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Los tacoronteros y tacoronteras, así como los múltiples visitantes que llegaron al municipio este domingo, por fin pudieron protagonizar el reencuentro tan ansiado con San Isidro Labrador, cuya romería hacía dos años que no hacía el recorrido entre la iglesia de Santa Catalina y El Calvario.
La lluvia persistente de los últimos días, que obligó a trasladar el Baile de Magos al próximo viernes, dio paso a un día con nubes pero ideal para un encuentro romero como el día hoy, en el que desde primera hora de la mañana se respiraba ganas a fiestas y del reencuentro con las tradiciones.
Por fin, en el entorno de la plaza de Santa Catalina se pudo observar de nuevo el ganado, que llevaba dos años confinado al igual que sus responsables. Llegó el momento en que recuperaron su protagonismo, y entre carretas, entorno a una veintena, y agrupaciones musicales, cobraron protagonismo en la romería.
No faltó vino de la zona, ni comida para compartir. Las puertas de las casas se abrieron a los amigos y visitantes. De nuevo, en un domingo de julio, regresó el júbilo a Tacoronte y el cariño por San Isidro Labrador en una tierra donde el campo es la vida.
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