Entre la esencia del 15M se ha colado una multitud de ociosos que va desvirtuando el movimiento poco a poco. Es una pena. Entre ellos, una pandilla de hediondos que han empapelado Santa Cruz de Tenerife de arriba abajo y sin piedad. No han respetado absolutamente nada. Personalmente, me cabrea sobremanera que asquerosos como estos obren en nombre de un espíritu, el del 15M, que me fascina y que viene a manifestar que hay otras formas de vivir más justas, más felices y más prósperas. Lejos de las redes sociales, que son el medio de comunicación natural de los indignados, un grupito de advenedizos se dedicó, desde semanas antes a la manifestación del pasado domingo, a pegar, rodillo y cola en mano, miles de horribles carteles a lo largo y ancho de toda la ciudad. Luminarias, marquesinas, papeleras, contenedores, postes de teléfonos, cristales, fachadas privadas, edificios históricos…, nada escapó al despropósito de este grupete, que a lo único que contribuye es a que el 15M gane detractores en lugar de acólitos.
Pero los hediondos no son potestativos del 15M, no se engañen. También grandes promotores de conciertos multitudinarios, entre otros, conforman toda una cochinada en forma de cartel que cuesta al ayuntamiento 15.000 euros más al año, de los 18 millones de euros que ya se le pagan a la empresa de encargada de la limpieza de Santa Cruz, que es Urbaser. En la última batida para retirar carteles se estuvo doce días. La plaza de La Candelaria, Irineo González, Weyler, calle Castillo, San José, rambla Pulido y la plaza de La Paz, son la diana donde al día siguiente de haber eliminado los carteles, vuelven a estar pegados. Parece que el Ayuntamiento está decidido a meterle mano a un asunto por el que puede multar, a los susodichos hediondos, con sanciones que van desde los 600 a los 3.000 euros.
Si con, casi, los mismos habitantes y los mismos zafarranchos de limpieza, cuando Manolo Hermoso era alcalde Santa Cruz parecía una patena, y hoy con Bermúdez no es un asco, pero muchos dicen que en algunos lugares falta poco, ¿qué ha pasado entre medio, además de Zerolo? Pues mucho me temo, que muchos ensuciamos más. O quizás, que unos pocos ensucian mucho más. Recuerdo las campañas publicitarias del Cabildo “Tenerife como un espejo” o “seamos gente 10”. Fueron millonarias, pero consiguieron que actitudes tan cotidianas como era entonces abrir la puerta del coche en plena avenida Tres de Mayo y vaciar el cenicero, pasaran a ser abucheadas por los conductores colindantes. No sé por qué cauces, pero el Ayuntamiento (sin dinero) va a tener que mentalizarnos, visto que algunos de nosotros mismos somos incapaces. Y si las sanciones a Tráfico le han dado tan buen resultado, que tomen nota. Los horteras de muchos graffiti tienen otro artículito, pero con los hediondos de los carteles, ya están tardando.
twitter/ jc_alberto
LOS COCHINOS PROFESIONALES, O SEA, LOS MIERDAS, EMPAÑARAN SIEMPRE CUALQUIER ESPEJO.