Ángel Víctor Torres pudo ayer por fin sacar pecho ante el reparto de los fondos europeos, y también por la tardía decisión del Consejo de Ministros de aprobar la prórroga en las inversiones RIC que vencía este 31 de diciembre. Ambas son buenas noticias, aunque con distinto alcance. Aprobar dos días antes de su vencimiento la prórroga es una canallada: en realidad lo que se ha hecho es ‘indultar’ fiscalmente y por un año a los miles de empresarios y autónomos que gastaron este 2020 sus últimas reservas sosteniendo sus negocios. Pero avisar cuando solo faltan dos días para el vencimiento ha obligado a otros muchos a endeudarse en las peores condiciones y el peor momento.
Un viejo refrán asegura que “nunca es tarde si la dicha es buena”. No es siempre cierto: imaginemos, por ejemplo, que la vacuna consigue su objetivo y logra llegar al 70 por ciento de la población a lo largo de 2021, pero no evita un desastroso crecimiento de la enfermedad, fruto del mayor contagio de las nuevas cepas. La dicha no sería entonces mucha si -tras estos días de esperanza al ver por fin luz al final del túnel- nos encontramos con miles de muertos más durante el próximo año.
Incluso a pesar de los esfuerzos de Torres, la medida sobre la RIC llega tarde, esa es la verdad. Pero lo que llega en el momento adecuado, justo cuando más conviene al ejecutivo de Torres y a Canarias es ese reparto de fondos europeos que convierte al archipiélago, con 630 millones, en la región española que más fondos recibe por habitante. Eso supone unos 130 millones más de los que esperaba el propio Gobierno regional en sus previsiones iniciales, una extraordinaria noticia para Canarias, y la demostración de que asumir el rol de pesado irreductible puede a veces funcionar.
Después de un par de sonadas humillaciones -la última la petición del informe al Consejo de Estado sobre el decreto de los antígenos, solicitada por la Presidencia de Sánchez para demostrar quien manda- este pellizco de millones resulta -además de una cuestión de justicia, porque Canarias es la región más castigada por la crisis económica que ha desatado la enfermedad- una suerte de reconocimiento a la constancia y lealtad partidaria del Torra canario.
Esperemos que en la distribución futura de los fondos Covid europeos se mantenga como criterio la afección de la enfermedad a la economía regional, que ha sido la clave para aumentar la participación de Canarias en el reparto. Seguro que Torres seguirá dando la lata.
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