En la torre de radio y televisión de la Expo del 92, Peter Braumger, periodista alemán del Dier Spigel, me comentaba que los españoles o teníamos muchísimo dinero o bien estábamos locos de atar.
Braumger y su mujer no entendían cómo podíamos gastar tantísimos millones de dólares en los tres eventos que por aquel mes de julio del año 1992 se celebraban al mismo tiempo; la Exposición Universal de Sevilla, las olimpiadas en Barcelona y el Madrid capital cultural de Europa, al que tendríamos que añadir la puesta en marcha del tren de alta velocidad, Madrid – Sevilla, el famoso Ave.
No se sabe las cantidades cobradas por comisiones recibidas por los políticos de la época, pero se supone que podían llegar a varios miles de millones de las antiguas pesetas.
Manuel Martín Ferrand, prestigioso periodista y amigo, en un artículo en El Periódico, denunciaba al delegado del Ave y al Comisario de la Expo92, por supuestos cobros de comisiones, tuve la oportunidad de preguntarle sobre el tema y le dije si tan seguro estaba por qué no había denunciado en el juzgado de Guardia el asunto de la mamandurria.
Martín Ferrand me contestó con su vozarrón: “Joaquín, yo denuncio públicamente y es el Fiscal el que tiene que actuar en el sentido de que si yo tengo razón el denunciado debería estar en la cárcel y si no la tengo el que tiene que entrar en el talego seré yo…” pasaron los años y ni el uno ni el otro entró en prisión.
Manolo era un tipo que no se vendía ni a su madre, uno de lo poco periodistas que conocí que jamás estuvo en sospecha de trapicheo y gozaba de un prestigio bien ganado, al igual que mi maestro, José Luis Balbín, nunca sirvió de correveidile y fue un ejemplo para una generación de nuevos periodistas, otra cosa es lo de siempre…
El dinero público es tan público que da la impresión que los administradores en lugar de administrarlo lo que hacen es dilapidarlo.
El caso de las Autonomías es todo un ejemplo digno de escribir un vademécum sobre las nociones básicas de la corrupción encubierta en forma “diferida”. Ya no hacen falta grandes “festejos”, ahora solo con asfaltar una carretera comarcal se puede hacer de oro el alcalde, el contratista, el consejero de Obras Públicas de la comunidad, etc. etc.
Pero si la obra a realizar es un poco más grande, llámese autopista, aeropuerto, puerto, la historia es interminable y todo un tratado sobre la mafia a nivel autonómico.
Se ha dado el caso, en un municipio tinerfeño, que los habitantes deseosos de ampliar las instalaciones obsoletas del instituto de enseñanza, solicitó a la consejería respectiva la construcción de un nuevo local docente. Para este menester el propio ayuntamiento aportó el terreno, e incluso presentó un proyecto para su aprobación. El terreno, muy bien situado, fue aprobado, en principio sin el consentimiento de los funcionarios técnicos, por la “autoridad competente” y se iniciaron las obras de excavación, pero al día de hoy el instituto se construyó en otro lugar y en el terreno en principio destina al centro docente existe un magnífico edificio de 7 plantas más ático cuyo promotor y constructor es familiar del antiguo alcalde. Por supuesto se supone que todo es legal…
Los chiringuitos montados ex profeso para la tropa de estómagos agradecidos es de tal envergadura que ya se oye decir a los catalanes y vascos que los Mossos d´Esquadra y la Erzaintza serán las nuevas fuerzas armadas de dichas comunidades.
La imbecilidad llega a tal punto que todas las autonomías pretenden tener su “fuerza armada” particular.
En el caso de Canarias la policía canaria, también llamada “guanchia” de la que los canarios no tenemos ni puta idea de lo que es y lo que hacen y para qué sirve es otro ejemplo de cómo dilapidar el dinero de todos en políticas bananeras en plan Idi Amin Dada…
Tenemos Policía Nacional, Policía Judicial, Policía local, Guardia Civil, Policía tributaria, madre mía!! de locos.. pero en fin algún garrulo y zoquete estará dirigiendo nuestro famoso FBI canario, y mientras los chicos se mandan a mudar de las islas por falta de curro, y la gente acude a los comedores sociales y a los bancos de alimentos…
Pero lo más humorístico del tema, de risa por no llorar, es que encima se les homenajea a estos “policías” en la isla de la Gomera, vamos que nos vamos… para la próxima que les vote su padre!!
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