Espectáculos Música SOCIEDAD

Ricky Martin, el showman puertorriqueño «dispara al corazón» en Arona.

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EBFNoticias/Ale Hernández.- Arona se vistió anoche de Festival Son Atlántico para recibir al vendaval puertorriqueño. El que en su día fuera uno de los integrantes del grupo «Menudo», ofreció un show digno de escenario de la ceremonia de Los Grammys Latinos.

Sólo él podía romper el agobio existente por el calor que reinaba, anoche en Arona, y transformarlo en un mojito fresquito con sabor a buena música en directo. Definir a Ricky Martin como cantante se queda corto, el puertorriqueño es mucho más que una voz entonando sus melodías. Martin es un showman en toda regla que sacude el escenario de tal manera, ofreciendo un espectáculo tan completo y variopinto, que teletransporta, en el tiempo y en el espacio, a cualquiera de los teatros de Broadway en donde la música deja de ser solamente canción y se transforma en espectáculo dominante.

A pesar de la media hora de retraso, el público asistente al estadio Antonio Domínguez recibió a su ídolo con la desesperación que produce las ganas de «mambo». Arropado por 5 pantallas gigantes y por sus magnífico cuerpo de baile, Ricky Martin irrumpió en el escenario ataviado con un traje al más puro estilo Cavalli  a ritmo de «This is Good» que fue solo la antesala de lo que se conformó en un show de los que crearán antología en la historia de los espectáculos musicales acontecidos, en la isla del padre Teide, hasta la fecha.

La provocación constante, la sensualidad recurrente y la influyente insistencia del boricua, invitando a su público tinerfeño, fueron las claves para dejarse llevar con temas como «Shake your bom bom» y «Drop it on me» que descargaron, con la fuerza que requiere la pasión, en auténtica «Adrenalina».

Haciendo un repaso a su extensa discografía, Ricky Martin, mostró su faceta camaleónica haciendo que el público asistente pasara de secarse el sudor, ante tanto movimiento frenético y sensual, a sacar  el pañuelo para secar sus lagrimas al comprobar la faceta más romántica del artista interpretado, magistralmente, temas como «Tu recuerdo», «Fuego de noche, nieve de día», «Tal vez» y «Disparo al corazón».

Dicen que «Lo bueno si es breve, es doblemente bueno», más dicha teoría no derivó en hecho. Anoche Arona pedía «guerra boricua» y, a medida que el show iba tocando su fin, el público presente exigía más y más.

Con temas como «She bangs» y «Come with me», el rey latino de los escenarios, logró que su público se olvidase por unos instantes de la cruda realidad y viviese «La vida Loca», provocando -como colofón- con «Una mordidita» aderezada con ese movimiento sensual, que solo Ricky Martin domina a la perfección y que provocó que la noche fuera eternamente joven en el orgasmo sutil recurrente que pululaba por las mentes del público asistente.

Ricky Martin corroboró, anoche en Arona, que atravesar la barrera de los cuarenta no significa que su vitalidad disminuya, que queda tsunami puertorriqueño para rato y que, más que un cantante, es un showman camaleónico con ganas de seguir «ladrando» para continuar «mordiendo» incesantemente a su público, «disparando al corazón».

Agradecimientos: Rider Producciones.

 

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