Los palmeros y palmeras de Rajoy están diciendo chorrada tras chorrada, y es resulta que ahora, cuando se va a proceder a la investidura de su jefe supremo como presidente del gobierno de España, decir NO a Mariano Rajoy es decir NO al rey Felipe VI. La estupidez es el país por donde se mueven las neuronas de estos personajes, algunos, la mayoría, ejercen cargos importantes dentro del organigrama de poder patrio.
Por lo visto estos personajes olvidan que el 4 de marzo pasado, en el Congreso de los Diputados, dijeron NO a Pedro Sánchez que también se presentaba a la investidura por encargo de su majestad Felipe VI, o sea que cuando son ellos los que niegan la “mayor” aquí no pasa nada pero cuando son los otros, “ojito porque se cabrea Felipe”, de coña marinera escuchar el peloteo indecente e infantiloide de cuatro totorotas dignos discípulos de Nicolás Maduro.
El Presidente del Gobierno en funciones, y posible investido como Presidente del Gobierno de España durante el cuatrienio 2016 a 2020, cuando alardea de ganar las elecciones del 26-J sigue sin darse cuenta que de 24 millones de votantes 16 millones de españoles le dieron la espalda y votaron otras opciones políticas. Si, es cierto que ha sido el partido más votado pero no lo suficiente para hacer lo que hizo en la anterior legislatura; barrer, con la prepotencia digna del peor dictador, a todos los partidos políticos del hemiciclo de la madrileña Carrera de San Jerónimo.
Con toda seguridad Rajoy será investido como primer ministro del Estado Español, no queda otra opción más sensata que la insensatez de nombra al peor gobierno de España en los últimos 40 años para dirigir los destinos de nuestro pueblo, da escalofríos pensar en el futuro que nos espera con este grupo digno de una película tragicómica del siglo pasado. Porque es de suponer que en el Partido Popular, dentro de sus 800 mil afiliados, existirán personas con honradez y vergüenza suficiente para presentarse ante el conjunto de los ciudadanos españoles con un mínimo de dignidad y limpiar tanta porquería, tanta mierda acumulada en la sede del PP de la calle Génova de Madrid y enviar a la jubilación política anticipada a D. Mariano Rajoy Brey y su comparsa. Seguramente en el Partido de la gaviota el que se mueve no sale en la foto.
Rajoy invoca aquellos partidos políticos de la oposición, a los que ninguneo en la legislatura pasada, y les pide “sentido común y un compromiso de Estado por el bien de todos los españoles”, curiosamente, aun aumentando sus opciones con 14 diputados más que en las elecciones del 20-D, resulta que ahora gobernará pero lo hará como debió haberlo hecho cinco años atrás; ahora no podrá gobernar a “golpe de decreto ley”, a la ley del más fuerte, pisoteando cualquier iniciativa, haciendo caso omiso a las miles de enmiendas que presentaban la oposición, ahora estará gobernando asumiendo que le faltan 39 diputados para llevar a cabo los recortes que, desde Bruselas, están pendientes de realizar.
Pero todo este tinglado, todo este retroceso al pasado tiene un artífice Maquiavelo, un personaje que su ambición por la poltrona le llevó a la patética y esperpéntica imagen de votar asociado con el Partido Popular y en contra de la investidura de Pedro Sánchez el pasado 4 de marzo. A Pablo Iglesias le tenemos que “agradecer” otros 4 años de martirio que, aun gobernando con minorías, sufriremos todos los españoles.
En el fondo ha cavado su propia tumba y empezado la caída en picado de Podemos, una caída imparable de desilusionados que ya no ven en la figura del “hombre joven de la coleta” el salvador de los parias, el que traería la igualdad de las clases sociales, el que volvería a traernos los derechos fundamentales que perdimos con la absurda política económica de un mediocre individuo que gracias a él volverá a putearnos otros 4 largos años. Siempre nos quedará soñar en lo que pudo ser y no fue, de momento a llorar al Valle de…
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