EBFNoticias | En el Día Internacional del Migrante, Aldeas Infantiles SOS reivindica cambios en el proceso de recepción y acogida de los niños, niñas y adolescentes migrantes que llegan a nuestro país, con el fin de garantizar el cumplimiento de sus derechos y favorecer su integración.
La organización lleva 20 años atendiendo a la infancia migrante no acompañada y demostrando que, con el apoyo necesario, su integración socioeconómica es posible y no difiere de la de los jóvenes españoles que abandonan el sistema de protección.
Aldeas Infantiles SOS comenzó en 2001 a apoyar en sus programas de cuidado alternativo a niños, niñas y adolescentes migrantes que llegaban solos a nuestro país, procedentes principalmente de Marruecos y el África Subsahariana, así como de otros lugares del mundo, como Rumanía, Ucrania o Colombia.
«Todos ellos, sin excepción, traen consigo el sueño de alcanzar un estado de bienestar del que carecían en su país. Son niños y niñas que han dejado atrás la pobreza, la inestabilidad y los conflictos, y que soportan altos niveles de estrés antes de su partida, durante su viaje y una vez han llegado a su destino, lo que, unido a la separación familiar, eleva la probabilidad de que su salud mental se vea afectada a largo plazo si no reciben la atención necesaria», asegura el presidente de Aldeas Infantiles SOS, Pedro Puig.
Aldeas les brinda una atención personalizada que da respuesta a sus necesidades específicas en todas las áreas de su vida, lo que incluye la tramitación de sus permisos de residencia, de vital importancia para que cuando cumplan la mayoría de edad no se encuentren en un limbo legal. Llegado ese momento, continúan recibiendo apoyo de la organización hasta completar su proceso de inserción sociolaboral, al igual que todos los jóvenes que pasan parte de su infancia en los programas de acogimiento de Aldeas Infantiles SOS.
«Por lo general, llegan con la intención de trabajar, pero también son conscientes de que antes necesitan aprender el idioma, formarse académicamente y regularizar su documentación», explica Pedro Puig. «Comenzamos a prepararles para que sean autónomos antes de que cumplan la mayoría de edad y después les acompañamos desde el Programa de Jóvenes, además de ofrecerles ayuda habitacional, académica y, cuando es necesario, económica». Todos los chicos y chicas que forman parte del Programa de Jóvenes estudian o están buscando activamente trabajo y realizando cursos para favorecer su empleabilidad.
Una estrategia nacional con enfoque de derechos
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