Nadie emigra de su país sin en él se pudiera vivir con tranquilidad y en paz, y todo aquel que ve amenazada su vida tiende a huir o a escapar de un régimen que lo persigue y le quita su futuro.
Los cubanos ya han padecido de ese tormento por más de sesenta años, y ahora los venezolanos lo padecen desde 1998, saben lo que es huir de su país a riesgo de morir en el intento. Los venezolanos que han tenido que emigrar a los países vecinos en los últimos años, desde Colombia hasta Argentina, son ahora dos veces victimas, doblemente rechazados. Se han convertido en una carga social allá donde han llegado, y ahora, maltratados al regresar a Venezuela porque ya no les queda otra opción.
El Comunismo-Socialismo Castro-Chavista los expulsó prácticamente, para evitar así alimentar y mantener a otras bocas, y porque regularmente ese emigrante suele ser el más preparado, el más apto para sobrevivir, el más dispuesto a protestar y a enfrentárseles, y de paso, generar de esta manera las remesas en divisas que vendrán del exterior de parte de los emigrados, para ayudar a sus seres queridos que se quedaron atrapados.
En el caso Venezuela todas las cifras apuntan a que son más de cinco millones de emigrantes de venezolanos los que están esparcidos por el mundo, una triste realidad para un país que flotaba en abundancia, y que gracias a Chávez, Maduro y sus pandillas tuvieron que escapar de las garras del neo-comunismo del Siglo XXI.
El fiscal general chavista, Tarek William Saab, se da el lujo y el placer de burlarse de esa gente, de esos venezolanos que han llegado recientemente a su país, todos famélicos y arruinados. Este personaje… que debiera ser el primero en defender los derechos humanos y la justicia, les echa en cara que eso les pasa por haber renegado del Chavismo-Madurismo, que en el discurso del régimen, es haber renegado de Venezuela.
El mundo da muchas vueltas, la venganza no es buena consejera, pero la justicia llegará, y en ese momento ya veremos quien se burla de quien, y sino pregúntele a Gadafi, a Sadam Husein, o a Noriega…
Los Castro-Chavistas-Maduristas tendrán que recordar que “Verdugo no pide clemencia…”
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