Qué gozada el último disco de Virginia Guantanamera, una cubana que vive en Tenerife desde hace años y que forma parte de esa cadena, casi siempre olvidada, del engranaje de la música popular que recorre las islas alegrando a la gente y despertando conciencias. En su caso, con letras y músicas creadas por ella, es doblemente gratificante comprobar como la cultura canaria está irremediablemente impregnada de sones, boleros y sensibilidad cubana. Y escuchándola cantar isas o folías se siente la Cuba rural, también llena de experiencia y trabajo de manos isleñas.
La primera vez que oí su voz fue acompañando a un `deejay´ del Puerto de la Cruz. Trabajando en silencio, sin apoyos comerciales ni institucionales y recorriendo pubs, pueblos y fiestas patronales de la isla, Virginia ha alcanzado el final de una etapa demostrando que se es profesional de la música aunque sea imposible vivir de ella. Ahora presenta su disco, “Sin etiqueta”, lleno de son, jazz y salsa, con el aderezo de toques urbanos tan necesarios para interesar a la juventud.
Pero de la mejor manera que la trigueña de Guantánamo refleja la simbiosis cubano-canaria es con la canción “Soy canario”, arreglada por el tinerfeño Marco del Castillo y con participación de Luís Ramírez “El Cabra”, la voz canario-salsera más destacada del archipiélago. “¿Oh, qué pasó, chacho qué paso?”, se preguntan Virginia y su coro tras pasear los tópicos isleños que se convierten en credo para los que piden un futuro con mayor autogobierno.
Nacionalismo no agresivo, negociador, comprensivo, integrador y no excluyente. Nacionalismo que llame a las cosas por su nombre, con la bandera canaria de las siete estrellas en La Laguna aunque sólo sea un día, con el reconocimiento a excelentes profesionales peninsulares y de otras naciones, funcionarios civiles o militares, que comparten canariedad por lazos familiares o porque quieren y defienden tanto a esta tierra como el que más.
Escuchen “Soy canario”. Es una afirmación rotunda del amor que se puede tener a esta tierra -incluso sin haber nacido en ella-, meneando el esqueleto con jazz-son puramente chicharrero. Gracias Virginia.
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