La consulta de atención primaria está reflejando las secuelas psíquicas de la pandemia que estamos sufriendo. Son miles de personas las que acuden al médico de cabecera con estados de ansiedad, motivados por una preocupación constante por la posibilidad de contagio por el virus covid19, llegan al punto de entrar en procesos depresivos de gravedad.
Cuando se experimenta por mucho tiempo la soledad, gran cantidad de estrés, depresión, rabia y desesperanza, cuando sienten que después de luchar, de buscar, ensayar y sentir dolor, no hay ningún lugar a donde correr o nadie a quien acudir; se van aislando y el deseo profundo de esconder el dolor se hace presente.
Cuando el presente se convierte en un dolor interminable y la persona va entrando como en un ensimismamiento, percibiendo menos y menos de su entorno. Viene la desesperanza, pierde el balance, entra en un presente amargo y en un futuro sin ilusión. La persona se va adormeciendo, eventualmente deja de buscar ayuda y entra en el “trance suicida”, el suicidio se convierte en la única esperanza o solución para terminar con el dolor.
En este trance no hay esperanza, nadie puede ayudar, no hay sentido del humor, paciencia o perspectiva. El dolor es tan grande, que la única manera de sobrellevarlo o soportarlo, es no sintiéndolo. El sistema emocional, físico y mental, “se apagan”, y la persona queda viviendo en un cuerpo vacío por dentro, como en un caparazón. En otras palabras, lo que pasa con el suicidio, es que el dolor es mayor que los recursos o herramientas para manejarlo.
Este estado de desesperanza aprendida, donde nada importa, no hay esperanza de un futuro mejor, no hay ilusión o cura, no hay promesas. Sin esperanza se cierran las posibilidades.
El número de suicidios en nuestro país ha superado la cifra de muertos en accidentes de circulación, este dato nos debería hacer pensar en que mucho más allá de una cruel crisis económica, se encuentra un drama colosal de magnitudes insospechadas
La crisis motivada por la pandemia del covid19 se acabará tarde o temprano y que a aun nos quedan por delante muchos años de vida.
En la actualidad los tratamientos psicológicos o psiquiátricos se hacen cada día más necesarios, millones de ciudadanos, trabajadores, pequeños y medianos empresarios, autónomos, necesitan esa terapia urgentemente.
Al fin y al cabo, estamos hablando sobre la vida, debemos aprender más de la vida, antes de optar por la muerte; el suicidio es una decisión permanente para un problema temporal.
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