Europa Press.- En la segunda jornada de la 54 edición de Cibeles Madrid Fashion Week «mantenerse, adaptarse y continuar es el reto», según el propio David Delfín indica. El creador de este desfile ha traído hasta la pasarela un despliegue de líneas geométricas adornadas con una explosión de color en estado puro.
Se enciende una luz roja y suena la música. Desde la front row, Carmen Lomana, Boris Izaguirre, Mario Vaquerizo, Alaska y la extraña presencia de un zombie no apartan su mirada del marco por donde saldrán las modelos vestidas con los diseños más espectaculares de David Delfín.
Las formas geométricas en colores de lo más vivos resaltan sobre un fondo blanco nítido. Se trata de «transformar las limitaciones en oportunidades». Una colección cargada de «dinamismo y alegría» en la que se entremezclan los vestidos con las minifaldas, los shorts e incluso hay sitio para los pantalones con una pata larga y la otra corta.
La línea masculina sigue la misma tónica. De hecho, podemos ver a los modelos luciendo modernísimos pantalones en color rosa pastel conjuntados con camisetas transparentes con una manga de cada color, siempre muy ácidos.
Los cortes se rigen por la rectitud de las formas en prendas que «se descuartizan y reconstruyen» y «los tejidos desvelan todo su colorido». Mucho reciclaje. Los materiales: seda, algodón, poliéster, acetato, poliamida…
La gran ovación por parte del público ha llegado con los trajes largos. Primero, un vestido en color crema con la falda tableada y detalle geométrico y multicolor por el escote. Los flecos anchos de colorines son una arriesgada, pero muy acertada apuesta de David Delfín para la próxima temporada.
Sin embargo, lo más impactante de todo el desfile han sido los zapatos de taconazo, uno de cada color, sobre calcetines blancos, símbolo de que la moda ochentera está de vuelta. Y, por si quedaba alguna duda, suena la música de Alaska para la despedida.
Francis Montesinos: sabor torero y flamenco
En su 40 aniversario en el mundo de la moda, Francis Montesinos ha querido rendir su particular homenaje a la cultura española. «Se trata de la fusión de sus orígenes, sus iconos y su lenguaje, con la modernidad del presente». Una colección repleta de colores cálidos con un guiño muy especial a los orígenes del diseñador.
Nada más entrar en la Sala Cibeles, percibimos un olor a flores naturales. Es el 40 aniversario de Francis Montesinos en el mundo de la moda y eso se nota. Las primeras modelos en desfilar nos ofrecen una revisión del look más español a ritmo del flamenco más puro.
Peinetas de fantasía decoradas con estrellas, cuerpos de lycra con estampados, con asimetrías y escotes barco que se combinan con faldas de tul, volantes y mucho vuelo. Pero lo mejor está por llegar, una explosión de colores cálidos donde priman el rojo y amarillo de la bandera de España.
Y, por si esto fuera poco, chaquetas de torero tricotadas sobre vestidos, capas simulando los capotes de los toreros y botines de encaje. Para ellos… ¡faldas! En todos los estilos. Combinadas con blazers, transparencias, de punto o de trapo, pero sobre todo muy plisadas.
Llega un momento clave en la colección de Montesinos: Paola Dominguín con un traje de rayas diplomáticas y pantalones súper anchos se lleva todos los aplausos del público. Pero no es la única musa de Francis en subirse a la pasarela, también María Pineda, Estefanía Luyck y Helena Barquillo se prestan para lucir los diseños de esta colección tan ‘spanish’.
En un desfile tan de nuestra tierra, por supuesto, no podían faltar los lunares propios de los trajes de sevillana, ni tampoco los encajes con lentejuelas que se convierten en protagonistas. De repente, aparecen vestidos tricotados de varios colores, material y tonos también utilizados para ciertas prendas masculinas.
Además, el diseñador «homenajea y recorre momentos de su trayectoria a través de un collage de portadas que se encajan para crear su nuevo estampado ’40 Years in Fashion'». En cuanto a los materiales: tejidos naturales, tules plisados, transparencias, punto artesanal, sedas, gasas y organzas combinadas entre sí.
El color nude se apodera de las noches de Francis Montesinos en vestidos de gitana con mucho volante. También hay hueco para los monos de lentejuelas y, cómo no, para la combinación rojo-amarillo. Como sorpresa final, una novia a modo de virgen de Semana Santa con maxi peineta de oro. El público enloquece. Un ‘olé’ por Francis Montesinos.
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