Europa Press.- El Papa Benedicto XVI ha pedido a los jóvenes que no se avergüencen del Señor, a su llegada a España para participar en la XXVI Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). «Es urgente ayudar a los jóvenes discípulos de Jesús a mantenerse firmes en la fe y asumir la bella aventura de anunciarla y testimoniarla abiertamente con su propia vida», ha destacado en su discurso en la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto de Barajas, ante los Reyes de España, el presidente del Gobierno y multitud de autoridades.
También estaban presentes multitud de peregrinos que, poco después de iniciar su discurso, han empezado a corear el lema ‘Esta es la juventud del Papa’.»¿Por qué y para qué ha venido esta multitud de jóvenes a Madrid? Aunque la respuesta deberían darla ellos mismos, bien se puede pensar que desean escuchar la Palabra de Dios, como se les ha propuesto en el lema para esta Jornada Mundial de la Juventud, de manera que, arraigados y edificados en Cristo, manifiesten la firmeza de su fe», les ha respondido.
El Santo Padre ha subrayado que muchos jóvenes, además, miran con preocupación el futuro ante la dificultad de encontrar un empleo digno, o bien por haberlo perdido o tenerlo muy precario e inseguro. Igualmente, se ha referido a otros que precisan de prevención para no caer en la red de la droga, o de ayuda eficaz, si por desgracia ya cayeron en ella. Y ha señalado que no pocos, por causa de su fe en Cristo, sufren en sí mismos la discriminación, que lleva al desprecio y a la persecución abierta o larvada que padecen en determinadas regiones y países.
«Se les acosa queriendo apartarlos de Él, privándolos de los signos de su presencia en la vida pública, y silenciando hasta su santo Nombre. Pero yo vuelvo a decir a los jóvenes, con todas las fuerzas de mi corazón: que nada ni nadie os quite la paz; no os avergoncéis del Señor», ha exhortado.
El Pontífice también ha hecho alusiones a los santos españoles y las hondas raíces cristianas de España al destacar, que «aunque actualmente haya motivos de preocupación, mayor es el afán de superación de los españoles, con ese dinamismo que los caracteriza, y al que tanto contribuyen sus hondas raíces cristianas, muy profundas a lo largo de los siglos».
Antes, el Santo Padre ha advertido de que «ciertamente, no faltan dificultades» y «subsisten tensiones y choques abiertos en tantos lugares del mundo, incluso con derramamiento de sangre», al tiempo que ha recalcado que la justicia y el «altísimo valor de la persona humana se doblegan fácilmente a intereses egoístas, materiales e ideológicos» y que no se respeta siempre como es debido el medio ambiente y la naturaleza.
El Rey: «es hora de redoblar nuestro apoyo a los jóvenes». Por su parte, el Rey don Juan Carlos ha pedido, en su discurso de bienvenida al Papa Benedicto XVI en el aeropuerto de Barajas, la ejemplaridad de los mayores para la juventud en un tiempo no fácil para ellos en el que se percibe una «profunda crisis de valores». «Es hora de redoblarles nuestro apoyo; de aportarles todos los medios disponibles para que logren abrirse camino; de acabar con el intolerable paro juvenil; y de animarles a tomar la antorcha de los valores que hacen grande a la Humanidad», ha recalcado.
Además, el monarca no ha querido dejar de recordar «muy especialmente» a tantos niños y jóvenes víctimas de violencia». «Están hoy particularmente presentes en nuestros corazones», ha subrayado.
Ante la presencia de las autoridades que han recibido al Pontífice en su visita a España para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el monarca ha destacado que los jóvenes necesitan «no sólo oportunidades, sino también la ejemplaridad de sus mayores; no sólo razones, sino actitudes que motiven, llenen e impulsen su existencia y alienten su esperanza». Y, citando al Pontífice, ha añadido: «Sentir el anhelo de lo que es realmente grande, forma parte del ser joven».
«No son estos tiempos fáciles para una juventud tantas veces frustrada por falta de horizontes personales y laborales, y que se rebela ante los graves problemas que aquejan al ser humano y al mundo de hoy», ha resaltado.
En este sentido, ha recalcado que no se puede defraudar a los jóvenes en su «legítimo anhelo» de hacer realidad sus sueños y que sus aspiraciones y problemas deben ser las primeras prioridades de la sociedad porque ello va su propio porvenir que es también el de toda la sociedad.
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