Manuel E. Díaz Noda.-
Dentro de los diferentes tipos de produccionescinematográficas existe el concepto de “divertimento”, que hace referencia a aquellos títulos meramente alimenticios, generados para hacer pasar un rato agradable al espectador y que las estrellas de la película puedan relajarse con papeles menos exigentes y nada trascendentales para su carrera. En muchas ocasiones, esto se hace también cuando a dos estrellas les apetece trabajar juntas más por capricho que por desafío interpretativo, permitiéndose pasar un buen rato haciendo el ganso. Ese es el caso de “Larry Crowne. Nunca es Tarde”, una cinta ideada para entretenimiento de sus dos actores protagonistas, que no pretende otra cosa que distraer al espectador durante hora y media y que éste consuma el paquete grande de palomitas antes de que suban los títulos de crédito.
El origen de este divertimento nace también de la idea de hacer una película entre amigos. Aquí el nexo de unión es Tom Hanks, quien ejerce de protagonista, director, guionista y productor. Hanks es actualmente una de las estrellas mejor asentadas del escalafón de Hollywood. En sus treinta años de carrera ha demostrado ser un cómico eficaz, un actor dramático de carácter, una estrella cercana y querida por el público, un productor con visión (sobre todo cuando se alía con su amigo Steven Spielberg para producir series como “De la Tierra a la Luna”, “Hermanos de Sangre” o “The Pacific”) y un director solvente (su trabajo tras la cámara se ha desarrollado principalmente en el medio televisivo, pero su debut con “The Wonders” se saldó con un éxito considerable y críticas bastante positivas).Además puede presumir que la madurez no ha afectado a su carrera, ya que a sus 55 años sigue alternando pequeñas producciones con grandes blockbusters de Hollywood. El equivalente femenino a Tom Hanks en Hollywood es Julia Roberts. Una de las más famosas “Novias de América”, poseedora de esa belleza especial de vecina de al lado, que la hace atractiva, pero también cercana al público, una de las damas de la comedia romántica hollywoodiense, también ha sabido salir de su encasillamiento con papeles de corte dramático y apostando por algunas producciones de corte independiente. No se ha puesto aún tras la cámara pero sí ha utilizado su status en la industria para apoyar como productora proyectos en los que tenía algún interés especial y en 2010 a sus 43 años logró uno de sus mayores éxitos con la cinta “Come, Reza, Ama”.
El tercer vértice de la película es la actriz y guionista Nia Vardalos. Ella le debe su mayor éxito a Tom Hanks, quien le produjo “Mi Gran Boda Griega” en 2002, pero posteriormente no ha podido revalidar aquel éxito con sus siguientes trabajos como guionista/actriz, “Connie y Carla”, “Mi Vida en Ruinas” y “Con el Amor no Hay quien Pueda”. En esta ocasión, el guión de “Larry Crowne” viene firmado a cuatro manos con el propio Hanks, y mantiene las mismas características de anteriores trabajos de Vardalos, una comedia de corte romántico, con protagonistas en plena crisis de madurez. Desgraciadamente, se trata también de un envoltorio insustancial, repleto de personajes vacíos y situaciones banales, que no llegan ni siquiera al nivel de excusa argumental.
La historia nos presenta las desventuras de un hombre de mediana edad, divorciado y con una hipoteca, que se ha pasado media vida en la Marina y la otra trabajando para una cadena de supermercados y que, de repente, se ve sin trabajo debido a la crisis y a su bajo nivel formativo. Sin rendirse al desaliento, Larry Crowne decide matricularse en la universidad para paliar las carencias de su currículum. Este cambio en su vida le permitirá tener una visión más amplia de la sociedad en la que vive, conocer a gente nueva que le ayudará a iniciar una nueva etapa, al mismo tiempo que se enamora de su profesora de retórica.
