Política y dinero son dos fuerzas diabólicas que se alimentan la una de la otra y acaban por convertirse en un monstruo indestructible cuando se les añade un tercer elemento: la impunidad.
La impunidad vuelve valientes a los cobardes y osados a los pusilánimes, y el día en que cobardes y pusilánimes alcanzan el poder sus sucias babas lo aniquilan todo.
Los políticos actuales son enanos que se suben los unos sobre los otros para intentar parecer hermosos gigantes y acaban convirtiéndose en ridículos cabezudos.
Alberto Vázquez Figueroa
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