Los hechos de los que habría tenido que responder la consejera Santana si hubiera aguantado en la Comisión de Derechos Sociales son terribles: 2.747 personas han fallecido este año, 1.890 aún pendientes de valorar, muchas de ellas con más de 80 años, y 857 con el derecho ya reconocido.
Han muerto 31 personas en residencias, por covid, y 460 mayores han fallecido sin explicación, un 20 por ciento más de mortalidad entre la población mayor que la habitual, del pasado marzo a julio.
¿Y qué hace la consejera? Pide ayuda a los grupos para que el Gobierno le asigne más dinero. No se lo han dado: quizás en Hacienda se resisten porque Derechos Sociales es incapaz de ejecutar su presupuesto. A 19 de octubre habían gastado cero euros del 1.200.000 previstos en 2020 para crear el historial social único, la herramienta que facilitará los trámites y acortará los plazos de espera.
Pero eso no explica que Román Rodríguez haya dispuesto para 2021 subir más dinero para la tele canaria de lo que supone el incremento en Derechos Sociales. En un año en que miles de personas van a pasar –de verdad– hambre.
La compareciente recordó también que nadie del Gobierno se ha sonrojado, nadie ha pedido disculpas por los muertos en las residencias, y que 14 años después de la ley de Dependencia, la situación de los dependientes es peor que nunca, por el sentimiento de indefensión, de abandono y ultraje. Es solo un botón de muestra de la causa de quejas y reproches que ayer se hizo –en ausencia de Noemí Santana y de su segundo en Dependencia– a la política de un departamento que lleva meses presumiendo de haber resuelto el problema.
En realidad, lo único que se ha hecho ha sido concentrar al personal en resolver trámites, para poder incorporar al listado de personas atendidas, unos expedientes que luego no se atienden. Ni los nuevos, ni tampoco los antiguos. Eso, y escribir miles de tweets desde perfiles oficiales o falsos. En eso sí que son unos máquinas.
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