Muy a pesar mío, tengo que desdecirme acerca de mi opinión sobre Ignacio González junior, al que califiqué no hace mucho como el bufón de la corte política de Canarias dada su propensión a decir y hacer tonterías para que le rieran las gracias y así poder hacerse notar. Él y su partidito de aluvión. Pero no, amigos míos, González junior no es un bufón, sino un ‘petit putain’ que se dedica a meterse en la cama con cualquiera que le ofrezca un cargo público, es decir, dinero.
La promiscuidad del presidente del CCN –Centro Canario de Nacho- no es nueva. Desde que se inició en la política ha flirteado con éste y aquél, y el otro partido y cuando se le acabaron, se dedicó al onanismo y creó su propia formación política, integrada a su vez, por desechos de otras formaciones en un último intento de reciclar sus carreras políticas.
El CCN de González junior es como las rameras de la calle Miraflores, que se resisten a desaparecer pese a que el nuevo urbanismo las va encajonando en las cada vez menos casas de lenocinio de las que dispone Santa Cruz. Le ocurre lo mismo, también, que a las putas castigadas por los años, la edad y el malvivir: siempre hay alguien necesitado –de votos- que no le hace ascos a yacer o a pactar con piltrafas que, si es necesario, frecuentan los comedores sociales para llevarse un plato de lentejas a la boca y una foto para la posteridad. La necesidad obliga.
Pero no les descubro nada nuevo que no sepamos de un ‘petit putain’, que colmó mi capacidad de asombro en septiembre cuando nos convocó a varios periodistas para decir durante el almuerzo que la supuesta financiación irregular de su partido, investigada por los tribunales, es cosa de su padre y de su hermano Pedro, que se dedicaron a meter dinero en los periódicos –publicitariamente hablando- sin que ni él mismo lo supiera o lo imaginara. Así es la catadura moral de este individuo.
Lo que me ha llamado la atención es que José Manuel Soria haya tenido arrestos para meterse en la cama con él. Supongo que habrá cerrado los ojos y habrá imaginado que, en realidad, estaba jodiendo –y disculpen la soez expresión- a Paulino Rivero. Olvida el presidente de los populares canarios que amor de puta y vino de frasco, a la noche gustosos, y a la mañana dan asco. Sólo que él pasará la resaca en Madrid. Los que se quedan aquí, ajo y agua. A joderse y a aguantarse.
POLITIQUINES SIN FORMACION UN MONTON.