Los países occidentales tienen en la democracia su forma de convivencia. Vivimos pensando que es la fórmula menos mala que se puede adoptar actualmente para la convivencia en colectividad. Algunos optan por definirla como la fórmula perfecta. Respeto todas las opiniones, pero en este caso particular permitan que no las comparta.
La democracia indirecta o representativa la inventaron los griegos allá por el año 500 A.C. (es más vieja que Matusalén), y tenía como particularidad que solo una pequeña minoría – en torno al 10% – tenía derecho a participar, quedando excluido el resto de la población.
Como ven, muy pocas cosas han cambiado en tan largo período de tiempo. A día de hoy, la realidad es que el derecho democrático solo se ejerce por parte del pueblo una vez cada cuatro o cinco años. Sigue siendo una minoría la que gobierna y toma las decisiones que nos afectan a todos. Lo peor de todo es que ni siquiera cumplen con los programas por los que salen elegidos. Además, no se exigen unos mínimos de capacitación para llevar a cabo tales funciones. Así nos luce el pelo.
Siguiendo fiel a mi encuentro con ustedes quiero aportar otras fórmulas que nos posibilitan una convivencia que, a mi criterio, son más justas, mas éticas, más honestas, más inteligentes, más respetuosas con el medio y más igualitarias. Creo de vital importancia que todos participemos de forma directa en todas las decisiones que se lleven a cabo en nuestra colectividad.
«Pueblos en Transición» es una experiencia internacional que en estos momentos se está realizando en diferentes pueblos, barrios, ciudades y comunidades de todo el planeta. Básicamente es un movimiento que apuesta por una forma de vida en la que no exista la enorme dependencia del petróleo y sus derivados en la que estamos inmersos a día de hoy.
Son plenamente conscientes de la existencia del cambio climático, por lo que han empezado a organizarse en sus localidades con el objetivo de ser autosuficientes y encarar el futuro de una forma más respetuosa con el medio ambiente. Es una apuesta local de vida comunitaria en la que participan todos sus integrantes en generar los recursos necesarios para sus vidas.
Las Comunas Libertarias, de las que tenemos algunos ejemplos en nuestro país, proponen una sociedad autogestionaría basada en la libertad del individuo, en donde desaparece el estado. Todos los miembros participan de forma rotatoria en las diferentes actividades de la comunidad en la que no existen diferencias de clase ni propiedad privada. Cada miembro a lo largo de su vida va ejerciendo los diferentes oficios y funciones necesarios para una vida autosuficiente basada en la Autogestión. Las primeras experiencias de convivencia anarquista en nuestro país se dieron antes de la guerra civil; siendo muy importante las comunas existentes en Aragón y Cataluña.
Por último tenemos que prestar una especial atención al reciente movimiento que en nuestro país ha sido denominado como “Los indignados del 15M “. Es un movimiento que pide otra forma de democracia, en el que participen de forma activa todos los ciudadanos. En las diferentes concentraciones que se están llevando a cabo de forma regular los acuerdos se debaten en diferentes grupos y en asambleas.
Con la llegada de las nuevas formas de comunicación que nos ofertan las diferentes redes en internet, se está consiguiendo que pueblos enteros tomen el protagonismo y consigan a través de sus movilizaciones derrocar gobiernos autoritarios que no han permitido durante mucho tiempo que sus ciudadanos fueran libres.
El ser humano es capaz de reinventarse a sí mismo por lo que deseo espero que poco a poco una nueva conciencia basada en la libertad e igualdad de todos los seres humanos se vaya abriendo camino en nuestro planeta.
Para saber más de Pueblos en transición: Programa «El Escarabajo verde» de Televisión Española
http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-escarabajo-verde/escarabajo-verde-pueblos-transicion/698372/
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