Pero no quiero distraerme con otras cosas. Quiero mostrar públicamente mi solidaridad con Jerónimo Saavedra, con su taxista particular y con todos los ancianos de Vegueta que no pudieron ver la representación de La Favorita en el Teatro Pérez Galdós. En 5 años como Diputado del Común no recuerdo haber leído ningún artículo de Saavedra sobre desahucios, exclusión social, pobreza en Canarias, … Será que no ha tenido tiempo. Tampoco ha tenido tiempo en décadas de residente en Vegueta de protestar por el corte de calles en Semana Santa, será que don Jerónimo acepta con resignación cristianas estas celebraciones protagonizadas por sus nobles vecinos del barrio señorial.
Por eso su relato de melómano secuestrado por una carrera organizada por el Ayuntamiento me conmueve. Y su humilde gesto de llamar al alcalde de la ciudad para quejarse, en lugar de utilizar el tráfico de influencias y reunirse consigo mismo como Diputado del Común y presentarse una queja, lo cual hubiera significado tener que cambiar el titular periodístico por uno nuevo que pondría: “Jerónimo Saavedra se despide como Diputado del Común atendiendo a 20.001 personas y tramitando 1782 quejas”.
Propongo recaudar 100 euros para dárselos a Jerónimo Saavedra. Se me ocurre que podría echarnos una mano Julia, una madre de 4 niños que por una deuda de 1.200 euros Banesto subastó su casa para quedársela el mismo banco y presentó en los juzgados una denuncia para desahuciarla. Ni el Gobierno canario ni el ayuntamiento socorrieron a Julia. Por eso presentó una queja al Diputado del Común, que le respondió con una carta que decía:
Estimada Señora:
En cumplimiento de lo establecido …bla,bla, bla…
Al respecto le comunicamos que del análisis de su queja y de los documentos que se han aportado se observa que se trata de una cuestión jurídico privada entre usted y una entidad bancaria, y que además se encuentra actualmente en trámites judiciales.
Por tanto, conforme a los artículos 16, 17 y 26 de la ley 7/2001 de 31 de julio del Diputado del Común, se procede a la inadmisión de la queja que ha presentado al Diputado del Común.
A pesar de ello debemos comunicarle que desde nuestra instituciones se han realizado diversas gestiones y se ha observado que por parte de las administraciones públicas existe especial sensibilidad y conocimiento de su problemática”.
La carta la recibió Julia el mismo día en que la policía se presentó en la puerta de su casa para desahuciarla (esa era la sensibilidad institucional que le escribió Saavedra). Pude leer la carta porque estaba en la puerta de la casa de Julia junto a decenas de ciudadanos el día que la iban a desahuciar. Desde entonces hasta hoy no había leído un texto de Saavedra. La carta a Julia me dio una pista de cómo atendía Saavedra a los problemas de la gente más humilde, parece que no tenía el teléfono del acalde de entonces o de la consejera de Políticas Sociales para preguntarle por el caso de Julio, y también la carta nos muestra el precio que hemos pagado los ciudadanos y ciudadanas de canarias por la decisión de José Miguel Pérez y Paulino Rivero de regalar el cargo de Diputado del Común a Jerónimo Saavedra como pago por su contribución al destierro de López Aguilar de la política Canaria. Suena para sustituir a Saavedra el eterno diputado de La Palma Antonio Castro Cordobéz, siguen empeñados en considerar al Diputado del Común como un cementerio de elefantes y no como una institución para defender los derechos fundamentales, tal y como recoge la ley.
El artículo de Saavedra en el periódico de hoy donde cuenta que llamó al Alcalde para protestar por el corte de calles que le impidió llegar a la ópera me demuestra lo valiente puede ser un excalcalde con su delfín político después de haber sido tan insensible con Julia y tan cobarde con Banesto.
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