De manera muy superficial, la cinta busca situar a los personajes en un entorno realista, con las referencias a la crisis financiera y los problemas de desempleo que también se producen en Estados Unidos; sin embargo, dado que esto es un divertimento, estas referencias pasan a ser puntuales y efímeras, no vaya a ser que en lugar de entretenerse, el espectador se pudiera deprimir. Por otro lado, se trata también de una historia de superación personal, muy al gusto hollywoodiense, por lo que en ningún momento dudamos de que el protagonista va a salir adelante gracias a su entusiasmo y buena voluntad cual Forrest Gump. La crisis matrimonial del personaje de Julia Roberts también se esgrime de manera sencilla sin que llegue la sangre al río. Básicamente, el personaje del marido (escritor de pacotilla, arrogante y pornoadicto al que da vida un desaprovechado Bryan Cranston, conocido por las series “Malcolm” y “Breaking Bad”) está presente en la historia para marcar el contraste con el amable, caballeroso y atento Larry. Una vez el vínculo romántico entre los dos protagonistas está ya encaminado, aquel desaparece por completo de la historia.
Nuestro héroe está rodeado de otros personajes satélite, que deambulan por la historia sin demasiado que aportar. Desde el vecino regateador y su estridente esposa (estridente más por la interpretación y el doblaje de la actriz, Taraji P. Henson, que por las propias características del personaje), unos compañeros de clase carentes de habilidades sociales, su profesor de economía, una pandilla de moteros liderada por Talia, una joven y entusiasta estudiante dispuesta a revolucionarle la vida al protagonista, un antiguo compañero de la Marina o el director del centro universitario componen este plantel de secundarios cuya relevancia en la película, más allá de dar un poco de colorido a la trama y protagonizar algún gag afortunado (el discurso trekkie, los celos del novio de Talia), parece haberse quedado en la mesa de montaje. El guión aporta poca información sobre cada uno de ellos y al terminar la película nos resultan prácticamente tan desconocidos e irrelevantes como al principio. Eso sí, en este batiburrillo podemos encontrar algunos rostros conocidos como Pam Grier (“Foxy Brown”, “Jackie Brown”, “L”), George Takei (Sulu en la serie clásica de “Star Trek”), el humorista Cedric the Entertainer (“La Edad de Hielo”, “Madagascar”, “Be Cool”), la ya mencionada Taraji P. Henson (“El Curioso Caso de Benjamin Button”, “The Karate Kid”), Rita Wilson (esposa en la vida real de Tom Hanks y actriz secundaria vista en “Algo para Recordar”, “Novia a la Fuga” o “No Es tan Fácil”) o Wilmer Valderrama (ex niño Disney, voz de Manny Manitas, visto también en series como “Aquellos Maravillosos 70”). Todos se pasean por la pantalla de manera transitoria, casi como si más que interpretar un papel le estuvieran haciendo un favor personal a los artífices de la película.
Hanks tampoco se esfuerza demasiado tras la cámara. Se limita a ser pulcro y funcional con su puesta en escena, dejando el terreno libre para que tanto él como su partenaire puedan desenvolverse con comodidad por la escena. Lo que en “The Wonders” resultaba una narrativa nostálgica y sencilla, aquí se limita a ser afable y servicial. Lo mismo podemos decir de todos los aspectos de la producción (montaje, dirección de fotografía, música). Todo está ideado para resultar decorativo ycómodo, de manera que la película se deje ver sin esfuerzo ni estridencias. De esta manera, la cinta acaba dejando en el espectador una vacía pero placentera sensación de entretenimiento.
“Larry Crowne. Nunca Es Tarde” no ofende, ni aburre, resulta agradable de ver y sirve de lucimiento para sus dos principales estrellas. Como decíamos al principio, un mero divertimento, sin mayor ambición, que seguramente nunca hubiese llegado a las pantallas de los cines de no haber contado con el protagonismo de dos de las más taquilleras estrellas del firmamento estadounidense. Eso sí, para la próxima vez, se agradecería un guión más trabajado y una puesta en escena con más brío que aporten algo más de enjundia a la película.
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