ser solidarios en la desgracia común- uno pasa las páginas y el otro lee el contenido.
Por supuesto, olvídese de bajar la bandeja para comerse el bocata que ha comprado en el aeropuerto. Una joven inexperta que lo intentó viajó todo el trayecto hasta Madrid con la bandejita enganchada a los brackets que le acababa de colocar el dentista sin que la tripulación pudiera hacer nada ya que era imposible acceder hasta ella porque su compañero de asiento fue incapaz de desenganchar la pierna izquierda para salir al pasillo.
Para que se hagan una idea del exiguo espacio que hay en determinadas aeronaves, pruebe a pedir un gin-tonic. La ginebra se la sirven en un sobre, como las toallitas de limón con las que uno se limpia las manos tras hartarse de marisco. Bueno, antes de la crisis, cuando uno podía comer marisco…
Este afán de hacernos pasar estrecheces me preocupa, no crean, porque una de mis cualidades no es precisamente estar dotada de una gran estatura, todo lo contrario, y me temo que el día menos pensado intenten acomodarme en las bandejas reservadas a los equipajes.
CARMEN:TU TE DIVIERTES ESCRIBIENDO Y TUS LECTORES LEYENDO LO QUE ESCRIBES. ( FANTASTICO ).
No te voy a negar que me lo paso bomba, pero siempre se agradecen comentarios como el tuyo. Gracias, de verdad, por ser fan incondicional